Herencias

Aumenta el número de aragoneses que redactan su testamento

Ni la crisis ni el estancamiento del mercado inmobiliario ha reducido la necesidad de los ciudadanos de plasmar por escrito el reparto de sus bienes, que este año crece a un ritmo del 5% respecto a 2010.

El año pasado se heredaron 5.494 pisos en Aragón
Aumenta el número de aragoneses que redactan su testamento
J. M. M.

En 2010 fueron 11.150 los testamentos que se redactaron en Aragón, mientras que durante el año pasado la cifra ascendió a 11.345. Ni la crisis ni el estancamiento del mercado inmobiliario han reducido la necesidad de los aragoneses de plasmar en un documento su voluntad a la hora de repartir sus bienes, una práctica que sigue aumentando y que, según las previsiones del Colegio Notarial de Aragón, se acercará a las 12.000 a lo largo de 2012.


Son más de 11.000 los testamentos que cada año se redactan en la Comunidad, pero todavía más las personas que deciden dejar constancia de sus deseos, ya que muchas parejas redactan este documento de forma conjunta. “Es un trámite sencillo que permite al ciudadano distribuir sus bienes de forma libre, siempre y cuando se respeten los límites del derecho aragonés, y que garantiza que se cumpla su voluntad cuando fallezca”, asegura Eloy Jiménez, decano del Colegio Notarial de Aragón.


Su precio, que no supera los 40 euros por persona, tampoco es un obstáculo para aquellos que están interesados en dejar todo atado antes de morir. “Con la crisis disminuyen las transacciones que suponen el movimiento de grandes cantidades de dinero, pero este no es el caso del testamento. Además, la gente muere y sus herencias se reparten haya o no problemas económicos”, asegura Jiménez, quien destaca las virtudes de estos documentos: “No solo puedes hacer lo que quieras con tus bienes, sino que además puedes cambiar de opinión y modificar el testamento”.


El testamento cobra especial importancia cuando alguien quiere que su herencia no siga al pie de la letra el camino marcado por la legislación o quiere introducir alguna variación sobre esta norma. “El cariño primero desciende, luego asciende y finalmente se expande”, asegura el decano del Colegio Notarial, haciendo referencia a un principio general del derecho sucesorio: “Si no hay testamento, la herencia se reparte entre los hijos. En caso de que el fallecido no tenga descendencia directa, pasaría a los padres, y posteriormente al resto de familiares, por orden de su grado de parentesco”.

Un nuevo perfil


Sin embargo, cada vez más testamentos intentan variar este orden legal, que en muchas ocasiones puede perjudicar a la pareja de la persona fallecida. “Los bienes pasarían antes a los padres del sujeto en cuestión, por ejemplo, que a su mujer o marido”, explica Jiménez.


De hecho, estas situaciones han ocasionado la introducción de un nuevo perfil que, a pesar de crecer, sigue por detrás del mayoritario: las personas de entre 60 y 70 años, sobre todo mujeres. “Vienen muchos matrimonios jóvenes o parejas de hecho que, en caso de que fallezcan, quieren que sus bienes sean para el otro miembro”, indica el decano.


Las viviendas son uno de los bienes más comunes que cambian de manos a través de herencias -el año pasado se transmitieron 5.494 pisos en Aragón por esta vía- y suelen ser uno de los principales objetos de los testamentos, pues en muchas ocasiones hay que repartir un solo inmueble entre varios herederos.


Más raros son los casos en los que una persona fallece sin testar y no tiene ascendientes, descendientes, cónyuge ni parientes de hasta cuarto grado. En esa situación, el derecho aragonés indica que la herencia pasa a manos del Gobierno de Aragón, que los dedicará a fines sociales o solidarios.