Tercer Milenio

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salud

Paciente de cáncer: "Pensaba que no iba a cumplir 34 años y este año voy a hacer 57"

El zaragozano César Ángel Pérez fue diagnosticado hace más de 20 años de un cáncer de testículos y entró en un ensayo clínico de Houston. 

El zaragozano César Ángel Pérez fue diagnosticado hace más de 20 años de un cáncer de testículos y entró en un ensayo clínico de Houston.
El zaragozano César Ángel Pérez fue diagnosticado hace más de 20 años de un cáncer de testículos y entró en un ensayo clínico de Houston.
Oliver Duch

César Ángel Pérez tenía solo 33 años cuando le diagnosticaron cáncer de testículos. "Llevaba meses con dolencias. En el momento en el que el médico te da la noticia entras en shock. No solo tenía un tumor maligno sino que también había células cancerígenas por todo mi cuerpo. Mi pronóstico no era bueno", sostiene el zaragozano. 

Desde ese momento, asegura, "la vida da una vuelta de 360 grados". "Al principio, tuve la sensación de que no me estaba sucediendo a mí. Te das cuenta cuando comienzas con los tratamientos y tu vida empieza a girar sobre ti mismo", cuenta. 

Tras el diagnóstico, el zaragozano entró en quirófano para que le extirparan el tumor. "El Servet me ofreció después de la operación entrar en un estudio del Centro Integral de Cáncer de Houston, Estados Unidos", apunta. Pérez apenas dudó: "Dije que sí. Si lo tienes todo perdido, cualquier ganancia es importante. Si no me servía para mí, que sirviese para otros. De esta manera ayudaba a la ciencia".

"Primero tu mente se hace a la idea de que te vas a morir y luego de que igual sobrevives"

El siguiente paso fue "rellenar papeles". Tal y como sucede en la mayoría de estudios, un grupo de pacientes recibe el tratamiento y el otro un placebo para ver el efecto real. "Empecé entonces en el estudio internacional y, aunque no lo suelen decir, me dijeron que a mí sí que me iban a dar la medicación. Les interesaba mi caso no solo por ser joven sino por la cantidad de células cancerígenas que había en mi cuerpo y porque no se había convertido en metástasis", apunta.

Aunque no se lo hubiesen dicho, señala, "pronto se dio cuenta de que estaba recibiendo el tratamiento". "Los efectos secundarios llegaron pronto: se me cayó el pelo, sufría náuseas y me dolía todo el cuerpo. Sin duda no era placebo", reconoce. 

Tras unas semanas, relata, "el sistema nervioso se altera". "Entras en una especie de depresión. Te ves sin fuerza... No puedes ni abrir la pasta de dientes. A eso se suma que pierdes el trabajo ya que antes no había tanta protección como ahora", apostilla. 

Después de cinco meses de tratamiento, Pérez, comenzó a recuperarse. "Tras expulsar los químicos, sientes que tu cuerpo se engancha a la vida. Primero tu mente se hace a la idea de que te vas a morir y luego de que igual sobrevives. Emocionalmente, es muy duro", reconoce. 

"En ningún momento te dicen que estás recuperado"

Sin embargo, el miedo, nunca se esfuma. "Cuando terminas la medicación te empiezan a hacer muchas pruebas y vas al hospital dos o tres días por semana. Entras en el bucle de esperar y tener miedo a los resultados", sostiene. Durante los dos primeros años posteriores al tratamiento, Pérez se sometía a pruebas una vez cada tres meses. Después, hasta que se cumplen cinco años, la frecuencia baja a una vez cada seis meses. "En ningún momento te dicen que estás recuperado. Es cierto que a partir de los cinco años, la estadística dice que es menos probable una recidiva por lo que pasan a hacerte una revisión al año", declara.

En todo caso, Pérez asegura, que el cáncer "es un constante en la vida". "Sé que puede haber una recaída en cualquier momento, pero la realidad es que pensaba que no iba a cumplir 34 años y voy a hacer 57", sentencia. 

Por ello, insiste en lo necesaria que es la investigación. "Es muy importante acudir al médico ante un signo extraño. Y por su puesto, hay que invertir para reducir la mortalidad", concluye.

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