educacion

Inger Enkvist: "Las reformas educativas de España, como dejar pasar de curso, las hemos probado en Suecia y no nos ha ido bien"

La catedrática emérita sueca de español y experta en literatura hispánica ofreció hace unos días una conferencia y participó en un coloquio en la Universidad de Zaragoza.

Inger Enkvist, catedrática emérita de español en la Universidad sueca de Lund, hace unos días en Zaragoza.
Inger Enkvist, catedrática emérita de español en la Universidad sueca de Lund, hace unos días en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Estudió español por "espíritu de aventura" en una época en la que no había siquiera diccionarios de español-sueco y, después de toda una vida dedicada a la docencia, reconoce que se siente muy afortunada con una profesión que volvería a elegir.

"El mundo hispánico me ha tratado siempre muy bien. Y es hermoso leer sobre el Cid Campeador o lo que dice el Arcipreste de Hita, el Lazarillo de Tormes... Es una satisfacción estética, ética e intelectual", subraya Inger Enkvist, catedrática emérita de español en la universidad sueca de Lund, experta en literatura hispánica, ensayista y que ha asesorado al Ministerio de Educación de su país. También en España le invitaron una vez a una comisión de Educación en el Congreso, aunque no se puede decir que saliera muy satisfecha. "Eran todos muy amables, pero no tenían las más mínimas ganas de ponerse de acuerdo", recuerda.

Hace unos días e invitada por los profesores aragoneses Elena Gil y Chaime Marcuello, la pedagoga sueca participó en un coloquio en la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza e impartió una conferencia en el Grupo Interdisciplinar de Innovación Docente del campus público. Ahí habló de su último libro en español, 'Conocimiento en crisis. Las ideologías en la educación actual con ejemplos de Suecia', y del valor de dicho conocimiento en la educación de todas las personas, tal y como apunta Gil.

Enkvist remarca que con su nueva obra ha querido advertir contra pedagogías libres o activas que no funcionan, como las que se implantaron en su país en los años sesenta. "Suecia tenía un nivel educativo y económico de los mejores del mundo, pero empezamos a experimentar con la educación. Impusimos el colegio único, la inclusión, eso de dejar pasar (de curso) a los chicos, promoverlos sin que hubieran aprendido lo del curso anterior... Lo hemos hecho y no nos ha ido bien", afirma. "Me da pena porque es muy caro experimentar con toda una generación de alumnos -continúa- No van a volver a tener esos años de juventud y, para el país, es una inversión de dinero que no va a dar buenos resultados. Es un tipo de autolesión".

Siguiendo esta línea argumental, se pregunta por qué otras naciones no aprenden del caso sueco. Una clara alusión a la recién implantada Lomloe. "Llevo tantos años en España viendo lo que pasa que es triste que cometa los errores que ya se han hecho en Suecia. Las reformas educativas que se están llevando a cabo en España ya las hemos probado y hemos ido descendiendo (de nivel)", insiste. Para ella, cambiar de modelo educativo cada vez que hay nuevo Gobierno -algo tan habitual en nuestro país- no se sostiene y culpa de ello tanto a políticos como a pedagogos. "Hay un problema con la disciplina en la pedagogía a nivel general, en todo Occidente y no solo en España. Hay tantas ideas pedagógicas en el aire... Si fuera una disciplina sólida, con resultados probados, no caerían en la trampa de cambiar y cambiar porque tendrían algo firme en qué basarse", opina.

"La presión sobre los docentes es muy grande y eso ahuyenta a los que tienen alternativas, que en general son los mejores o los que tienen mucha iniciativa"

Alumnos y docentes

Por otro lado, se refiere a dos aspectos que hay que tener muy en cuenta para que un modelo educativo funcione: tener grupos con estudiantes que estén más o menos al mismo nivel -y no basándose solo en la edad- y convertir las aulas en un lugar atractivo de trabajo para los profesores. "La presión sobre los docentes es muy grande y eso ahuyenta a los que tienen alternativas, que en general son los mejores o los que tienen mucha iniciativa. Deben dar clase para la mayoría del grupo y, además, atender a otros con historias y necesidades especiales. Con esas políticas de no exigir que el alumno esté al nivel del grupo y trabaje, estamos destruyendo el sistema entero. Es malo para el estudiante, para la profesión docente y el país", dice, y añade: "Lleva a este tipo de impresión de que no hay nada que hacer y no es verdad. Me parece estupendo que se dé educación para todos, es lo que se debe hacer. Pero preferimos decir que todos son iguales y lo mismo es lo mejor para todos sin comprobar si realmente es así. Esa es -más o menos- la educación pública en Europa occidental".

"Con esas políticas de no exigir que el alumno esté al nivel del grupo y trabaje, estamos destruyendo el sistema educativo entero"
"Preferimos decir que todos son iguales y lo mismo es lo mejor para todos sin comprobar si realmente es así" 

Además, esta pedagoga sueca considera necesario establecer el orden y la disciplina en las aulas en aras a la convivencia en los colegios. "Si se permite que algunos chicos hagan bulla o molesten, eso es igual a robar a otros su derecho a la educación. No se debería consentir. O se adaptan y están en el grupo o si no tendrán que trabajar en otro", observa. 

En el caso de Suecia, Inger Enkvist señala que hay centros que funcionan bien, alumnos inmigrantes (de Somalia, Afganistán, Afganistán, Iraq y Siria, principalmente) que aún no se han integrado al sistema sueco y políticas "negativas" que han socavado el nivel educativo. "Ya no hay una escuela sino varias y eso es un problema. Todos estamos preocupados; lo que solía ser un orgullo y funcionaba -como era el colegio- ahora es una preocupación. La educación no ha mejorado en estos años sino que ha empeorado en Suecia y Occidente", asegura.

En el otro lado de la balanza, destaca los modelos de éxito de Finlandia y Singapur. "Los países a los que les va bien en educación tienen un alto nivel de profesores de Primaria. Lo bueno es contar a aquellos que tienen un buen nivel intelectual y de vocabulario y, claro, que les interese la enseñanza. Si el docente es un buen modelo para los niños, estos aprenderán estando a su lado. Van a aprender a respetar el conocimiento, a sí mismos y al profesor sin que ello se haga con reglas, sino simplemente porque hay una convivencia respetuosa", sostiene. También alude a Corea del Sur y Japón, otras dos naciones con muy buenos maestros. "Por eso se les respeta y más gente respetable quiere entrar en la profesión".

"Los países a los que les va bien en educación tienen un alto nivel de profesores de Primaria; es el caso de Singapur y Finlandia" 
"Con las redes sociales, los jóvenes pierden tiempo en algo que como mínimo desplaza la verdadera vida. Nos estamos deshaciendo de posibilidades por nada" 

Y si importante es el papel del profesor a la hora de educar no lo es menos el de las familias porque, tal y como recuerda, los hijos aprenden mucho por imitación.  "El respeto y cariño entre padres e hijos empieza ahí. Con la politización de la educación, los políticos han querido compensar a los alumnos que no tienen eso en casa y dicen que esa es la tarea de la escuela", cuestiona.

Por último, Enkvist no elude el debate sobre el buen o mal uso que hacemos de las redes sociales, en especial por parte de los jóvenes. Valora que es más negativo que positivo y avisa de que les distrae de sus estudios y amistades reales. "Se pierde tiempo en algo que como mínimo desplaza la verdadera vida y los jóvenes están en una época de desarrollo. Mi impresión es que nos estamos deshaciendo de conocimientos y posibilidades por nada. Es tiempo muerto y nos exponemos a que nos intenten influir. Es una tentación; es gente muy inteligente la que organiza todo esto y lo hace bien", concluye.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión