El Banco de Alimentos de Zaragoza recorta un 21% sus lotes ante unas donaciones "bajo mínimos"
La subida de los precios y la falta de suministros de productos básicos obliga a la entidad a reducir los kilos de ayuda a las familias.
La subida de los precios de los alimentos ha puesto contra la cuerdas a cientos de familias aragonesas pero también a esa gran familia que a su manera también es el Banco de Alimentos de Zaragoza, gracias a cuyas aportaciones comen cada día 22.727 personas. Hace unas semanas la entidad ya lanzaba un SOS ante la falta de leche y aceite de oliva en sus estanterías, derivada de la ausencia de estos productos básicos en el Fondo de Ayuda Europea a los desfavorecidos (FEAD) por la retirada unilateral de las empresas aceiteras y lácteas del concurso de compra convocado a nivel europeo. La situación, alerta ahora su presidente, José Ignacio Alfaro, es "crítica", las grandes donaciones están "bajo mínimos" y se ha reducido el número de kilos que se entregan a las familias.
"En 2022 manejamos una ratio de 141,87 kilos de alimentos entregados por persona y año, pero a finales de marzo estamos solo en 112,32, lo que supone casi un 21% menos y aún puede ir a peor. No sabemos cómo vamos a poder afrontar esta situación", se sinceró ayer Alfaro. Para el fin de semana del 5 al 7 de mayo se va a desarrollar una campaña nacional bajo el eslogan ‘OK Primavera 2023’ a base de aportaciones económicas en las cajas de los establecimientos.
Los estragos de la inflación afectan a las grandes donaciones de fondos que solían llenar sus estantes y garantizaban las verduras y frutas en sus menús. Los productos frescos de excedentes de producción procedentes del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) han descendido un 25%, de 184.000 kilos a 138.000. "Antes recibíamos hasta 14 referencias de artículos y la última vez solo llegaron cinco", señaló Alfaro.
Salvando las distancias, el problema se repite con los mayoristas de Mercazaragoza, proveedores habituales. "Ha disminuido considerablemente los productos que nos llegan porque no pueden venderlos, a veces porque no reunían unos estándares de calidad. Han pasado de 78.000 kilos al año a unos 35.000", apuntó el presidente del Banco de Alimentos. Lo atribuye a que los consumidores "ante el alza de precios también compran lo más barato que encuentran" y las propias fincas agrícolas "ajustan al máximo sus producciones". De la misma manera, los donativos de productos secos (como galletas, arroz, legumbres secas...) han caído un 15%.
"Antes de una empresa de lácteos recibíamos un tráiler de yogures cada semana y ahora nos pueden enviar cinco palés cada 20 días. Todas las empresas están optimizando recursos", puso como ejemplo Alfaro. Para paliar la falta de leche y aceite de oliva, del fondo europeo recibían 311.197 y 54.585 litros, respectivamente, han comprado 50.000 litros de leche y ahora una "oferta" de aceite de girasol. "Son unas adquisiciones extraordinarias, porque no tenemos ya dinero en efectivo para destinarlo a este fin", aseguró.
El resultado es que las familias van camino de recibir un 21% menos de comida este año y que los menús ya no son tan completos, porque las cuentas del Banco flaquean y no llegan para seguir comprando los segundos platos preparados, como salchichas, pollo y pescado congelado. La nota positiva es que los donativos de particulares son un goteo continuo. "Denotan que el ciudadano está sensibilizado, pero son insuficientes", concluyó Alfaro.
Más peticiones de ayuda
El Refugio de Zaragoza es una de las entidades que en este primer trimestre de 2023 ha puesto datos al incremento de familias que demandan alimentos, muchas para poder llegar a fin de mes y afrontar los gastos de la vivienda, el gas y la luz. En este periodo han atendido a 654 hogares frente a los 464 del año pasado, lo que supone un aumento del 40,95%. Las familias procedentes de América se han disparado, pasando de 197 del año pasado a 379 actualmente. Las procedentes de Colombia han crecido de 45 a 140, las de Nicaragua de 29 a 50 y las de Venezuela de 36 a 83. El número de usuarios también se ha disparado, de 1.351 a 1.826, un 35,16% más.
Respecto a los alimentos, el Refugio ha repartido 40.855 kilos en este primer trimestre, cuando en 2022 fueron 36.782. Solo leche, un producto básico que falta en los lineales, han sido 9.093 litros. "Necesitamos leche, galletas y arroz. Nosotros no tenemos y el Banco de Alimentos tampoco", aseguró el gerente del Refugio, Ernesto Millán. Esta entidad, como otras, está recurriendo a impulsar recogidas en empresas, colegios y cofradías.
Una exposición que apela a la generosidad
¿Quiénes somos, dónde estamos y qué hacemos? A estas tres simples preguntas quiere dar una respuesta la exposición de una veintena de carteles sobre la historia y el funcionamiento del Banco de Alimentos de Zaragoza, que desde hoy y hasta el 16 de mayo se puede contemplar en el tramo de la Gran Vía de la capital aragonesa, junto a la plaza de Paraíso.
A través de las fotografías de Aránzazu Navarro y el diseño de Víctor Meneses, que han colaborado altruistamente con esta iniciativa, la muestra permite conocer la historia de estas organizaciones sin ánimo de lucro, que nacieron en Estados Unidos en 1967 y llegaron a Aragón en 1994, y el funcionamiento del de Zaragoza en varias naves de Mercazaragoza. Se resalta la labor de los voluntarios, 148 fijos, por lo general jubilados y prejubilados, y cómo los palés y cajas de productos de todo tipo se reparten a 200 asociaciones de ayuda a los necesitados, comedores sociales, residencias de ancianos y comunidades religiosas que los entregan a sus usuarios.
