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La familia de Ángel Sanz Briz, afectada por el uso político del diplomático aragonés
Su hija lamenta que Vox propusiera en el Congreso rendir un homenaje a su padre y que ERC se negara alegando que se pretendía "blanquear al fascismo".
La familia de Ángel Sanz Briz, el diplomático aragonés conocido como el 'Ángel de Budapest' porque salvó la vida a 5.000 judíos en la capital de Hungría en la II Guerra Mundial, se ha mostrado “afectada” por el uso de “su figura” realizado por los partidos políticos, desde que Vox lo propuso a mediados de marzo para que le otorgara una medalla al Congreso de los Diputados.
La propuesta presentada por el diputado de Vox, Francisco José Contreras, el pasado martes, día 14, de rendir un homenaje a la figura de Ángel Sanz Briz solo fue apoyada por el PP y Ciudadanos, mientras que votaron en contra los socios del Gobierno del PSOE-Podemos, como Esquerra Republicana, Bildu o PNV, al señalar que esta iniciativa era “para blanquear el fascismo”, en palabras del diputado Joan Margall (ERC).
“Nos afecta porque no queremos que utilicen la figura de mi padre, cuando lo que hizo fue salvar a miles de judíos”, subraya Ángela Sanz Briz, hija del diplomático aragonés, en declaraciones a HERALDO. “Mi padre entró en la carrera diplomática en la II República y, después de empezar su trabajo en Madrid, su primer destino fue como secretario de la Embajada de España en Londres”.
La hija considera que el partido Vox “planteó mal” la propuesta del Congreso sobre el diplomático aragonés, que ellos desconocían, porque esto ha provocado que después de los enfrentamientos de los partidos, también se haya suscitado un debate en el que quienes opinan se decantan a favor o en contra de Sanz Briz.
“Mi padre era una persona liberal”, lo califica su hija, “al que le tocó trabajar bajo tres regímenes: la II República, la dictadura de Franco y la democracia”. “No era un político y cuando entró al democracia le pareció muy bien. No habló nunca de la Guerra Civil, donde fue camionero como voluntario”, agrega.
Al concluir la Guerra Civil, lo enviaron como encargado de negocios a la embajada de El Cairo en 1939 hasta que en 1943, en plena II Guerra Mundial y recién casado con su mujer, Adela Quijano Secades, fue trasladado a la Embajada española en Budapest, donde estuvo como agente comercial durante dos años, en los que convirtió la legación en un refugio para los judíos con la excusa de su procedencia sefardí.
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En la capital de Hungría, como en Israel, (donde lo declararon ‘Justo entre las naciones’ y no le pudieron entregar ese título durante la dictadura de Franco) lo han homenajeado en varias ocasiones por su participación de diplomático para salvar a las víctimas del nazismo en esos últimos años del conflicto mundial.
Un "funcionario público" con plaza y escultura
A la hora de describirlo, su familia tiene claro que Ángel Sanz Briz era “un funcionario público” a quien el Ayuntamiento de Zaragoza lo nombró Hijo Predilecto en 1977, poco después de que empezara la democracia, y también recibió a título póstumo el premio del Justicia de Aragón a los Derechos Humanos, que se lo concedió en 1994 (había fallecido en 1980, cuando era embajador del Vaticano).
“Mi padre murió de embajador, a los 69 años, de cáncer y con las botas puestas. Solo le faltaba un año para jubilarse”, lo definió su hijo Juan Carlos Sanz Briz, quien también destaca que la emoción que sentía porque su ciudad natal Zaragoza le hubiera dedicado una plaza que incluye un monumento, en el barrio de San José y situado frente al pabellón Príncipe Felipe.
Antes de que saltara la polémica sobre la propuesta de Vox en favor del diplomático, su escultura monumento fue vandalizada el pasado mes de septiembre de 2021 y su escultura recibió una pintada simulando el aspecto del personaje cinematográfico del Joker.
La concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Natalia Chueca, lamentó entonces la actuación contra la figura de un personaje histórico que, durante la II Guerra Mundial, consiguió salvar a 5.000 judíos expidiendo pasaportes, salvaconductos y manteniendo bajo protección española a más de 500 niños y a los 1.600 judíos rescatados del campo de Bergen-Belsen.
Asimismo, la exalcadesa de Madrid, Manuela Carmena, quien no era defensora del franquismo sino que era una abogada laboralista y se presentó por las listas de Mas Madrid, le concendió al diplomático aragonés en 2016 la medalla de la ciudad de Madrid por su actuación en la historia cuando fue embajador de España en Budapest.
