Aragón

Todos los recursos para frenar a la Xylella fastidiosa

El Centro de Sanidad y Certificación Vegetal del Gobierno de Aragón obtiene la acreditación de la ENAC para la detección de la Xylella fastidiosa, a través de técnicas PCR

Técnicos del Laboratorio de la Unidad de Diagnóstico e Inspecciones Fitosanitarias, en plena labor investigadora.
CSCV

En el año 2013, Italia puso en alerta al resto del continente europeo tras la aparición del primer brote de Xylella fastidiosa. En 2016, esta bacteria llegó a España, en concreto a las Islas Baleares, la provincia de Alicante (2017), Comunidad de Madrid y Almería (2018), casos estos dos últimos que ya han sido erradicados.

Durante este tiempo, Aragón ha estado libre de este organismo nocivo que afecta a numerosas especies vegetales (hay más de 300 huéspedes descritos). Pero, lejos de relajarse ante estas buenas noticias, el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal (CSCV) del Gobierno de Aragón, a través del Laboratorio de Diagnóstico Fitosanitario del centro continúa inmerso en su esfuerzo por controlar la aparición de esta plaga en la región y lo hace llevando a cabo numerosos análisis (determinaciones), más de 5.600 en 2022.

Un trabajo que recientemente ha sido reconocido con el sello de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) para la detección de Xylella fastidiosa en material vegetal mediante la técnica PCR a tiempo real. "Para el laboratorio supone un refrendo al trabajo que venimos haciendo desde hace años. Esta acreditación certifica que los análisis que hemos venido realizando durante este tiempo se han efectuado correctamente y esto respalda nuestra labor de equipo", apunta Pedro Mingote, jefe de la Unidad de Diagnóstico e Inspecciones Fitosanitarias.

Centro de referencia

En este sentido, el Laboratorio de Diagnóstico Fitosanitario del centro es el referente oficial de Aragón en el ámbito de la sanidad vegetal y el único espacio autorizado en toda la región para el diagnóstico y detección de organismos nocivos de cuarentena.

Es un laboratorio multidisciplinar y polivalente, ya que se trabaja con hongos, bacterias, artrópodos, nematodos, fitoplasmas, virus, viroides, fisiopatías y malherbología, que pueden afectar a multitud de cultivos.

Alrededor de una docena de personas, entre miembros del laboratorio e inspectores de campo, trabajan, codo a codo, para conseguir que Aragón siga siendo un territorio libre de esta enfermedad

En el caso de la Xylella fastidiosa, alrededor de una docena de personas, entre miembros del laboratorio e inspectores de campo, trabajan, codo a codo, para conseguir que Aragón siga siendo un territorio libre de esta enfermedad, considerada por la Unión Europea como uno de los principales patógenos de cuarentena, que afecta a cultivos tan importantes para el sector agrícola aragonés como la vid, el olivo, el almendro o los frutales

"Para su posible detección utilizamos tres vías de trabajo. Por una parte, la prospección en campo, en parcelas totalmente aleatorias y que comprenden todo el territorio aragonés; por otro lado, la inspección en centros como viveros y comercializadoras de planta; y, finalmente, el control derivado de las consultas particulares que realizan los agricultores al notar en sus campos daños en la planta que podrían estar relacionados con este patógeno", recuerda Pedro Mingote, quien apunta a que todos los años en el laboratorio reciben la visita de particulares preocupados por la aparición en sus campos de posibles casos de enfermedades que no logran identificar.

Casuística

En el caso de la Xylella fastidiosa, los daños varían mucho de unas plantas a otras pero, generalmente, "están asociados al estrés hídrico en mayor o menor grado, por lo que son fácilmente confundibles con otros relacionados con la falta de agua, salinidad, exceso de nutrientes, etc. De ahí que haya plantas que parezcan marchitas y, en casos más serios, se secan las hojas y ramas, lo que conduce a su muerte", afirma.

Los daños varían mucho de unas plantas a otras pero, generalmente, están asociados al estrés hídrico en mayor o menor grado

Por este motivo, la época de salida al campo de los profesionales del CSCV suele coincidir con los meses de mayo a octubre. "Una vez en el terreno, los técnicos recogen muestras que se analizan en el laboratorio, ya que la sintomatología puede variar según el huésped en el que se aloje la bacteria", aclara.

Debido a su acción devastadora en los huéspedes que ocupa, en el año 2015, se puso en marcha el Plan Nacional de Contingencia con el reto de evitar la introducción y la propagación de la bacteria en nuestro país. Además, se implantó un Protocolo Nacional de Prospecciones para la detección precoz. Este documento incluye, a su vez, un programa de erradicación que recoge las medidas que deben adoptarse en el caso de detectar brotes, así como campañas de divulgación para la difusión de información, con el fin de concienciar sobre la lucha y el control.