Baños mixtos en los bares, ¿podrían llegar a Aragón?
Por el momento, en la Comunidad no está permitido. Sin embargo, en la capital madrileña ya es habitual ver establecimientos con un único servicio para hombres y mujeres.

Los que han viajado últimamente a Madrid y han entrado en bares de nueva creación, quizás les ha llamado la atención que los aseos se comparten entre hombre y mujeres. Probablemente tampoco dejó indiferentes a los espectadores de la serie ‘Ally McBeal’ el hecho de que solo hubiese un baño para todos. Ya entonces, a finales de los años 90, más de uno se quedó con la boca abierta cuando episodio tras episodio, el servicio del bufete de abogados se convertía en el mejor lugar para bailar y comentar el ‘cotilleo’ del día entre todos los trabajadores, independientemente del sexo.
En las universidades viene siendo una práctica más habitual. En algunas de países como Argentina, Canadá, Escocia o Reino Unido es una realidad. Quizá por necesidad o por una evolución en las costumbres del ser humano. Y sin ir tan lejos, en ciertas facultades de la Universidad de Zaragoza también se comparte el servicio. Sucedía en la Facultad de Filología, que ya pasó a la historia tras la demolición del edificio, y a día de hoy también se puede observar en la nueva Facultad de Educación, donde hay algunos mixtos y otros separados.
En los bares, restaurantes y discotecas es menos común. Fue Madrid la ciudad que dio el primer paso hace ya unos cuantos años, casi diez. La razón: dar un respiro a los pequeños bares que apenas tienen espacio para poner una mesa y, sin embargo, tenían que habilitar dos cabinas separadas por géneros. Es una cuestión que ya no sorprende a los madrileños, pero sí a los turistas que viajan a la capital de diferentes puntos de España y de otros países.
Por el momento, en Aragón, no está permitido. “Zaragoza es especialmente restrictiva con todo tipo de cuestiones urbanísticas. En Madrid son más permisivos. Aquí, en los bares, lo único que se puede hacer, aunque no lo recomienda el Ayuntamiento, es tener una zona compartida con lavabo y luego la cabina separada por sexos”, explica el presidente del Colegio de Diseñadores y Diseñadores de Interior de Aragón, Félix Bernal, que considera que esta práctica comenzó a plantearse debido a que “el baño de minusválidos lo utilizan indistintamente hombres y mujeres”.
Los establecimientos consideran que sería positivo que se permitiese también en la Comunidad aragonesa. “Hay a algunos bares y pubs que les vendría muy bien porque ayudaría a adaptar el aforo real. Sería una cuestión de adaptarse. Al principio le resultaría raro a la gente, pero pronto se acostumbrarían. Somos todos adultos”, defiende Alberto Campuzano, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza, que asegura que también le vendría muy bien al pequeño comercio. Por el momento, subraya Campuzano, solo queda “cumplir con la normativa” del Consistorio zaragozano.
Campuzano pone el foco en que otro problema está en los vestuarios de empleados. “Hay bares del casco que son muy pequeños y exigen que haya un vestuario para hombres y para mujeres. Lógicamente, se hace lo que se puede…”, admite.
Por su parte, Luis Femia, gerente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia, ve “poco probable” que en Aragón se modifique la normativa a favor de los baños mixtos. “Zaragoza es de las ciudades más restrictivas de España, tanto a nivel urbanístico como sanitario. Después de la covid, las medidas han pasado a ser más exigentes, así que dudo que modifiquen la legislación para relajar los parámetros”, asegura. En todo caso, Femia, considera que sería una “opción que posiblemente valorarían los establecimientos que son pequeños”. Es una cuestión, defiende, en la que entra en juego el tipo de local y el tráfico y tipo de clientes.
"Sin etiquetas de género"
El Museo de Arte Moderno inauguró hace unas semanas unos servicios inclusivos. La puerta de estos sanitarios tiene una leyenda que dice: toda persona puede usar este baño sin importar identidad y expresión de género.
“Creo que puede ser una variable que afecte a la aceptación y a la inclusión, sin etiquetas de género, y que genere menos diferenciación. Si que es cierto que quizá, hasta que llegue a haber costumbre, puede provocar ciertas inhibiciones. Sin embargo, no tiene por qué ser en sentido negativo”, explica la psicóloga aragonesa, Paula Tovar.