terremoto 

“En esta unidad nos llaman para todas las desgracias. Nuestro trabajo es salvar vidas”

El comandante Candela y el sargento Soto del Ala 31 de la Base Aérea de Zaragoza relatan los cuatro vuelos del avión A400M hacia el terremoto de Turquía, donde llevaron a los bomberos de Madrid.  

El comandante Alejandro Fernández Candelas (izquierda) y el sargento Javier Soro, en la cabina del avión A400M del Ala 31, en la Base de Zaragoza.
El comandante Alejandro Fernández Candelas (izquierda) y el sargento Javier Soro, en la cabina del avión A400M del Ala 31 del Ejército del Aire, en la Base de Zaragoza.
Marcos Cebrián

El comandante Alejandro Fernández Candela, un zamorano de 40 años, y el sargento Javier Soto, un zaragozano de 36, forman parte del Ala 31 de la Base Aérea de Zaragoza. Ellos fueron los responsables de trasladar hace unos días, en un A400M, a un grupo de bomberos de la Comunidad de Madrid, 41 en total con perros incluidos, para colaborar en las labores de rescate en Turquía.

Siempre trabajamos contra reloj. Cuanto antes llegues y se haga la misión, mejor para todos en este caso. En Turquía había mucha prisa, pero no era una misión que conllevara un peligro o un riesgo por la rapidez de la misión”, describe el sargento Javier Soto, al compararla con otras misiones como cuando evacuaron a 2.200 personas desde el aeropuerto de Kabul (Afganistán) en agosto de 2021.

El comandante Candela, perteneciente a la unidad de transporte aéreo estratégico y táctico o Ala 31, habla de la importancia del avión A400M en el terremoto de Turquía

En la unidad donde estamos nos sacan para todas las desgracias que ocurren por el mundo, tanto por cosas buenas como por malas”, apunta el comandante Alejandro Fernández Candela, quien al ver la noticia del terremoto en Turquía el domingo ya veía venir la salida la mañana del lunes. Y así fue, partieron sobre las 13.30. Aunque al principio iban a llevar a la UME (Unidad Militar de Emergencias) de la Base de Morón (Sevilla), al final trasladaron a 41 bomberos de la Comunidad de Madrid en uno de sus A400M, a lo que se sumó un A330 del Grupo 45 para llevar a los militares desde la capital andaluza.

El plan inicial era aterrizar en el aeropuerto de Adana, una localidad próxima de la zona del terremoto, pero se produjo un colapso de  aviones de todo el mundo con ayuda de un tipo u otra. Así que les desviaron a la cercana Base aérea de Incirlik, donde está destinado un grupo de 149 militares españoles desde 2016 con la operación ‘Ayuda a Turquía’ con la Unidad Patriot frente a posibles ataques de Siria.

Rescate de una niña tras el terremoto en Antioquia (Turquía).
Rescate de una niña tras el terremoto en Antioquia (Turquía).
Efe

Los perros que llevaban los Bomberos de Madrid estaban entrenados para el rescate de personas vivas en catástrofes naturales”, precisa el sargento que se ocupa de supervisar la carga.

“En el primer vuelo que sacamos llevábamos el pilotaje doblado con siete personas”, apunta el comandante, quien describe que al principio vivieron “un carrusel de entrada” en el país como ya habían visto en Afganistán en 2021. Al regresar a España, el Mando Aéreo de Combate y la Jefatura de Movilidad Aérea (de Zaragoza) les encargaron realizar otros dos vuelos con material, parte enviado por la Fundación Reina Sofía. “El último vuelo que hicimos fue el de repliegue el viernes y en total fueron cuatro”, agrega el oficial responsable del avión.

Aunque hubo réplicas del terremoto, los militares del Ala 31 no notaron el movimiento en el suelo. Los dos coinciden en que “la importancia de la misión es que con cada hora que ganasen sus compañeros bomberos podían salvar una vida”. 

A punto de que llegue el último avión 

El Ala 31 dispone ya de 13 aviones, desde que llegó el primero en 2016 y se sustituyeron los históricos C-130 Hércules. El último que van a tener (el 14) se espera que llegue en las próximas semanas. Su participación en el terremoto de Turquía  coincide ahora con las maniobras del Centro Europeo de Transporte Aéreo Táctico, en las que intervienen otros compañeros junto a 120 militares con siete aviones de Alemania, Francia, Portugal, Italia, Países Bajos y España, y que se realizan entre la Base de Zaragoza, el campo de maniobras de San Gregorio y el polígono de tiro Bardenas.

El sargento Javier Soto, ante el avión A400M, en una nave del Ala 31 en la Base de Zaragoza.
El sargento Javier Soto, ante el avión A400M, en una nave del Ala 31 en la Base de Zaragoza.
Marcos Cebrián

El comandante Candela señala que “el porcentaje del uso de lo aviones para salvamento en un terremoto es imprevisto y difícil de saber”. La guerra de Ucrania también les ha movilizado para trasladar ayuda humanitaria y armamento a Polonia. “Nuestra preparación es estar dispuestos para todo tipo de escenarios”, agrega el oficial.

El cambio del Hércules por el A400M, que tiene doble capacidad, ha sido revolucionario en el Ala 31 aunque no quieren olvidar lo que hicieron con el anterior avión. “El A400M es maravilloso por sus capacidades, compararlo con los Hércules es feo y bonito porque ese avión ha ganado nuestro respeto durante muchos años. Pero el A400M tiene el doble de capacidad que un Hércules y con un solo avión hacemos lo que hacíamos antes en la mitad de tiempo. No es justo compararlo”, señala el comandante, casi como portavoz de los 320 profesionales del Ala 31. “Obviamente, (el nuevo avión) se tiene que ganar su respeto a lo largo de los años, pero va siendo más maduro y conocemos los fallos iniciales, se van corrigiendo y estamos más cómodos con las capacidades del aparato, que no tiene nada que ver con el Hércules”.

La ministra Margarita Robles se fotografía con 70 militares del Ala 31 y EADA de la Base de Zaragoza que han apoyado el envío de material y refugiados desde Ucrania.
La ministra Margarita Robles se fotografía con 70 militares del Ala 31 y EADA de la Base de Zaragoza que han apoyado el envío de material y refugiados desde Ucrania.
José Miguel Marco

Desde salvar vidas a trasladar armamento

Aunque parte de su trabajo es salvar vidas o transportar armamento, señalan que “la gente se entera de estos vuelos porque se les da bastante visibilidad, empezando por nuestra ministra de Defensa (Margarita Robles)”, indica el comandante.

“Estamos aquí para hacer nuestro trabajo y ayudar en lo que podamos. Estas misiones tienen un alma que toca el corazón de verdad, nos toca la fibra sensible, porque vas a ayudar a sitios que realmente necesitan ayuda”, agrega el oficial en la cabina del avión.

Nunca olvidarán lo que hicieron en Turquía hace unos días, como los ciudadanos que salvaron de Afganistán del régimen talibán. “Hicimos de salvavidas allí y es nuestro trabajo porque salvamos vidas. Y eso te llena de orgullo”, se despiden los militares en la Base de Zaragoza.          

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