boom de la ropa de segunda mano

Moda de segunda mano: “Hay gente que viene todas las semanas buscando ropa de marca”

La ropa de segunda mano vive un momento de auge con la proliferación de tiendas en Zaragoza y las grandes marcas de ropa como Zara y Decathlon se suben al carro creando sus propios espacios de compraventa online.

La ropa de mujer está entre los objetos más vendidos de segunda mano.
La ropa de mujer está entre los objetos más vendidos de segunda mano.
Pixabay

La ropa de segunda mano está de moda. Lo dicen los expertos, diferentes estudios, los propios comercios y, ahora también, las grandes marcas textiles. Hace unos meses Zara abría en Reino Unido Pre-Owned, su propio portal online para que los clientes puedan comprar y vender ropa usada. Con esta apuesta, Inditex se sube al carro de esta línea de negocio a la que ya se habían sumado tiendas como HyM y Decathlon y que ha experimentado una explosión en los últimos años. 

Según el portal de estadísticas Statistas, el volumen de negocio del mercado de segunda mano podría llegar a duplicarse hasta 2025 a nivel mundial. En España, según un estudio de Milanuncios, la demanda de productos ya utilizados ha aumentado un 29 % desde el mes de mayo, siendo especialmente significativo el ascenso de hasta el 68% en las categorías de moda y complementos.

A estas nuevas tiendas de ropa usada se suman las plataformas de compraventa como Wallapop o  Vinted que crecen a pasos agigantados. Esta última llegó a 800 millones de usuarios registrados a nivel global y ya está presente en 18 mercados en 2022.

"En Zaragoza han aparecido una docena de nuevas tiendas de ropa de segunda mano".

Y, aunque, parece que esta nueva tendencia es más acusada en el comercio virtual, las tiendas físicas también lo están notando. “En Zaragoza han aparecido una docena de nuevos negocios de ropa de segunda mano durante el último año, lo que es una prueba del creciente interés por este mercado”, dice Julio Cortés, coordinador del proyecto Aropa2 que recupera, recicla y vende ropa usada en Zaragoza con fines medioambientales y sociales. 

“Hemos notado, además, que ha cambiado el perfil del cliente” apunta Cortés. “Antes, quienes se acercaban hasta nuestra nave en el polígono de Cogullada eran personas con pocos ingresos. Ahora viene mucha gente joven, de clase media, que busca ropa vintage y de marca, en perfecto estado y a un precio bajo”, explica el responsable de Aropa2. “De hecho, hay gente asidua, que viene todas las semanas para ver si, entre la nueva ropa que hemos traído, encuentran algo de primeras marcas”. Y es que los precios están por menos de un tercio del que sería su valor si la prenda fuera nueva. “Por ejemplo, un vaquero Levis que puede costar más de 100 euros de primera mano, en nuestra tienda estaría por unos 18 euros”, afirma Cortés.

"Hemos recogido 50 toneladas menos de ropa porque la gente no ha hecho cambio de armario".

No solo los precios atraen a estos nuevos clientes. Los datos confirman que la ropa usada ya no es ‘de pobres’, sino el futuro de un sector en el que marca el paso un consumidor joven y con conciencia medioambiental. “La gente joven está más sensibilizada en las cuestiones medioambientales y sociales", explica el coordinador de Aropa2. En los últimos meses además, "ha habido una causa coyuntural que puede explicar el incremento de clientes de este tipo de prendas y es la crisis de precios que ha generado la guerra de Ucrania", apunta Cortés.

"Esta situación ha hecho que la gente compre menos ropa este otoño y alargue más la vida de las prendas”, De hecho, esta entidad ha recogido este invierno 50 toneladas menos de ropa que el año pasado. “No se ha notado el cambio de armario en noviembre, que es cuando la gente suele comprar sus prendas de invierno y desecha las que ya no usa”, asevera Cortés. “Además de no comprar nuevas prendas, se están acercando más a comprar ropa usada para ahorrar dinero, lo que ha contribuido a ese incremento de clientes”, afirma.

Carolina Lenska regenta la tienda de ropa de segunda mano ‘Más x menos’ en la calle Delicias de Zaragoza. “El aumento de clientes se ha notado desde que acabó la pandemia. No es un aumento masivo, pero cada día veo nuevas caras que entran en mi boutique”, dice Lenska. “Llevo 8 años en este negocio y tengo clientela fija, pero desde hace un tiempo he notado un nuevo perfil de personas que no venían antes. Sobre todo son mujeres de entre 40 y 50 años, de clase media a las que no les importa comprar ropa de segunda mano”, explica la dueña de esta tienda. “Creo que ha cambiado algo la percepción negativa que había sobre este tipo de prendas porque antes las clientas se iban cuando se daban cuenta de que era una tienda de segunda mano, y ahora, muchas se quedan”, confirma Lenska.

“La gente está cada vez más concienciada sobre la importancia del reciclaje y la ecología”, dice Olga Girón, dueña de la tienda de ropa de segunda mano ‘El Desván’, en la calle Mayor de la capital aragonesa. Esta emprendedora lleva al frente de este negocio 37 años. “Mis clientes vienen aquí porque les gusta el producto y les da igual que sea de segunda mano, aunque es verdad que mucha gente entra por curiosidad”, explica Girón. “Buscan prendas diferentes a lo que se ve en otras tiendas y ropa de marca a buen precio”, afirma, e insiste en que en los últimos años ha habido “un cambio de mentalidad” que ha acabado con “el estigma de la segunda mano”. “Ahora hay una visión más positiva sobre este tipo de prendas”, concluye Girón.

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