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El colegio Compañía de María cumple 325 años en Zaragoza: "A lo largo del tiempo pasa a ser tu familia"

Un total de 1.100 alumnos estudian en las aulas de este centro educativo religioso concertado, en el que hay un acompañamiento de escolares, familias y profesores desde Infantil a Bachillerato. 

Alumnos y profesor durante una clase, este jueves en el Colegio Compañía de María de Zaragoza.
Alumnos y profesor durante una clase, este jueves en el Colegio Compañía de María de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Cuando María Luisa Pinilla está por el centro de Zaragoza siempre procura pasar por la calle de Bilbao. Ahí está el colegio Compañía de María, en el que entró a estudiar en 1948, y cuando lo ve le invade "una sensación de pertenencia". "Aprobábamos por méritos, no por aprobar. Los colegios de chicas en esos años de mitad del siglo pasado eran un poco entretenimiento; este nunca lo fue. Siempre ha tenido muy buen nivel de estudios", subraya esta antigua alumna, cuyos hijos también fueron a este centro religioso concertado.

Como apunta Carmen Begué, presidenta de la Asociación de Antiguos Alumnos (de la que Pinilla es vocal), el "vínculo" que se adquiere habiendo estudiado ahí no se rompe tras concluir las etapas educativas (desde Infantil hasta Bachillerato). "El colegio se constituye como una comunidad educativa, de la que forman parte la dirección, profesores, estudiantes, ampa y antiguos alumnos. Es un punto de encuentro y las amistades que se forjan en los años del colegio son muy importantes", resalta.

Precisamente, los amigos actuales de Patricia Victorio, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos de la Compañía de María, son los que hizo de pequeña. "He pasado por la universidad, he vivido fuera y luego volví a Zaragoza, pero mis amigos son los que conocí ahí desde los 4 años. La experiencia fue muy positiva y mis hijas también estudian aquí. Como Ampa se hacen muchas actividades e intentamos ir siempre en el mismo camino que el colegio; hay muy buena armonía", explica.

En la actualidad, 1.100 chicas/os cursan en el centro, que está de aniversario: acaba de cumplirse los 325 años de la llegada a la ciudad de las primeras monjas de la compañía -que fundó santa Juana de Lestonnac en 1607 en Burdeos (Francia)-. "Es la primera orden religiosa que se dedica a la educación de la mujer. Primero estuvieron ubicadas en la calle de San Jorge con un beaterio y nacimos como monjas de clausura. Santa Juana ideó una forma de hacer los colegios de tal forma que las religiosas daban clase sin salir a la calle: la iglesia estaba en medio, a un lado vivían ellas (en el convento) y al otro, el colegio", detalla María José Sanz, religiosa del equipo de titularidad de España de la Compañía de María,  antigua alumna y también docente (durante un lustro).

"Primero estuvieron ubicadas en la calle de San Jorge con un beaterio y nacimos como monjas de clausura. Santa Juana de Lestonnac ideó una forma de hacer los colegios de tal forma que las religiosas daban clase sin salir a la calle"

Por su parte, la actual directora del colegio, Mar Martín, relata que en 1697 abrieron cuatro clases con 400 niñas huérfanas, a las que enseñaban lectura, escritura, matemáticas y costura y costumbres. "La antigua calle de San Jorge se llamaba la Enseñanza por las monjas. En la ciudad también nos conocen como Compañía de María-la Enseñanza, sobre todo las personas mayores", añade.

Imagen de archivo de antiguas alumnas.
Imagen de archivo de antiguas alumnas.
Colegio Compañía de María de Zaragoza

Su traslado a la calle de Bilbao se produjo en 1928 a un edificio construido por el afamado arquitecto Regino Borobio, que se ha ido transformando con el paso de los años y la evolución de la propia sociedad, al igual que la docencia. A mitad de los setenta, el colegio se convirtió (poco a poco) en mixto y las monjas ya no viven en el centro ni dan clase en la actualidad. "Tenemos una comunidad de tres religiosas y residimos en un piso. Fue un proceso natural donde los profesores/as fueron entrando, bajó el número de religiosas (al haber menos vocaciones) y ahora no hay ninguna dando clase. El año pasado sí: dos", informa María José Sanz.

Lo que permanece inalterable son los principios pedagógicos de querer "educar en y para la vida", tal y como remarca esta religiosa de la compañía. "Nuestros orígenes fueron educar a la mujer y hoy es a todos. Queremos que nuestros alumnos sean competentes para saber desenvolverse en su día a día, pero también tengan una mirada al mundo de ayudar al otro. La máxima es 'cabezas bien hechas más que bien llenas'; es algo que está muy presente en nuestro proyecto educativo", resalta.

En este punto, la directora señala que los padres que llevan a sus hijos al colegio se vinculan con el proyecto educativo. "La Compañía de María siempre ha tendido la mano; ha estado leyendo muy bien el contexto para ver dónde podía ayudar a la sociedad. Al inicio era colegio femenino, después pasó a ser mixto, proyecto de integración e inclusión, hemos tenido estudiantes superdotados, ahora alumnado TEA (trastornos del espectro autista) y un programa de altas capacidades... Y dentro de ser un centro grande, es muy familiar. Además, destacaría el acompañamiento de alumnos, familias y profesores (un total de 90)", afirma Mar Martín, al tiempo que informa de que se trabaja mucho el pensamiento crítico y creativo. "Son cabezas que van más allá de ser reproductores de contenido, y eso se ve".

"La Compañía de María siempre ha tendido la mano; ha estado leyendo muy bien el contexto para ver dónde podía ayudar a la sociedad"
"Se trabaja mucho el pensamiento. Son cabezas que van más allá de ser reproductores de contenido y eso se ve"

Para Esteban Bespín, profesor de pedagogía terapéutica en Secundaria, formar parte de un proyecto con 325 años en Zaragoza le hace sentirse útil. "Todos crecemos. Conocemos a los alumnos por su nombre y apellido. Podemos hablar de la excelencia académica y muchas cosas más, pero hay dos aspectos claramente diferenciadores de este colegio: el tratamiento de la mujer desde su origen y la atención a la diversidad", destaca.

De izquierda a derecha, Pilar Manero, profesora de Primaria; Mar Martín, directora del colegio; y María José Sanz, religiosa y del equipo de titularidad de España de la Compañía de María
De izquierda a derecha, Pilar Manero, profesora de Primaria; Mar Martín, directora del colegio; y María José Sanz, religiosa y del equipo de titularidad de España de la Compañía de María
Guillermo Mestre
De izquierda a derecha, Mercedes Lasaosa, Elena Val, Nora Baquedano, Patricia Victorio, Miriam Giménez, Esteban Bespín, Mar Martín, María Luisa Pinilla y Carmen Begué
De izquierda a derecha, Mercedes Lasaosa, Elena Val, Nora Baquedano, Patricia Victorio, Miriam Giménez, Esteban Bespín, Mar Martín, María Luisa Pinilla y Carmen Begué
Guillermo Mestre

Mientras, Pilar Manero, profesora de Primaria, pone el acento en la apertura del centro y la formación que les brinda la compañía. "Siempre buscamos mejorar, innovar y estudiar nuevas metodologías. Creo que somos bastante inquietos y tenemos mucho respaldo del equipo directivo", dice. Y Mercedes Lasaosa, docente de Bachillerato (de las asignaturas de geografía, historia y filosofía), valora la "libertad para trabajar" desde el punto de vista académico. "Y funcionamos como un grupo familiar en el sentido de que si tienes que decir algo lo puedes hacer y, al mismo tiempo, sabes que vas a tener protección y cariño. Destacaría libertad, sinceridad y posibilidades de aprender humanidad. Vas aprendiendo de las familias, alumnos y de tus propios compañeros", explica.

Alumnos a la entrada del colegio Compañía de María, ubicado en la céntrica calle de Bilbao.
Alumnos a la entrada del colegio Compañía de María, ubicado en la céntrica calle de Bilbao.
Guillermo Mestre

Por su parte, Miriam Giménez, docente de Infantil, hace hincapié en el trabajo en equipo (que incluye también a las familias de los estudiantes) en las tres etapas educativas. "Llevamos metodologías iguales desde Primero de Infantil hasta Bachillerato; eso no existe en muchos colegios. Que les formen no solo en contenidos sino también como personas en valores. En todos los centros de la Compañía de María (hay 22 en toda España) tenemos un modelo pedagógico; es como personalizar el aprendizaje en cada alumno para sacar lo mejor de cada uno", indica.

"Hay dos aspectos claramente diferenciadores de este colegio: el tratamiento de la mujer desde su origen y la atención a la diversidad"
"Siempre buscamos mejorar, innovar y estudiar nuevas metodologías. Somos bastante inquietos y tenemos mucho respaldo del equipo directivo"
"Tienes libertad, sinceridad y posibilidades de aprender humanidad en este centro"
"Llevamos metodologías iguales desde Primero de Infantil hasta Bachillerato; eso no existe en muchos colegios"

En las aulas de este colegio zaragozano han estudiado caras conocidas como la guionista Isabel Peña, el jugador de baloncesto Carlos Alocén, el actor Gerald B. Fillmore o las concejalas del Ayuntamiento de Zaragoza Natalia Chueca y Carmen Herrarte, entre otras. "Es increíble que en todos los campos puedas encontrarte con personas de la Compañía de María; eso para mí es muy rico. Que cada persona pueda desarrollarse según su talento, posibilidades, intereses... Que tengas una magistrada, un ingeniero o a Pablo -bedel en las Cortes de Aragón- con síndrome de Down y pionero en tener un trabajo como funcionario", resalta Martín.

Alumnos por un pasillo del colegio zaragozano.
Alumnos por un pasillo del colegio zaragozano.
Guillermo Mestre
Una clase con niños de Infantil, este jueves en el colegio Compañía de María.
Una clase con niños de Infantil, este jueves en el colegio Compañía de María.
Guillermo Mestre

Aún es pronto para saber si Nora Baquedano y Elena Val, ambas estudiantes de Segundo de Bachillerato, sobresaldrán en las carreras que quieren hacer (psicología y medicina, respectivamente). Llevan juntas desde Infantil, son amigas y coinciden en que todo su círculo gira alrededor del colegio. "Siento que me ha dado mucho; siempre acoge a todos los alumnos y los profesores son muy cercanos. A lo largo del tiempo pasa a ser tu familia", opina la primera. A lo que Elena añade: "Te sientes como en casa. Es una experiencia muy positiva".

Y de cara al futuro, ¿cuáles son los próximos proyectos del centro? La directora habla de "sueños", que incluyen querer ampliar la educación con la etapa de 0 a 3 años o una Formación Profesional. "Hay que seguir creciendo y transformándose; eso es evolución. Lo que no puedes hacer es estarte quieto", afirma Mar Martín. Como dice Jorge Drexler, en su canción 'Movimiento', "si quieres que algo se muera, déjalo quieto".

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