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Su última fuga convierte al escurridizo Chamo en el delincuente más buscado de Aragón

No es ni la primera ni la segunda vez que Arturo Giménez burla a la Justicia. Este miércoles se escapó de un calabozo en Zaragoza, pero ya había protagonizado antes otras sonadas 'desapariciones'.

El delincuente, cuando intentó escapar de la Policía en Huesca en 2018 a través de los tejados.
El delincuente, cuando intentó escapar de la Policía en Huesca en 2018 a través de los tejados.
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Se llama Arturo Giménez Gutiérrez, pero en su entorno lo conocen como El Chamo. Y desde que este jueves logró fugarse de los calabozos de la comisaría de Delicias de Zaragoza, este joven de 32 años se ha convertido en el delincuente más buscado por la Policía en Aragón. La huida se produjo durante la madrugada y resultó tan sorpresiva que la Jefatura Superior de Aragón se ha limitado a confirmar los hechos sin facilitar por el momento detalles. Sin embargo, fuentes próximas a la investigación aseguran que el fugado podría haber utilizado el tenedor de la cena para abrir el falso techo y colarse por los conductos del aire acondicionado. En cualquier caso, pasará algún tiempo hasta aclarar lo sucedido, porque la prioridad ahora es dar con su paradero.

Aunque lo apodan El Chamo, a Arturo Giménez bien podrían apodarle Houdini, dada su habilidad para emular al escapista más famoso de todos los tiempos. Si Erick Weisz, que así se llamaba en realidad el ilusionista húngaro, logró librarse de cadenas o esposas y salir de bidones y hasta ataúdes, el delincuente oscense ha conseguido escapar ya, por este orden, de una prisión, una redada  y un calabozo. Y parece que también han sido varias las veces que ha tirado de un carné de identidad falso para burlar a la Justicia.

El delincuente tiene antecedentes por distintos delitos, pero fue en junio de 2016 cuando recayó sobre él la primera condena: cinco años de cárcel por atentado y agresión a un policía local de Huesca, al que disparó con una escopeta de perdigones. Los hechos se produjeron el 2 de marzo de 2015, después de que la central de emergencias del 112 recibiera una llamada alertando de la presencia de varias personas haciendo hogueras y rayando coches en la calle de Valencia de la capital altoaragonesa. El aviso resultó ser falso y al primer agente que acudió a ver qué ocurría le dispararon con un arma de aire comprimido desde un edificio cercano.

La víctima fue intervenida de urgencia y precisó de 14 puntos de sutura. Una semana después, la Policía Nacional detenía al Chamo como presunto autor del ataque.

Corriendo por los tejados

Tras declarar en el juzgado de guardia, el joven quedó en libertad provisional, y tras ser juzgado y condenado por sentencia firme, Arturo Giménez se ‘evaporó’. El juez tuvo que dictar una orden de búsqueda y captura, pero nada se supo de él hasta junio de 2018, cuando una redada antidrogas en el barrio del Perpetuo Socorro de Huesca permitió descubrir su escondite. Dando muestra de su naturaleza escapista y sabedor de que le aguardaba una celda, el delincuente intentó huir de la Policía a través de los tejados –como prueba la fotografía que acompaña la información–, pero acabó finalmente detenido.

El Chamo ingresó entonces en la cárcel de Zuera para cumplir la condena de cinco años que le habían impuesto por disparar al policía local. Sin embargo, aprovechó el primer permiso que le concedieron –de seis días, el 27 de octubre de 2021– para poner pies en polvorosa y protagonizar otra gran ‘desaparición’. Casi dos años después, tras ser localizado y detenido en Zaragoza, le bastaron apenas unas horas para escapar del calabozo en un más difícil todavía. 

El último domicilio conocido del prófugo estaba en Huesca, por lo que fue en la capital altoaragonesa donde ayer empezó a buscarlo la Policía Nacional, sin que de momento haya constancia de su detención. Al delito de quebrantamiento de condena que arrastraba el Chamo desde que decidió no regresar de un permiso penitenciario habrá que sumar ahora algunos otros. Para empezar, el de atentado, por embestir a los agentes que intentaron impedir su huida en la Torre Outlet, pero también otro de conducción temeraria, por circular sin carné y poniendo en peligro al resto de conductores con los que se cruzó en la N-232 cuando escapaba de las patrullas del 091. Lo primero, en cualquier caso, será dar con su escondite.

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