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Clases de yoga en la Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Clínico: "Conecta a los jóvenes con la alegría de vivir"

Este proyecto novedoso se puso en marcha en el centro hospitalario de Zaragoza en julio de 2019 y, salvo un paréntesis por la pandemia, se mantiene, aunque el ritmo se ralentiza en verano.

Sesiones de yoga en el colegio Ramón y Cajal de Pina de Ebro, impartidas al claustro de profesores y a alumnos.
Sesiones de yoga en el colegio Ramón y Cajal de Pina de Ebro, impartidas al claustro de profesores y a alumnos.
AAYYT

En julio de 2019 se puso en marcha en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza un proyecto novedoso de la mano de Cruz Roja Juventud y la Asociación Aragonesa de Yoga y Yogaterapia Transpersonal, que planteaba introducir el yoga como una actividad más para los chicos hospitalizados en la unidad de corta estancia de Psiquiatría Infanto-Juvenil. Una acción que, salvo un paréntesis por la pandemia de coronavirus, se ha mantenido desde entonces, también en verano, aunque a un menor ritmo durante estos meses.

Doce voluntarias de la asociación acuden dos días por semana al centro sanitario para impartir estas sesiones. Estas clases, reconoce Javier Rada, psiquiatra del Clínico, son "especialmente apreciadas por los usuarios y profesionales" porque "les sirve para aprender nuevas formas de relajación mental que reducen su estrés y ansiedad". Entre los beneficios enumera que el yoga "les enseña a respirar conscientemente, les ayuda a regular sus emociones, aumenta su concentración y les facilita conectar con el cuerpo desde su interior, generando mayor equilibrio, lo que resulta de gran utilidad para todos ellos, especialmente en los casos de trastornos de conducta alimentaria, que tanto aumentaron desde la pandemia".

La Asociación Aragonesa de Yoga y Yogaterapia Transpersonal nació en el año 2007, en el seno de la Escuela de Formación de Profesores de Yoga y Yogaterapia, dirigida por Pilar Ínigo en Zaragoza. La asociación está formada por los alumnos de esta escuela que voluntariamente quieran colaborar en desarrollar proyectos para acercar lo que el yoga propone a "colectivos que por circunstancias tienen dificultad para acceder a la práctica", reconoce Ínigo. De hecho, en estos 16 años se han desarrollado distintos proyectos, dirigidos a personas con patologías neurológicas y esclerosis múltiple, internos de centros penitenciarios, colegios e institutos y también en el estado de Odhisa, en India, con mujeres en riesgo de exclusión social.

Respecto a las sesiones en el Clínico, Pilar Ínigo explica que se plantea "yoga clásico", adaptándolo al grupo al que se dirige: "Trabajamos la respiración, la conciencia corporal, la concentración mental...". Las clases se realizan en el comedor de la propia unidad de Psiquiatría. "La valoración es muy positiva, porque son jóvenes a los que el mayor sufrimiento se lo causa su propia mente, con pensamientos negativos, autoestima muy baja, con patologías graves… Esa conciencia de su fuerza y los valores que el yoga transmite les permite conectar con la alegría de vivir, que a veces les cuesta verla".

 "El yoga –relata– es interdisciplinar, incide en ámbitos fisiológicos, cognitivos, conductuales, emocionales y perceptivos, y puede utilizarse como terapia complementaria para pacientes con trastorno de la conducta alimentaria, produciendo importantes aportaciones".

Voluntarios de la Asociación Aragonesa de Yoga y Yogaterapia Transpersonal acuden también desde 2007 al Centro Penitenciario de Zuera para impartir sesiones a los internos un día a la semana. Participan, de media, 24 personas. También colaboran con la Fundación Aragonesa de Esclerosis Múltiple (Fadema) un día a la semana.

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