La ola de calor también es psicológica: "Nos sentimos estresados, respiramos y comemos mal y tendemos a la depresión"

Los psicólogos aseguran que las altas temperaturas en Aragón tienen un efecto directo en el estado anímico de las personas. 

El calor no da tregua en Zaragoza
El calor no da tregua en Zaragoza
Oliver Duch

El termómetro marca más de 40 grados en muchos puntos de Aragón. Lleva así tres días y la previsión es que continúe otros tres más. Por la noche, es complicado dormir. Las ventanas abiertas no alivian apenas. Y el aire acondicionado no es lo más recomendable durante las horas de descanso. El cansancio es mayúsculo. Pasear y hacer deporte al aire libre no es posible hasta las diez de la noche. Tomar un refresco en una terraza ya no es el mejor plan. En realidad, no lo es nada que se practique en la calle. Sin duda, el calor extremo afecta -y no poco- a las personas. 

"El calor incrementa nuestra frustración e infelicidad. Para quienes tienen que trabajar a la intemperie o sin aire acondicionado es todavía peor. Para los demás, incrementa la falta de libertad porque no puedes ir o estar en determinados sitios a ciertas horas. Es un sentimiento de estar encerrados", explica Carlos Hue, psicólogo y doctor en Ciencias de la Educación.

Por todo ello, declara, "incrementa la agresividad con uno mismo y con los demás sin ser conscientes de ello". "Nos sentimos estresados, respiramos y comemos mal y tendemos a la depresión", dice. 

Este experto comparte opinión con Lola Sobrino, psicóloga responsable del departamento de intervención psicosocial de Asapme (Asociación Aragonesa pro salud mental) en Aragón, que asegura que el calor produce efectos psicológicos. "Falta de concentración, irritabilidad, cansancio...", especifica.

Al no poder dormir y descansar adecuadamente, añade, "las personas tienen menos capacidades para aguantar". "Ante la misma exigencia, respondemos diferente. El día se hace cuesta arriba", afirma. 

Por su parte, Marta Sánchez, psicóloga clínica de Zaragoza, argumenta que el calor "provoca fatiga mental". "Implica menos capacidad de concentración, más irritabilidad, nivel de enfado precipitado, somos menos resolutivos,... Todo ello, sumado a la falta de descanso y el hecho de que no hay regeneración neuronal hace que tengamos un cansancio más cronificado", apostilla. Así, expone, "está demostrado científicamente que las altas temperaturas afectan al nivel cognitivo y anímico de las personas".

"El calor puede ser incómodo, pero no es un drama"

Para aminorar este tipo de efectos psicológicos Sobrino recomienda "desviar la atención del calor". "Si estamos todo el día diciendo '¡Qué calor hace!', '¡No puedo dormir!' o ¡Así no se puede vivir!', nuestra percepción aumenta. Es decir, hay que intentar poner la atención en otras cosas y pensar que es algo transitorio. Las olas de calor no están eternamente", reconoce la psicóloga de Asapme. 

El calor, insiste, "puede ser incómodo, pero no es un drama". "No podemos magnificar todo. Hay que darle a cada cosa la importancia que tiene", sostiene. 

Hue coincide en que es importante "aceptar la realidad" y disfrutar de diferentes actividades como "estar en una sombra o comer un helado". "También es bueno hacer cosas interesantes como leer, ver películas, escuchar música o practicar algún hobby", trasmite el psicólogo como fórmula para focalizar la atención en otras cuestiones más allá del calor.

Ola de calor en Aragón

La presencia de una masa de aire cálida y estable afectará especialmente al cuadrante nordeste peninsular y a las cuencas de los grandes ríos los próximos días, según la Aemet -Agencia Estatal de Meteorología-. Esta situación se extenderá probablemente hasta el jueves 24.

En el Pirineo Aragonés, los veraneantes no recuerdan temperaturas tan altas. "Por las noches no nos quitábamos la sudadera y estos últimos días se puede ir sin ella. Por el día, la sensación que tenemos es que hace más calor que nunca", reconoce Celia Muñoz, que pasa parte del mes de agosto en el Valle de Tena.

"Si estamos todo el día diciendo '¡Qué calor hace!', '¡No puedo dormir!' o ¡Así no se puede vivir!', nuestra percepción aumenta.

El martes las temperaturas seguirán muy altas. Según la Aemet, la situación se mantendrá en la mayoría del territorio con alerta naranja a la que se sumará el Bajo Aragón de Teruel, mientras que solo estarán en alerta amarilla las comarcas turolenses de Albarracín y Jiloca y Gúdar y Maestrazgo.

Para el miércoles también está activada la alerta por altas temperaturas en Aragón, y la previsión 35 horas antes es que sea naranja en el tercio central y amarilla en el resto, salvo en Albarracín y Jiloca y Gúdar y Maestrazgo donde por ahora no se ha activado. Aínsa, Monzón, Sariñena, Caspe, Alcañiz y Ejea de los Caballeros, además de Zaragoza, superarán los 40 grados. Durante el día, podrían aparecer chubascos en zonas del sur y del interior de España pero que afectarían muy poco a Aragón

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