Las casas rurales de Aragón esperan llenar el 90% de sus camas con el tirón de las reservas de última hora

Los empresarios del sector detectan que ha disminuido la demanda en comparación con otros años y que hay una contención del gasto.

Casa rural en Escuer (Alto Gállego).
Casa rural en Escuer (Alto Gállego).
Rafael Gobantes

Un año más, la Semana Santa envía un mensaje positivo al turismo rural aragonés. La ocupación de este tipo de alojamientos ronda una media del 75%, con el Pirineo y las comarcas que vibran al ritmo de la Ruta del Tambor, principalmente, que ya han colgado el cartel de completo. Los empresarios del sector esperan llenar el 90% de sus camas gracias al tirón de las reservas de última hora que ya se dejó sentir este domingo en un fin de semana de transición.

"Ha disminuido la demanda, probablemente porque el viajero después de la covid ha elegido más salir al extranjero. También se percibe un gasto contenido. La gente quiere viajar, salir, pero si mantiene la calidad acorta las estancias y si está más tiempo gasta menos que antes", destaca Francisco Parra, presidente de la Asociación de Turismo Verde.

También opina que al perfil de cliente en estas fechas, principalmente familias y grupos de amigos, se "ha repartido" con los siguientes puentes del 23 de abril y el 1 de mayo. A partir del miércoles las pernoctaciones son de tres o cuatro noches, ya que el Lunes de Pascua, 10 de abril, es festivo en seis comunidades autónomas: Cataluña, La Rioja, Navarra, Islas Baleares, País Vasco y la Comunidad Valenciana.

El presidente de Faratur (Federación Aragonesa de Turismo Rural), Jesús Marco, subraya que la presencia de visitantes extranjeros, aunque nunca ha sido significativa en este sector, aún no se ha recuperado tras la pandemia de coronavirus. "Siempre recibimos visitantes franceses, que son los que ya han regresado con normalidad, pero faltan los procedentes de Holanda, Bélgica y Luxemburgo que llegaban atraídos por el medio natural", apunta. 

Asimismo, llama la atención sobre que el esquí ya no es el principal atractivo en estas fechas: "La gente tiene ganas de campo, monte y aire libre. Si ha nevado algo puede venir muy bien porque siempre es un revulsivo acercarse a pisarla, pero a estas alturas y con las temperaturas de las últimas semanas se apuesta por otras actividades y alternativas".

El reto del sector del turismo rural es superar los datos de ocupación que dejó abril de 2022, mes en el que también coincidió la Semana Santa: 23.868 viajeros y 66.018 pernoctaciones.

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