Así son las cascadas más famosas de Aragón... y tienen el mismo nombre

Se encuentran en dos provincias aragoneses diferentes y son tan impresionantes y en entorno tan idílicos que es imposible escoger una preferida. 

Cola de Caballo de Ordesa y del Monasterio de Piedra.
Cola de Caballo de Ordesa y del Monasterio de Piedra.

La frase “hay una cascada preciosa” es un imán para el turismo. Si está a mano, mejor; si no es el caso, la gente suele animarse a caminar un rato para disfrutar del premio. No faltan los ejemplos en Aragón: las cascadas de San Pedro en El Vallecillo, en plena sierra de Albarracín, son un buen ejemplo, como el Salt de La Portellada en el Matarraña, la del Sorrosal en Broto, en pleno Sobrarbe occidental, o la de Orós Bajo junto a Biescas en el corazón del valle de Tena. Hay cientos de ejemplos, y para cada habitante de la zona privilegiada con ese regalo, la suya es la mejor, o casi.

Sin embargo, hay bastante consenso al señalar las dos más famosas de Aragón. Un dato curioso: se llaman igual, y las separan 288 kilómetros. Aragón es una tierra larga, y tiene la suerte de contar con visitas de interés en cada esquina de su territorio, pero al hablar de cascadas, la Cola de Caballo es de lo primero que viene a la mente.

Así es la Cola de Caballo del Parque de Ordesa

La pregunta más común entre los que saben del tema es “¿a cuál te refieres?”. La del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es una caída espectacular por la ladera de uno de los enclaves pirenaicos más admirados. Desde la pradera de Ordesa se tardan unas dos horas y media a paso regular: la excursión completa con recorrido circular de 19 kilómetros es, por tanto, de cinco horas. La cascada mide 54 metros: para los de la tierra, es 4 metros más que los focos del estadio de La Romareda.

El espectáculo vale la pena. La recomendación básica es el calzado: nada de sandalias o tacones, hablamos del monte, así que las botas de montaña con buen agarre son lo ideal. En el camino, además, la vista se pierde hacia cualquier rincón: es un entorno fantástico y ahora comienza el mejor intervalo del año para visitarlo. Regalos del paseo: otras tres cascadas fantásticas (la de Arripas, la de la Cueva y la de los Estrechos) y las famosas Gradas de Soaso.

Importante: en épocas de elevada presencia de turistas, como la que comienza, la llegada del bus puede pasar de opción alternativa a única opción. Consultar horarios y proceso en ordesabus.com, con salidas desde Torla hasta el parque.

Cola de Caballo en el Monasterio de Piedra

La Cola de Caballo es la cascada más grande y famosa en la visita al Monasterio de Piedra, en el municipio de Nuévalos, dentro de la comarca zaragozana de la Comunidad de Calatayud. Mide 50 metros, y se accede a ella por arriba en el sentido fijado de las excursión, aunque también puede verse desde abajo, naturalmente. Una verdadera maravilla, como todo el entorno del Monasterio. Hay visita religiosa, paseo en plena naturaleza, alojamiento con spa, restaurante… una excursión que sigue manteniendo mucho eco en Madrid, por ejemplo, por aquello de que la distancia no es tan grande. Además, es un punto muy solicitado para grandes celebraciones, empezando por las bodas.

En definitiva, dos joyas que hay que visitar, a distancia accesible y por un precio acomodado a todos los bolsillos. Es muy bonito soñar con Iguazú, entre Brasil y Argentina, o ese paseo bajo las cataratas del Niágara que separan Estados Unidos de Canadá, por no hablar del kilométrico Salto del Ángel en Venezuela, pero pasear antes por las opciones a escala en Aragón es una gran idea, y más aún en verano.

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