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Presentes de fin de curso a los profesores: "Hemos llegado a regalar un reloj inteligente de más de 300 euros"

Los bolsos de marca y la tecnología se cuelan cada vez más en los obsequios de fin de curso que hacen los progenitores a los docentes de sus hijos, relegando a un segundo plano los detalles de los alumnos.

Cada vez se hacen regalos más caros a los profesores para fin de curso.
Cada vez se hacen regalos más caros a los profesores para fin de curso.
Kristina Urresti

Con el fin de curso a la vuelta de la esquina llega el momento de agradecer a los maestros y profesores el trabajo realizado durante todo el año con sus alumnos. El agradecimiento puede ser meramente verbal, con unas emotivas palabras en la última tutoría o a la hora de recoger a los niños, pero lo más habitual, desde hace ya algunos años, es hacerle al docente un regalo grupal para darle las gracias por su desempeño.

Estos regalos suelen hacerse en los cambios de ciclo en Educación Infantil y Primaria, es decir, cuando los niños van a pasar a 1º, 3ª y 5ª de Primaria porque, normalmente, es cuando cambian también de tutor y dejan al profesor con el que han pasado dos o tres años, en el caso de los cursos de Infantil.

Muchos de estos obsequios son detalles que apelan a la emoción de los profesores y en los que los niños son los protagonistas. Los padres y madres del aula se ponen de acuerdo para poner un dinero en concepto de bote y con él se compra el regalo de parte de todos los niños del aula. 

Desde dibujos con dedicatorias hechas por cada uno de los niños de clase y encuadernados a modo de libro, hasta fotografías de grupo enmarcadas y vídeos con mensajes, pasando por otros más  originales como bolsos con los nombres de todos los alumnos, cuadros con una poesía, tazas personalizadas o desayuno con entrega en la escuela.

Regalos caros y roces entre los padres

Sin embargo, cada vez más, algunos de estos detalles parecen sobrepasar los límites del mero agradecimiento y se convierten en presentes con un coste elevado, en los que los niños no participan de ninguna manera y que no tienen nada que ver con la escuela. 

“Nosotros hemos llegado a regalarle a la profesora una caja regalo con un viaje de fin de semana, o un ‘Apple watch’, -reloj inteligente- que costaba más de 300 euros y, para ello, hemos tenido que poner 20 euros por niño”, se queja Maite García, una zaragozana que tienen dos hijos en Primaria en un colegio de la capital aragonesa.

"Una cosa es tener un detalle con la profesora y otra que se haga un regalo de estas dimensiones"

“Estamos perdiendo el norte. Una cosa es tener un detalle con la profesora a final de ciclo y otra que, todos los años, como es en nuestro caso, se haga un regalo de estas dimensiones”, critica esta progenitora. “Además, se generan problemas entre los padres y hay roces si alguno comenta que cree que se nos está yendo la pinza”, confiesa. “Lo peor es la presión a la que te ves sometida si piensas diferente. Al final, acabas callando y pagando por no discutir con el resto de padres”, lamenta García.

"Lo pero es la presión a la que te ves sometida si piensan diferentes. Acabas callando y pagando"

El caso de esta madre no es aislado y ocurre en otros centros educativos aragoneses. “A mí el año pasado me regalaron un bolso de 'Bimba y Lola', un llavero a juego de la misma marca, porque el que llevaba con mis llaves del cole se me rompió durante el curso, además de una cartulina firmada con la dedicatoria de todos los niños”, afirma M.ª Pilar Fernández, una joven maestra de 5º de Primaria de un colegio del sector de Romareda.

También un bolso de esta marca,  valorados en alrededor de 200 euros, ha sido el regalo escogido para otra profesora de otro centro zaragozano. “Unas madres le preguntaron a una amiga de la maestra qué era lo que le gustaba y así iban a lo seguro”, dice Alberto Martínez, un padre zaragozano que no está de acuerdo con este ‘detalle’ de fin de curso. “La gente se viene arriba y no le importa hacer estos regalos tan caros. Hay muchos progenitores 'flipados' que quieren mostrarle a la maestra su agradecimiento de esta manera”, explica.

Regalos moralmente cuestionables

“Este tipo de regalos no es lo habitual pero no se deberían de permitir. Yo, moralmente, no podría aceptarlo”, dice Teresa Hernández, presidenta del sindicato independiente de la Enseñanza Pública (ANPE) en Aragón. “Partiendo de la base de que los padres no tienen que regalar nada porque es nuestra obligación como docentes hacer bien nuestro trabajo”, afirma Hernández. 

"Los padres no tienen que regalar nada. Es nuestra obligación como docentes hacer bien nuestro trabajo"

Sin embargo, “es cierto que muchos padres, de manera grupal y sobre todo al final del ciclo de Educación Infantil, deciden llevarle un detalle de agradecimiento al maestro, pero suelen ser cosas que no son muy costosas y que en la mayoría de los casos están relacionadas con los niños", matiza Hernández. 

Son obsequios simbólicos, que tienen más valor emocional que económico”, continua la presidenta de ANPE Aragón, y apunta a “que son los padres los que tienen que poner los límites”, señala. Aunque entiende que “es muy difícil ser el padre que dice que no está de acuerdo y que no participa, por lo que muchos padres se ven obligados a poner el dinero por obligación, por no decir que no”, afirma Hernández.

"Se puede intentar que cambien el regalo por otra cosa que se pueda aportar a centro escolar".

Por su parte, “el docente también debería de rechazar este tipo de regalos excesivos de manera delicada, para intentar que los padres y madres no se sientan mal, porque somos conscientes de que lo hacen en señal de agradecimiento", afirma. "Se puede intentar que lo cambien por otra cosa que se pueda aportar al centro escolar”, asevera Hernández. Lo cierto es que te ponen en un compromiso”, confiesa la presidenta de ANPE Aragón. 

“Este tipo de regalos no se consideran delito, pero son una burrada”, señala. En este sentido la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público dispone que los funcionarios “no aceptarán ningún trato de favor o situación que implique privilegio o ventaja injustificada, por parte de personas físicas o entidades privadas y se rechazará cualquier regalo, favor o servicio en condiciones ventajosas que vaya más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía, sin perjuicio de lo establecido en el Código Penal”.

"Este tipo de regalos ten ponen en un compromiso. No se consideran delito pero son una burrada"

Un regalo que represente a los niños

La psicopedagoga Olga Lázaro confirma que “desde hace un tiempo se han puesto de moda” este tipo de regalos excesivos. “Yo he visto regalar de todo, iPad, viajes de fin de semana... Es como una competición entre las clases, a ver quién hace el mejor obsequio, además de representar una exigencia y presión social a los padres que genera situaciones de conflicto”, afirma. 

Al final, muchos “regalan por presión social, porque no quieren que les juzguen otros padres, o por el miedo a que solo firmen la tarjeta los que han puesto dinero. Es difícil que un padre no sucumba a esa presión”, apunta Lázaro. 

"Muchos progenitores sucumben por la presión social y  el miedo a que solo firmen los que han pagado"

Sobre el regalo en sí mismo, la psicopedagoga lo tienen claro: “Tiene que ser algo que represente a los niños, que tenga que ver con ellos, ya que son la fuente de ese agradecimiento: una foto de grupo, un trabajo manual, un dibujo de cada uno de ellos encuadernado. Así evitaríamos muchos problemas”, señala.

Al final, “los docentes valoramos más un detalle hecho por nuestros alumnos y tenemos en cuenta también el esfuerzo que han tenido que hacer muchas familias para sumar su aportación. No porque algo sea más caro se valora más”, argumenta, por su parte, Teresa Hernández. 

“Yo tengo guardadas las cartas y dibujos hechos por mis alumnos para fin de curso a lo largo de los años con mucho cariño. Los docentes nunca nos cansamos de esos pequeños detalles”, concluye la presidenta de ANPE Aragón.

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