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El día a día de un joven con TEA: "De cara a la vida adulta, la autonomía es complicada"

Dificultades de comunicación y pensamientos inflexibles son algunas dificultades de estas personas. Pablo Latorre, un zaragozano de 34 años y con el grado de Historia del Arte, es un ejemplo de superación.

Pablo Latorre, este martes en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Pablo Latorre, este martes en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Oliver Duch

Casi todo se puede conseguir en esta vida, pero con entrenamiento y mucho esfuerzo. Es la máxima de Pablo Latorre, un joven zaragozano de 34 años con TEA (trastornos del espectro autista), ejemplo de superación.

Con el grado universitario de Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, Pablo acude todas las mañanas (de lunes a viernes) a un centro ocupacional de la Fundación Rey Ardid en Cogullada desde septiembre de 2021 (tiene una plaza concedida por la DGA). Tal y como explica, ahí trabaja con luminarias y piezas industriales (entre otras tareas) y está contento. También en 2019 hizo unos meses de prácticas en una biblioteca en Zaragoza (a través de una beca de la ONCE). "Fue una experiencia muy buena para todos. Con apoyo las cosas salen bien", remarca su madre Begoña Rubio, secretaria de la Asociación Asperger-TEA en Aragón.

No obstante, no todo ha sido positivo en su incursión laboral. "Las empresas no suelen tener conocimiento de las personas con Asperger-TEA y si la tienen casi es peor porque son estereotipos", remarca Pablo. Cuenta que en 2018 estuvo dos días en una empresa del sector alimentario -a través de un centro especial de empleo- y no pasó ni siquiera el mes de prueba. "Me tenían que hacer un seguimiento, pero solo me acompañaron dos horas una mañana para un montón de tareas y, después, me dejaron solo. Hubo un error en el trabajo por mi parte y al día siguiente me echaron una bronca y a la calle", relata. De ahí que cuando entró en el centro de Rey Ardid lo primero que preguntó fue: '¿Aquí me van a hacer ir deprisa?' "La respuesta fue 'no', que era un entrenamiento laboral. Lo único que echamos en falta es que se potencien otras cosas, como las habilidades sociales. Como no es un centro específico para TEA -sino un centro ocupacional- no se trabaja el aspecto social", indica Rubio.

"Me gustaría trabajar en una biblioteca, un museo o un archivo, pero no hay cupos de empleo público específicos para TEA"

De cara a un futuro, Pablo desearía encontrar un empleo en lo que se ha graduado. "Me gustaría trabajar en una biblioteca, un museo o un archivo (no de cara al público por el estrés que le puede generar), pero lo que ocurre es que no hay cupos de empleo público específicos para TEA", reivindica. Asimismo, comenta que le hubiera venido bien tener a alguien de apoyo para tomar notas durante su etapa universitaria. "Y que me recordara las tareas", dice. Se sacó la carrera en el doble de tiempo, aunque con muy buenas notas. "En el trabajo de fin de grado me pusieron un 9,5", advierte satisfecho.

En ese éxito de sus estudios tienen mucho que ver sus padres. Begoña cuenta que su "liberación" fue cuando terminó Secundaria, con 16 años. "El colegio era la fuente de todos sus males: acoso constante, profesores que no entendían nada... Empecé a ayudarle con el Bachiller a distancia y la Universidad. Está diagnosticado desde los 12 años, antes no había ningún tipo de ayuda ni aulas TEA (como ahora). Dejé en parte mi trabajo para encargarme de hacer algo por él; nadie hacía nada en esos momentos", asegura su madre, que informa de que su hijo tiene reconocido un 65% de minusvalía.

Asimismo, hubo que trabajar la parte de la comunicación social, como ir a filas de gente para comprar algo. Hoy Pablo ya va solo a cualquier establecimiento comercial, lo que aún no puede ir solo es a hacer gestiones más complejas (como, por ejemplo, acudir al banco). "Y tengo un grupo de amigos con los que quedo para ir a museos, exposiciones... Pertenecen a la Asociación (está dirigido por un monitor). Estoy a gusto con ellos, al estar en las mismas circunstancias nos entendemos mejor", subraya.

Reivindicaciones de la Asociación Asperger-TEA en Aragón

Según datos de la Asociación Asperger-TEA en Aragón, más de 12.000 personas estarían afectadas en la Comunidad con trastornos del espectro autista en toda su variabilidad. No obstante, esta cifra no recoge todos los casos, tal y como señala la secretaria de dicha asociación. "Hay mucha gente sin diagnosticar: los de más alto funcionamiento porque pasan más desapercibidos. Especialmente adultos que no saben qué les ocurre y están con problemas de salud mental", explica Begoña Rubio.

Entre las dificultades que estas personas presentan cuando son mayores de edad figuran la comunicación social, las estereotipias (es decir, los movimientos involuntarios) y los pensamientos inflexibles. "De cara a la vida adulta, la autonomía es complicada. Vivir solos en una vivienda, el autocuidado, pedir ayuda médica... todo lo que implique comunicación es un problema muy grande. Las personas TEA con una discapacidad intelectual asociada tienen el paraguas de la discapacidad intelectual -con una serie de recursos (pisos tutelados, centros especiales de empleo...)-, frente al resto de personas con trastornos del espectro autista (en torno al 70%), que no tienen ningún recurso. Son invisibles para las administraciones públicas; ni siquiera figuran en la ley general de discapacidad, aunque ya desde octubre sí aparecen los TEA en la baremación para la valoración de discapacidad", sostiene.

"Son invisibles para las administraciones públicas; ni siquiera los TEA aparecen en la ley general de discapacidad"
"Son personas desaprovechadas para el empleo. Son unos trabajadores muy útiles si les dan un apoyo inicial"

En este punto, recuerda que el primer y "gran problema" por el que las asociaciones de Asperger y TEA en general están peleando es por que se reconozca en la ley general de discapacidad un nuevo tipo específico de discapacidad que no sea ni físico, ni intelectual, ni mental, ni sensorial. "Al no ser (las personas con TEA) una de esas discapacidades, nos vemos excluidos de temas de talleres ocupacionales. Mi hijo entró en uno por salud mental. Tiene que ser también mucha iniciativa legislativa", apunta Rubio, que alude a la petición que hace unos meses presentaron en las Cortes de Aragón. "Solicitamos que se hiciesen dos proposiciones no de ley para modificar esto: que hubiese centros ocupacionales específicos para personas con TEA. Son como una situación prelaboral que les ayuda mucho porque se habitúan a los entornos laborales de una manera más relajada, para luego poder dar el salto a lo que es el empleo. No es lo más adecuado estar en un taller ocupacional con discapacidad mental, que engloba otras problemáticas; lo que se hace les sirve, pero solo parcialmente. No se hace hincapié en la comunicación social. Y en todo Aragón no tenemos ni un solo especialista sanitario de referencia para el TEA en su amplia variedad", informa.

Asimismo, desde la Asociación Asperger-TEA en Aragón se reclama que se fomente la figura del empleo con apoyo entre las personas con trastornos del espectro autista y que tengan acceso al empleo público. "La discapacidad es un cajón de sastre y a la hora de hacer unas pruebas no es lo mismo una persona con una discapacidad sensorial o con problemas auditivos que otra con este tipo de afecciones. Y no hay cupos especiales para personas con TEA, que necesitan una adecuación de las pruebas", dice Begoña Rubio, que alude a que las empresas tengan "una sensibilización" hacia estas personas de cara a su incorporación laboral. "Son unos trabajadores muy útiles si les dan un apoyo inicial. Todas las empresas quieren contratar a personas -incluso con discapacidad- que comiencen a funcionar desde el minuto uno y a pleno rendimiento. Con estas personas no se puede; se requiere un periodo previo de adaptación. Pero se gana muchísimo con ellas porque son personas muy responsables y trabajan todos los minutos del tiempo (son muy puntillosos y cuadriculados de mente y eso es una ventaja en ciertos aspectos). Lo único es que si se encuentran con un imprevisto, no saben reaccionar. Son personas desaprovechadas para el trabajo", concluye.

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