Quejas por la falta de orientadores en los centros aragoneses ante la nueva orden que regula la educación inclusiva

Los profesionales que valoran a los alumnos con necesidades especiales critican la tardanza de la norma.

Primer día de vuelta a las clases en un colegio zaragozano
Primer día de vuelta a las clases en un colegio zaragozano
Aránzazu Navarro/Heraldo

Aragón cuenta con 11.865 niños con necesidades específicas de apoyo educativo (Acneae). La DGA acaba de lanzar la nueva orden que establece las actuaciones de intervención educativa inclusiva que reciben estos menores en los colegios sostenidos con fondos públicos. La Asociación Aragonesa de Psicopedagogía (AAP) y la asociación aragonesa Sin límites, que agrupa a 400 familias con hijos diagnosticados con altas capacidades, coinciden en criticar la falta en los centros educativos de orientadores, una figura clave ya que son los que tienen que hacer las preceptivas evaluaciones psicopedagógicas para diagnosticarles y determinar los recursos que precisan en las aulas.

Esta última orden, que ha publicado el Gobierno aragonés en funciones, viene a modificar dos anteriores de 2018 en las que se regulaban la Red Integrada de Orientación Educativa en los centros docentes no universitarios y, principalmente, la que recoge las actuaciones de intervención educativa inclusiva. El alumnado Acneae es aquel que requiere una atención diferente a la ordinaria por algún tipo de discapacidad o trastorno grave de conducta, por altas capacidades intelectuales o por su incorporación tardía al sistema educativo.

"Llega demasiado tarde, vamos siempre con retraso. No puede ser que un tema educativo de este calado salga con prisas y en verano. Algunas cuestiones de las que plantea no van a poder aplicarse en el próximo curso 2023-24", reprochó Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. También cuestionó "hasta qué punto" un Ejecutivo autonómico en funciones puede "llevar adelante esta normativa".

Como puntos positivos de la orden comentó que regula "perfectamente altas capacidades, hiperactividad y trastorno del lenguaje" y se "especifica mucho más" cómo actuar

Una de las carencias más graves, recordó Planas, es que la falta de orientadores llega a triplicar la aconsejada por la Unesco, un problema que vienen arrastrando desde años. Estima que hay un profesional por cada 800 alumnos, mientras el organismo especializado de las Naciones Unidas determina que por cada 250 alumnos debe haber un orientador. "En los institutos públicos hay un solo orientador, independientemente del número de estudiantes, y hay centros con más de 1.000 chavales", explicó. Mientras, en primaria, señaló, un equipo de profesionales lleva una zona o un mismo orientador lo comparten dos colegios, por lo que calcula una ratio más baja de 500 escolares por especialista.

La carencia de orientadores la pone también sobre la mesa la presidenta de la asociación aragonesa Sin límites de familias con niños con altas capacidades. Según los datos que ha recabado esta agrupación, Aragón tiene una de las ratios más elevadas y en otras comunidades esta cifra es inferior. En Cataluña desciende a 426 estudiantes por profesional, en Murcia a 393, en Castilla y León a 348, en Navarra a 314, en Madrid a 307 y en la Comunidad Valenciana a 231.

Alto potencial intelectual

Sobre el contenido de la orden, Urriés entiende que "deja sin reconocimiento formal a los alumnos con necesidad específica de apoyo educativo" porque lo siguen condicionando "a que reciban unas medidas específicas y no para los que se plantean medidas generales". Recordó que la asociación ha impugnado el decreto de noviembre de 2022 por el que la DGA regula la respuesta educativa inclusiva.

La orden publicada esta semana recoge en varios apartados cómo los niños con alto potencial intelectual pueden estudiar asignaturas de cursos superiores (medida específica de aceleración) o saltarse cursos (flexibilización). Urriés cuestiona que pese a ello "se siguen poniendo trabas" para que estas situaciones se normalicen y se apliquen con agilidad "por el bien del menor". Pone como ejemplo que para pasar a cursos superiores un requisito es que previamente durante un año hayan desarrollado ya adaptaciones curriculares de ampliación o aceleración parcial del currículo y que su rendimiento escolar académico sea superior en distintas áreas o materias. "No tienen en cuenta que estos niños pueden tener una nota de 7 si no están motivados", concluyó.

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