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Las obras del túnel de la A-68 afectarán desde este lunes a más de 28.000 vehículos diarios
Habilita cuatro itinerarios alternativos para poder entrar y salir de la Z-40 durante los trabajos, que se alargarán un año.
Más de 28.000 vehículos diarios se verán afectados desde este lunes por las obras de construcción del falso túnel de la A-68 a la altura del cuarto cinturón, con el que el Ministerio de Transportes quiere solventar los atascos que se generan en la glorieta que ahora regula tanto los accesos de la carretera de Castellón como las incorporaciones a la Z-40. La construcción del nudo viario implicará una inversión de 19,83 millones de euros.
Los vehículos tendrán que soportar durante un año las molestias por los trabajos, que se compatibilizarán en todo momento con la circulación gracias a los cuatro itinerarios alternativos organizados para garantizar las conexiones con el cinturón. Los que no se verán afectados por los rodeos serán los conductores que entren y salgan de la capital por el único tramo que está desdoblado de la N-232.
El proyecto incide en que el tráfico predominante es de carácter laboral y recurrente relacionado con los polígonos situados en las márgenes del tramo que se va a remodelar por completo. El Ministerio de Transporte ha tomado como referencia los datos de 2019, el año precio a la pandemia, en la estación de aforo de la A-68 situada en el tramo posterior a la intersección con la Z-40, a la altura del polígono industrial San Valero. Allí la circulación fluctúa entre los 30.795 y los 33.127 vehículos de media diaria de lunes a viernes . No obstante, cae drásticamente los fines de semana: un promedio de 18.601 los sábados y de 15.917 los domingos.
En ese punto de la A-68 se registra un promedio de 27.487 turismos y camiones, mientras que en el otro punto fijo de medición, a la altura de las cocheras de Avanza, es algo superior al alcanzar los 28.589. De estos vehículos, 1.413 son pesados, que representan el 5%.
El cuarto tramo con más tráfico
Esto lo convierte en el cuarto tramo con mayor tráfico en el entorno de Zaragoza, a excepción de la Ronda Norte en la que confluyen el resto de vías principales. La densidad de tráfico de la salida de la A-68 solo es superada por la contabilizada en la carretera de Huesca (39.493 vehículos de intensidad media diaria), la autovía de Madrid, junto a Plaza (36.958), y el eje de Barcelona, a la altura de La Puebla de Alfindén (30.022).
El paso inferior de la A-68, de aproximadamente 535 metros, será similar en su concepción al que se construyó hace unos años en la salida de Huesca para regular el enlace de la MAZ. Era igualmente un punto de concentración de accidentes y atascos, pero desde que entró en servicio acabaron los problemas.
Su diseño garantizará que los vehículos que circulen por la A-68 dispongan igualmente de dos carriles por sentido, pero lo harán a por el paso inferior que se va a construir en la confluencia con la Z-40. La rotonda de 80 metros de diámetro que ahora regula en superficie todos los movimientos solo se empleará para ordenar el tráfico de los que quieran cambiar de sentido o dirigirse a la Z-40.
Para ello, emplearán los dos carriles por sentido que se van a habilitar en paralelo a la A-68 como vías de servicio para canalizar el flujo de las empresas ubicadas en los polígonos situados entre el tercer y cuarto cinturón (San Carlos, Quattro y Montemolín) y los que están en dirección a La Cartuja (La Unión y San Valero). Esta misma solución, de un tronco central con vías de conexión a los enlaces de entrada y salida, ya la habilitó la Demarcación General de Carreteteras del Estado en Aragón cuando reformó la Ronda Norte para darle más capacidad con motivo de la Expo 2008. Y con ello se ganó igualmente fluidez y seguridad.
La ejecución del paso inferior se resolverá mediante la cubrición con vigas prefabricadas apoyadas en pantallas continuas de hormigón, que constituirán las paredes de contención del terreno.
La adjudicación de las obras a la unión temporal del empresas formada por Marco Infraestructuras y Medio Ambiente y Acsa se remonta al pasado mes de abril, pero la necesidad de organizar el desvío de los servicios afectados han postergado la llegada de las máquinas y conllevará que haya que esperar hasta el otoño de 2024 para su puesta en servicio, salvo que haya contratiempos.
