salud y consumo

Cambio en los hábitos alimentarios: "Una bolsa de magdalenas es más barata que un kilo de manzanas"

"Eso se traduce en aumento de obesidad, colesterol, diabetes y otras enfermedades. También incluso oncológicas", lamenta el vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria.

Una empleada de un supermercado cambia las etiquetas a primera hora de la mañana de este martes.
Una empleada de un supermercado de Zaragoza cambia las etiquetas de los alimentos.
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Nueve de cada diez personas han cambiado sus hábitos alimentarios debido a la subida de los precios. Esa conclusión se extrae de un estudio de la OCU y, según los sanitarios, esta cuestión se traduce en el aumento de la obesidad, la hipertensión y otras enfermedades. 

Según el informe, tres de cada diez usuarios compran menos carne o pescado, el 18% menos fruta y vegetales y el 23% menos comida en general. "Comer menos frutas, verduras y pescados empeora la salud. Tienen determinados nutrientes muy importantes como los antioxidantes u Omega 3", subraya Luis Miguel García, médico de Atención Primaria en el centro de salud Amparo Poch de Zaragoza y vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria.

"El que se encarezcan productos básicos y frescos supone que muchas personas coman alimentos precocinados con aditivos. Son de alto componente calórico y bajo componente nutricional. Eso se traduce en un aumento de obesidad, colesterol, diabetes y otras enfermedades. También incluso oncológicas", lamenta. 

A día de hoy, asegura Alejandra Bastarós, nutricionista aragonesa y profesora de la Universidad San Jorge, "la comida ultraprocesada es más barata, sin embargo no sacia lo mismo que los productos saludables. Una bolsa de magdalenas es más barata que un kilo de manzanas, pero te quita el hambre solo un momento. Es decir, en realidad es más cara", defiende.  

Alba Santaliestra, presidenta del Colegio Profesional de Nutricionistas de Aragón.
Alba Santaliestra, presidenta del Colegio Profesional de Nutricionistas de Aragón.
José Miguel Marco

La subida de los precios, argumenta la presidenta del Colegio Oficial de Nutricionistas de Aragón, Alba Santaliestra, "afecta especialmente a las familias con menos recursos económicos, que a su vez suelen ser las más vulnerables en términos de salud porque, en general, todo viene asociado al menor poder adquisitivo". 

"Los productos que presentan un perfil menos saludable (ricos en grasas de baja calidad) tienen mayor relación con las enfermedades cardiovasuclares y los que son altos en azúcares son los que están relacionados con la diabetes. Éstos resultan más económicos y son hacia los que tiende la población", argumenta. Todo ello, añade Bastarós, se traduce en un incremento del sobrepeso y la obesidad.

Bastarós y Santaliestra recomiendan comprar frutas y verduras de temporada que, aunque también han subido de precio, siempre son algo más baratas. "No podemos pretender comer sandía ahora", sostiene la profesora de la San Jorge. La presidenta del Colegio Oficial añade que hay que priorizar el "producto local". "Hay productores que venden directamente. Estos puntos de venta son interesantes. En las grandes superficies no nos encontramos con los precios más ajustados porque hay intermediarios que también tienen que ganarse el sueldo", asegura.

En cuanto al pescado, Bastarós, indica que también es importante seleccionar bien la compra. "Ha crecido mucho el precio, pero siempre hay alguno que está de temporada, ahora, por ejemplo, es la del salmonete. Se puede comprar congelado, que es más barato, y el valor nutricional no cambia", puntualiza. 

Además, resaltan las dos profesionales la importancia de comer legumbres. "Es una proteína que tiene un coste menos elevado que las carnes y pescados. Los huevos es otra fuente proteica de calidad. Son alimentos que deberíamos incluir de forma más consciente y habitual.

Salud física y salud mental

Bastarós asegura que el cambio de hábitos alimentarios no solo influye a la salud física, sino también a la mental. "Está demostrado que abusar de comida basura acentúa la depresión", apunta. 

"Lo que comemos y la forma en que comemos afecta mucho a la parte psicológica. De hecho, se dice que el estómago es nuestros segundo cerebro. Es importante comer equilibrado porque de esta manera se tiene más defensas y eso previene las enfermedades mentales y los trastornos del estado de ánimo", subraya la psicóloga clínica Marta Sánchez. 

En la calle

Resulta sencillo comprobar cómo los hábitos de alimentación han cambiado en los últimos meses debido a los precios. Basta con pasear por un supermercado y observar que los carros llenos de alimentos ultraprocesados son más habituales que el año pasado. 

Ricardo García compraba este martes en un supermercado del centro de Zaragoza unos cuantos productos para llenar la nevera. "Está todo carísimo. Como la subida ya lleva tiempo, me he ido adaptando. Es verdad que ahora miro más el precio de todo. Por suerte no he tenido que dejar de comer ni carne ni pescado, pero sí que compro más marca blanca que antes", subraya. 

Amparo Pinzón y su familia también han percibido un incremento en los precios y destinan 300 euros más al mes para comer. "Se nota una barbaridad tanto en alimentos de primera necesidad como en productos de aseo. La verdad es que sí que hemos ajustado un poco el menú para no gastar tanto", sostiene. 

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