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El cráneo del Papa Luna llega al TSJA

El tribunal apoya la decisión que entregó estos restos al Ayuntamiento de Sabiñán. 

El cráneo del Papa Luna vuelve a Sabiñán 21 años después de su robo
El cráneo del Papa Luna vuelve a Sabiñán 21 años después de su robo
Jesús Macipe

La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha apoyado la devolución del cráneo del Papa Luna que hizo el Gobierno de Aragón al Ayuntamiento de Sabiñán en junio de 2021. Esto se produjo 21 años después del robo que tuvo lugar en el Palacio de los Condes de Argillo.

En su sentencia, los magistrados consideran una cuestión prejudicial el hecho de que el Ayuntamiento de Illueca, donde nació Benedicto XIII, recurriera la entrega de los restos que realizó la DGA al municipio de Sabiñán, donde se exponen en la capilla de Santa Ana en la iglesia de San Pedro Apóstol.

En el fallo valoran los magistrados Juan Carlos Zapata, Javier Albar y Juan José Carbonero que “la Administración ha devuelto el bien a quien era poseedor del mismo en el momento del robo”. Aunque los dueños del palacio donde se produjo la sustracción era la familia Olazábal, han valorado que los propietarios donaron la vivienda al municipio y después admitieron la casa y la inscribieron en su inventario.

El fallo sostiene que “no estamos solo en presencia de un resto cadavérico y, además, la Administración no ha autorizado acto de comercio”.

De hecho, el TSJA insiste en que estos restos son un BIC, que fue declarado por la DGA en mayo de 2007, y por eso tienen que aplicarles, al menos, “la misma protección y de la misma naturaleza” que a una reliquia católica.

Aunque no se pueden enajenar estos restos, agrega la sentencia que desestima el recurso de Illueca: “Es perfectamente posible autorizar su traslado, precisamente para una mejor protección”. Esto es lo que ha hecho la Administración, en opinión del tribunal, “sin que el ayuntamiento haya opuesto motivo relevante, respecto del traslado y ubicación final”.

Un recurso para llegar al Supremo

El Ayuntamiento de Illueca tiene ahora un plazo para recurrir el fallo al Tribunal Supremo aunque no ha tomado esa decisión. Todo esto coincide en el año en que se celebra el 600 aniversario del fallecimiento del illuecano más insigne, Benedicto XIII. 

El recurso de Illueca frente a la decisión del Gobierno de Aragón cuestionaba la sentencia del Juzgado de lo Penal 6 de Zaragoza, que condenó a uno de los autores del robo y señaló que se entregaría el cráneo a los legítimos propietarios. La Administración mantuvo los restos depositados en el Museo Provincial de Zaragoza desde 2006 hasta 2021, con el fin de que "se tuviera constancia de la propiedad”.

“Ante los rumores de que iba a ser trasladado a Sabiñán”, el Ayuntamiento de Illueca solicitó al Juzgado de lo Penal 6 de Zaragoza que procediera a “la retención del cráneo del Papa Luna en el Museo de Zaragoza donde estuvo depositado a instancias del mismo juzgado”, pero su petición fue denegada.

Por ese motivo se opusieron a la vía administrativa, “de manera decidida y constante”. Remitieron una carta  a la Dirección General de Patrimonio el 6 de julio de 2020 en el que solicitaban restituir estos restos “al poseedor en el momento que fue incautado”. Fue en se momento cuando reclamó la devolución del cráneo el Ayuntamiento de Sabiñán a la DGA. Pero el municipio de Illueca recurrió esta entrega porque consideran que “no está acreditado que el donante Luis Olazábal Castro (dueño del Palacio de los Condes de Argillo) sea el legítimo propietario”.

Propiedad del cráneo 

En su contestación, el Ayuntamiento de Sabiñán respondió que a la familia Olazábal ha reconocido la propiedad del cráneo ante la Diputación General de Aragón, la jurisdicción penal y el Arzobispado de Tarazona.

Asimismo, señalaron que nadie cuestionó hasta 2020 esta situación y solo se recurrió la donación al municipio de Sabiñán. Pero entre sus argumentos señala que el cráneo del Papa Luna es “un bien mueble”, del que “no puede dudarse de la propiedad de la familia del Conde de Argillo durante tres siglos” porque se hizo por “usucapión”.

El cadáver de Benedicto XIII permaneció en Illueca desde que falleció en 1423 en Peñíscola, allí lo trasladaron poco después por decisión de un familiar. La Guerra de Sucesión, entre los años 1701-1714, llegó al municipio aragonés, donde el edificio que albergaba el cuerpo fue saqueado por las tropas francesas que arrojaron los restos al río Aranda, del que se salvó el cráneo.  

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