Entrar en una facultad de la capital aragonesa y observar que todo el alumnado accede al baño por la misma puerta ya no es una novedad. La etiqueta 'servicios' ya no va siempre acompañada por un dibujo identificativo con el sexo masculino o el femenino. Es decir, los baños mixtos se están imponiendo, poco a poco, a los separados.

La Universidad de Zaragoza pretende instalar aseos unisex en todas la nuevas remodelaciones de edificios. De hecho, en la nueva facultad de Filosofía y Letras será una realidad. El objetivo es, según especifican desde el campus público, fomentar el respeto, la diversidad y la igualdad del colectivo LGTBI. Con ello, apuntan, pretenden huir de las "clasificaciones" y apostar por "espacios cómodos y agradables" en los que "se preserve la intimidad".

Esta medida está recogida en el plan estratégico sobre el colectivo LGTB que elaboró el campus aragonés hace cuatro años y que estuvo coordinado por la Oficina Universitaria de Atención a la Diversidad y el Grupo de Investigación de Estudios en Ordenación del Territorio (GEOT).

En el nuevo edificio del campus de San Francisco, que está previsto que esté terminado a finales de abril, habrá servicios mixtos en todas las plantas y bloques. No existirán urinarios y se instalarán cabinas individuales con un sanitario y lavabos comunes. Antes de la demolición del edificio, también disponían de baños unisex.

En todo caso, no será una novedad ya que otros edificios como el Paraninfo, la facultad de Educación o la actual facultad de Filosofía y Letras (antigua facultad de Educación), entre otras, ya cuentan con baños compartidos. "Está completamente normalizado entre los alumnos. De hecho, en el edificio de Interfacultades son mixtos desde hace un tiempo. Quitaron la simbología de hombre y mujer y los urinarios", señalan Andrea García y Casilda Viscasillas, estudiantes de la Universidad de Zaragoza.

Las dos jóvenes aseguran que "mientras esté limpio y sea higiénico, da igual". "Sinceramente, ni lo había pensado antes", comenta Viscasillas. Por su parte, Pablo Hernández, también estudiante, preferiría que estuviesen separados. "Para nosotros son muy cómodos los urinarios y en los baños mixtos no existen. Es la única razón por la que preferiría no compartir", apunta el joven.

Otras razones en bares

En los bares, restaurantes y discotecas es menos común. Fue Madrid la ciudad que dio el primer paso hace ya unos cuantos años, casi diez. La razón: dar un respiro a los pequeños bares que apenas tienen espacio para poner una mesa y, sin embargo, tenían que habilitar dos cabinas separadas por géneros. Es una cuestión que ya no sorprende a los madrileños, pero sí a los turistas que viajan a la capital de diferentes puntos de España y de otros países.

Por el momento, en Aragón, no está permitido. "Zaragoza es especialmente restrictiva con todo tipo de cuestiones urbanísticas. En Madrid son más permisivos. Aquí, en los bares, lo único que se puede hacer, aunque no lo recomienda el Ayuntamiento, es tener una zona compartida con lavabo y luego la cabina separada por sexos", explica el presidente del Colegio de Diseñadores y Diseñadores de Interior de Aragón, Félix Bernal, que considera que esta práctica comenzó a plantearse debido a que "el baño de minusválidos lo utilizan indistintamente hombres y mujeres".

Por su parte, Luis Femia, gerente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia, ve "poco probable" que en Aragón se modifique la normativa a favor de los baños mixtos. "Zaragoza es de las ciudades más restrictivas de España, tanto a nivel urbanístico como sanitario. Después de la covid, las medidas han pasado a ser más exigentes, así que dudo que modifiquen la legislación para relajar los parámetros", asegura. En todo caso, Femia, considera que sería una "opción que posiblemente valorarían los establecimientos que son pequeños". Es una cuestión, defiende, en la que entra en juego el tipo de local y el tráfico y tipo de clientes.