El 'boom' de las bodas en el Pirineo: "Vienen parejas incluso del extranjero"

Buscan naturaleza y exclusividad. Jaca y los alrededores, Piedrafita, Biescas, Panticosa, Aínsa, Benasque y Boltaña se posicionan como el principal reclamo para enlaces en las montañas de Aragón.

Berta Jiménez y Miguel Ruiz posan durante el día de su boda en el Balneario de Panticosa.
Berta Jiménez y Miguel Ruiz posan durante el día de su boda en el Balneario de Panticosa.
Silvia Peña

Los paisajes del Pirineo son únicos. Y los enlaces matrimoniales son momentos inolvidables. Eso explica que las bodas en las zonas de montaña de Aragón crezcan y se consoliden con los años. En el valle de Pineta, en el Balneario de Panticosa, en Piedrafita de Jaca... Cada pareja escoge el entorno en el que sueña casarse, que puede ser incluso bajo las faldas de una montaña o a los pies de un ibón.

Berta Jiménez y Miguel Ruiz, que viven en Zaragoza, escogieron el valle de Tena para el 'sí quiero'. "Mi familia y la de mi marido tienen casa en el Pirineo y nos hacía ilusión celebrarlo en el Balneario de Panticosa. Como íbamos a tener muchos invitados de fuera, queríamos que conocieran el Pirineo", explica. 

El lago, las montañas, el sol... "Es un lugar imbatible. Hay una pequeña capilla donde nos casamos y por las ventanas se veía como caía el agua de las montañas. El aperitivo lo hicimos en los jardines y la comida y el baile, en el casino. Fue increíble", sostiene la novia. La celebración, tal y como ya es costumbre ahora, empezó el viernes y duró hasta el domingo. "Es una forma de pasar el fin de semana todos juntos y compartir momentos con los invitados", concreta. 

La boda de Berta y Miguel sirvió de inspiración para algunos amigos. "Tenemos conocidos y colegas cercanos que han optado también por el norte de Huesca, tanto el Balneario como en Piedrafita Lodge (un complejo que en el que se celebran decenas de enlaces en el valle de Tena)", declara.

Berta Jiménez y Miguel Ruiz posan durante el día de su boda en el Balneario de Panticosa.
Berta Jiménez y Miguel Ruiz posan durante el día de su boda en el Balneario de Panticosa.
Silvia Peña

Esta boda, al igual que otras que se celebran en la zona, la organizó Isabel de Felipe -su empresa se llama Albada Eventos-, una de las 'wedding planner' especializadas en el Pirineo. "Creé la empresa en febrero de 2020, justo un mes antes de la pandemia. Yo veía que la gente se casaba en aquí, pero no dejaban nada de dinero en la zona porque contrataban todo de fuera", señala la empresaria de Jaca, que insiste en que ella prioriza los servicios de la zona. 

Sus clientes, explica, acuden al Pirineo por los paisajes, la tranquilidad y la exclusividad. "Quieren salirse de las fincas que hay en los alrededores de las ciudades y buscan algo diferente. Ahora mismo, muchos huyen de lo estándar. Las parejas no solo son de Zaragoza sino también de otros lugares, e incluso del extranjero", apostilla. Jaca y los alrededores, Piedrafita, Biescas y Panticosa, Aínsa, Benasque y Boltaña se posicionan como el principal reclamo para bodas en las montañas de Aragón, expone.

De Felipe también organiza enlaces para pocos invitados e incluso 'elopement' (solo están los novios). "Está muy de moda en otros países y se hace mucho en Estados Unidos, Canadá o los Alpes. Permite a los novios casarse y leer los votos en un entorno de difícil acceso y muy especial", argumenta la 'wedding planner', que asegura que, en todo caso, son más habituales las bodas convencionales.

Boda organizada por Albada Eventos.
Boda organizada por Albada Eventos en Aragón.
HA

Hace tan solo un mes se casó Nicolás Echeto con su ya mujer en La Pardina del Solano, una casa de campo con un enorme jardín situado cerca del Puente la Reina, donde transcurre el Camino de Santiago. "Queríamos campo, un sitio apartado que no fuese un hotel. La verdad que el Pirineo engancha por todos los entornos y cada vez se casa más gente aquí", reconoce Echeto, que también es un proveedor habitual de bodas. "Mi pastelería, Confitería Echeto, hace postres de todo tipo y hemos percibido un crecimiento estos meses tanto para hacer el 'candy bar' de las bodas como para elaborar postres individuales. Sin embargo, las tartas, que antes eran indispensables, ya no se piden tanto", reconoce. 

El lugar seleccionado por Nicolás y su mujer para el enlace está gestionado por el matrimonio Luis Cidraque y Sara Blasco y su hija, Ana Cidraque. "Es una finca muy antigua que mis padres fueron acondicionando poco a poco. Primero crearon cuatro apartamentos turísticos y luego pensaron que era un buen lugar para hacer eventos", sostiene Ana. Es un entorno, explica, "muy familiar, idílico y en el que no hay civilización alrededor". 

El servicio que ofrece Luis y Sara permite tener "libertad absoluta". "Nosotros lo alquilamos el fin de semana completo y como tiene apartamentos, pueden dormir los invitados, hacer pre bodas,... En definitiva, pasar todo el fin de semana. Luego, acuden distintos proveedores como cáterins, floristas,...", especifica. El primer año que apostaron por reservar su espacio para bodas organizaron tres y este año ya tienen programadas al menos ocho.

La Pardina del Solano,
La Pardina del Solano,
HA

Uno de los cáterin que trabaja habitualmente con bodas del Pirineo es Events el Cobertizo, una empresa oscense. "Al principio, la gente no se animaba a hacer las bodas al aire libre y todos querían en nuestro restaurante. Ahora es al revés, celebramos más fuera que dentro", reconoce Salvador Alagón, el gerente, que apostaron por este tipo de negocio hace 25 años y aseguran que la demanda ha crecido significativamente, especialmente en los últimos años.

"Cada vez se casa más gente aquí en el Pirineo"

Así, sirven la comida de decenas de bodas cada año. "Nosotros no solo nos centramos en la comida. También disponemos de mesas, sillas, carpas,... Organizamos todo el banquete de una boda", asegura Alagón. Cada pareja, especifica, tiene unas preferencias. "Nosotros hemos organizado bodas en prados de familiares de los novios o alquilados al Ayuntamiento o incluso a los propietarios de un terreno", subraya. Es decir, en el Pirineo existe la posibilidad de celebrar unas bodas prácticamente en cualquier rincón.

Las flores nunca pueden faltar en una boda. "Cada año tenemos más bodas. Para nosotras supone el 25% de las ventas del año", explican desde Flores Benedé, de Sabiñánigo. En especial, los novios piden flores pequeñas, mezclada con verde. "Quieren flores frescas, de monte", especifica.

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