José Manuel Romeo: "Los voluntarios son el auténtico buque insignia de Cruz Roja"

Acaba de estrenarse como presidente del Comité Provincial de Cruz Roja en Zaragoza. ¿Cuándo comenzó su relación con esta organización?Llevo 32 años vinculado a Cruz Roja. Empecé como voluntario con 19 años, siempre me ha gustado ayudar, soy una persona colaboradora y participativa. Desde entonces me dije que mientras pudiera dedicaría un poco de mi tiempo a los demás. Luego, en 2007 cogí las riendas de la asamblea local en Ejea de los Caballeros.

Seguro que como voluntario de a pie ha vivido momentos inolvidables.Siempre he estado vinculado a la conducción de ambulancias. Estuve en la tragedia del campin de Biescas y experiencias como esas te marcan para siempre. Por los servicios que prestamos tengo, como otros compañeros, la medalla de bronce de Cruz Roja. La pandemia ha sido otro de los episodios más intensos y emotivos para mí. Al principio salimos a buscar a personas a los domicilios sin saber a qué nos enfrentábamos, con los EPI (equipo de protección individual), precintados... Se hizo la compra a personas que no tenían dinero. Cuando la gente te mira a los ojos y te transmite con ellos el agradecimiento por la ayuda que recibe es una sensación que te llena como persona.

¿No le da vértigo pasar de una asamblea local a estar al frente de una docena?Vértigo no, porque sé que hay un equipo de profesionales detrás y tengo la experiencia de la asamblea de Ejea, que entre todos hemos conseguido que creciera en toda la comarca. Sí siento qué es una gran responsabilidad. En 2008 firmamos un convenio importante con el Ayuntamiento ejeano que nos ha permitido crecer. Poco a poco he ido conociendo los entresijos de la entidad y me da un poco de pena marcharme de la de Ejea, pero seguiré vinculado a ella como voluntario.

¿Qué le gustaría aportar?Me gustaría que los voluntarios tuvieran un mayor reconocimiento a nivel social porque ellos son el auténtico buque insignia de Cruz Roja. Tenemos buenos números, contamos con 8.641 que tienen una edad media de 41 años. Hemos crecido bastante en los últimos años, pero siempre se necesitan más manos. Por ejemplo, estamos atendiendo a 55.000 personas de forma continuada a lo largo de todo el año. Tenemos abiertos 20 centros en la provincia.

¿Cómo se consigue atraer e implicar a más gente?Lo importante es escuchar a la persona que viene, saber dónde quiere colaborar y lo más rápidamente posible encargarle alguna tarea. Hemos acortado mucho los plazos para ser voluntario. Antes era un proceso muy largo, había que hacer cursos formativos, pero ahora en una media de ocho días ya se les asigna una actividad relacionada con sus intereses.

¿Qué proyectos le gustaría afianzar?En Cruz Roja tenemos muchos frentes abiertos. Para mí es fundamental potenciar la formación de cara a que las personas que atendemos en programas como los de protección internacional puedan independizarse. Hoy por hoy tenemos 410 plazas, 50 en primera acogida y 281 en acogida temporal, además de 79 en ayuda humanitaria.

¿Hay alguna necesidad que le preocupe especialmente?En las Cinco Villas la soledad no deseada de las personas mayores es palpable. En el ámbito provincial ya hemos empezado a trabajar en 70 pueblos de menos de 100 habitantes para ver sus necesidades reales y crear una red de voluntarios que les faciliten la vida.

Más allá de Cruz Roja, ¿cuál es su profesión?Soy agroganadero desde hace 25 años. En su momento me encontré con un negocio familiar y unas tierras que había que gestionar y decidí apostar por las granjas de porcino. Me gusta la vida en el medio rural, nos faltan servicios, por supuesto, pero tenemos otras compensaciones.