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Testamentos solidarios: "Algo dejaré a mi familia, pero si puedo ayudar a alguna ONG, mejor"

Las entidades sin ánimo de lucro reciben cada año cientos de testamentos solidarios en Aragón. Una tendencia al alza.

Juana Mary Lecumberri, que hizo un testamento solidario hace 14 años, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Juana Mary Lecumberri, que hizo un testamento solidario hace 14 años, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
M.O.

La solidaridad está al alza en Aragón y no solo en vida sino que traspasa las barreras de la muerte. En los últimos años han aumentado en nuestra comunidad los testamentos solidarios en favor de entidades sin ánimo de lucro y organizaciones sociales, y también las cantidades que se dejan en herencia.

Según la plataforma ‘Haz testamento solidario’, que aglutina a 22 ONGs españolas como Médicos sin Fronteras, Cruz Roja, Manos Unidas, Acnur o Oxfam Intermon entre otras, en 2022 se recaudaron en la comunidad aragonesa 2.961.305 millones de euros a través de esta vía de colaboración, lo que supone un crecimiento del 77% respecto al 2021. Estos casi 3 millones fueron legados gracias a una docena de testamentos, es decir, que cada uno de ellos dejó unos 246.000 euros de media.

“Cada vez hay más gente que colabora con ONGs como la nuestra mediante este tipo de legados”, dice Maite Alzueta, responsable de testamentos solidarios de Médicos sin Fronteras (MSF). En Aragón, los testamentos a MSF han aumentado un 30% desde 2019. Para Maite, esto se ha producido gracias a una mayor difusión. “Nos hemos puesto las pilas para informar sobre esta posibilidad”, afirma. 

"El perfil de este testador es una persona sin hijos que puede repartir sus bienes como desee"

Aunque no cree que este sea el único motivo: “Los modelos de familia están cambiando mucho desde hace ya unos años y cada vez hay más gente que no tiene hijos, colabora en vida con alguna ONG y quiere que su compromiso continúe cuando ellas ya no estén”, explica Alzueta. “Quieren seguir aportando su granito de arena tras morir”, añade.

A esto hay que añadir un nuevo grupo de ciudadanos, que no son socios de estas entidades pero que se deciden a dejarles sus bienes. “El 60% de las herencias que estamos recibiendo provienen de personas que nunca habían hecho ningún donativo con nosotros”, informa Alzueta. El perfil de estos testadores se repite: personas sin hijos que no tienen la obligación de dejar la herencia legítima a sus descendientes y pueden repartir sus bienes como deseen.

"Las cantidades que recibimos van desde los 500 euros a más de un millón, pero todo es bienvenido"

Tienen en cuenta a otros familiares, “aunque también hay quien deja el 100% de sus bienes a organizaciones como la nuestra y excluyen a cualquier pariente”, asegura la representante de MSF. “Las cantidades varían entre los 500 euros y el millón de euros o más que hemos llegado a recibir, aunque estos últimos son casos puntuales que nos han pasado pocas veces en los 15 años que llevamos con este tipo de herencias. Todo es bienvenido, aunque no sea mucho lo apreciamos igual”, señala.

También en entidades locales

A las cifras anteriormente mencionadas en Aragón, hay que añadir las de otras entidades sin animo de lucro que no están dentro de la plataforma ‘Haz testamento solidario’ y que también reciben herencias de este tipo como pueden ser la Asociación Española contra el Cáncer en Aragón (AECC) o Cáritas Zaragoza.

Esta última recibió en 2022 más de un millón de euros en concepto de herencias y legados. Una cantidad que supuso el 18’6% de sus ingresos totales de ese año. “Los recibimos en forma de dinero, inversiones financieras, pisos o locales y constituyen un ingreso muy importante en nuestras cuentas, porque nos permiten sostenernos económicamente. Estos testamentos se convierten en un acto de amor”, explica Pilar Labardor, tesorera de Cáritas Zaragoza.

La Asociación Española contra el Cáncer recibe cada año unos tres o cuatro testamentos solidarios. Sin embargo, en 2022, fue beneficiaria de uno muy especial. El que otorgó a título póstumo la zaragozana Clementa Soria, que donó a esta entidad 1,9 millones de euros. Gracias a este legado se pondrá en marcha en la comunidad una unidad de investigación en terapias celulares avanzadas en el Hospital Miguel Servet.

A cientos en Aragón y más tras la pandemia

“Son cientos los testamentos que se redactan en Aragón y en los que se incluyen disposiciones de carácter benéfico y solidario”, dice Dámaso Cruz, decano del Colegio de Notarios de Aragón. “Son infinitamente más frecuentes entre personas sin descendencia y hemos observado que, después de la pandemia, se ha notado un incremento”, afirma Cruz.

“La covid hizo sentir un desapego de estas personas hacia sus parientes que, en muchos casos, no son cercanos y han preferido dejar sus bienes a organizaciones solidarias en lugar de a sobrinos lejanos”, apunta el decano de los notarios. “También nos encontramos con personas que han padecido una enfermedad y que se han sentido atendidas por alguna de estas entidades, por lo que deciden acordarse de ellas en su testamento”, informa. 

"Hay personas que han padecido una enfermedad y se acuerdan de las entidades que las han atendido"

Entre las organizaciones que más reciben este tipo de legados se encuentran Cáritas, Cruz Roja o la AECC pero “también hay otro tipo de entidades más pequeñas, como parroquias, o comedores sociales a las que no es raro que se les dejen bienes de este tipo”, continua Cruz.

Cambiar el mundo después de la muerte

“Decidí hacer un testamento solidario hace unos 14 años en favor de Médicos sin Fronteras y de Unicef, entidades de las que soy socia”, dice Juana Mary Lecumberri, que tiene 63 años y vive en Zaragoza. “Me pareció una forma de seguir apoyando a las organizaciones con las que estoy vinculada después de que yo ya no esté, ya que entonces perderán mi cuota”, apunta. “De esta manera compenso esa situación para seguir contribuyendo a cambiar el mundo a mejor”, explica esta funcionaria del Gobierno de Aragón.

Juana Mary Lecumberri, que hizo un testamento solidario hace 14 años, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Juana Mary Lecumberri, que hizo un testamento solidario hace 14 años, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
M.O.

“Cuando lo decidí, consulté con un notario y me dijo que no había ningún problema y solo me costó unos 40 o 50 euros, que es lo que vale hacer un testamento”, continua Lecumberri. “No es mucho dinero lo que dejé para sendas ONG, pero 500, 1.000 o 2.000 euros los puede asumir mucha gente", apunta.

"Es algo simbólico, lo que buenamente puedas. Los que tienen más pueden dar más y los que tenemos menos, damos menos”, añade esta mujer que no tiene familiares directos. A sus parientes más cercanos “algo les dejaré, pero si puedo echar un cable de esta manera a estas entidades de las que llevo siendo socia tantos años, mejor”, concluye.

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