La DGA repartirá más de un millón procedente de herencias

Será la segunda mayor cantidad obtenida de legados de personas sin herederos ni testamento en Aragón. Desde 2001 se han distribuido 4,37 millones.

Más de la mitad de las personas dependientes en Aragón tienen más de 80 años, según datos del Observatorio.
La DGA repartirá más de un millón procedente de herencias
Heraldo

Los proyectos sociales aragoneses recibirán este año un empujón en forma de más de un millón de euros. El dinero procede de las herencias recibidas por la DGA de abintestatos, es decir, de personas que murieron sin hacer testamento ni tener herederos.


Desde el año 2001, la comunidad ha repartido 4,37 millones de euros por este procedimiento. Cada año y medio o dos años, la Junta Distribuidora de Herencias, dependiente del Departamento de Hacienda del Gobierno de Aragón, reparte el dinero obtenido entre los proyectos de las entidades sociales que se presentan a la convocatoria especial de ayudas.


Por ejemplo, en la última ocasión, en septiembre de 2012, se distribuyeron 572.637 euros entre 15 entidades. Gracias a este dinero, ATADES pudo rehabilitar varias viviendas en Fraga para personas con discapacidad o dependencia y se realizaron inversiones en las residencias de Calatayud y Villamayor de Gállego, entre otros proyectos.


La siguiente convocatoria, que se celebrará en las próximas semanas, incluirá los cambios normativos que entraron en vigor el pasado noviembre y que permitirán que las herencias puedan distribuirse más rápidamente, ya que se puede repartir los fondos en metálico aunque no se hayan podido vender los bienes inmuebles provenientes de este legado.


“Cada vez cuesta más vender los inmuebles en las subastas y así podemos hacer repartos parciales”, explica Asunción Casabona, directora general de Contratación, Patrimonio y Organización.


Aunque todavía se trata de datos provisionales, ya saben que la cantidad distribuida superará el millón de euros, gracias a las herencias de unas 25 personas. Será la mayor convocatoria hasta la fecha, solo superada por la de Elías Martínez Santiago, un jubilado de Eléctricas Reunidas que murió en 1998 dejando una herencia de 16 millones de euros. Con esta suma, el Gobierno aragonés pudo inaugurar dos residencias de ancianos, en Utebo y Torrero, esta última con su nombre.

Un largo proceso

Aragón recibe los abintestatos desde 1995, cuando pasó a ser un derecho foral. Solo otras cinco comunidades reciben estos bienes, mientras que en el resto pasan al Estado. Desde aquel año, la comunidad ha recibido las herencias de 314 personas, según los datos del Departamento de Hacienda.


Para que un legado acabe financiando un proyecto social tiene que pasar por un largo procedimiento, que se inicia cuando la DGA entra en conocimiento del caso. La más común es que el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) informe de ello, ya que la mayoría se suelen dar en residencias de ancianos. Los particulares también avisan a la comunidad, en general porque desean adquirir alguno de los bienes que pasarán a subasta o para satisfacer una deuda, al igual que los Juzgados, porque se denuncie a la persona o por el descubrimiento de su cadáver.


En la primera fase del proceso, se investiga que no haya herederos hasta el cuarto grado ni testamento, qué cargas puede tener, etc. para que la comunidad se declare heredera. Después serán los juzgados los que resuelvan la declaración de herederos, tras lo cual la DGA comienza la gestión, con la subasta de los bienes inmuebles. Solo los inmuebles que sean utilizables directamente por servicios sociales se mantienen, como un piso zaragozano que se puso a disposición de la Red de Bolsas de Viviendas para el Alquiler Social de Aragón el pasado mes de septiembre. “Hay una proposición no de ley para que los inmuebles se destinen a vivienda social, algo que ya se está haciendo, pero muchas veces están en unas condiciones lamentables y no compensa”, indica Casabona.


Por último, se abre una convocatoria pública en el BOA para que las entidades sociales presenten sus proyectos, algo que ocurrirá en los próximos meses. Será la Junta de Distribución de Herencias la que evaluará las propuestas. “No da para el desarrollo de sus funciones, sino para necesidades específicas, como realizar inversiones en una residencia, poner un ascensor, comprar un vehículo… Cosas concretas a las que podamos hacer un seguimiento”. Además, tendrá preferencia la última localidad en la que viviera el fallecido, para que sean sus vecinos los herederos de quienes no los tuvieron.