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Sin Barreras 30 Aniversario 2024

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La importancia de un diagnóstico precoz para "saber qué nos pasa y dejar de ser diferentes"

En Autismo Aragón atienden cada vez más casos de jóvenes y personas adultas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y con diagnósticos erróneos. Desde la entidad, insisten en la importancia de acudir ante la menor duda porque, según los últimos informes, por cada tres casos conocidos hay otros dos sin diagnóstico

En Autismo Aragón, las personas con TEA reciben tratamientos totalmente individualizados.
En Autismo Aragón, las personas con TEA reciben tratamientos totalmente individualizados.
A.A.

 ¿Saben que una de cada 100 personas en España tiene autismo? ¿O que la cifra de individuos vinculados a este trastorno se eleva a casi un millón y medio si se tiene en cuenta el impacto que produce en sus familias? ¿Y que se han incrementado en más de un 90% los diagnósticos en el caso de preadolescentes y personas adultas? Por cifras como estas, los expertos insisten en la importancia del diagnóstico precoz cuando existen sospechas de TEA y hacer esa valoración exhaustiva cuanto antes, con el objetivo de descartar o confirmar el diagnóstico.

"En el caso de los más pequeños, un diagnóstico precoz es fundamental para poner en marcha las terapias necesarias para su tratamiento y tener acceso a una atención temprana específica y especializada", explica Concepción Faura, psicóloga responsable del diagnóstico de TEA en Autismo Aragón desde hace más de veinte años.

En el caso de los más pequeños, un diagnóstico precoz es fundamental para poner en marcha las terapias necesarias para su tratamiento

Faura ahonda en la necesidad de diagnosticar con eficacia y rapidez para que las personas con TEA sean "lo más autónomas posibles, desde edades tempranas y, sobre todo, para que se pueda intervenir con terapias individualizadas cuanto antes".

En el caso de los niños, el diagnóstico suele ser más fácil y cuando se trata de jóvenes o adultos se vuelve más complicado por varias razones. La primera de ellas es porque "las herramientas con las que contamos han sido desarrolladas para niños y normalmente, no están adaptadas para adultos. La segunda es que los síntomas de autismo pueden ser menos claros que en la infancia porque han aprendido a camuflarlos y esto es más evidente en el caso de personas con mayor capacidad intelectual. Y la tercera es que la sintomatomatología coexiste con otras complicaciones, como depresión o ansiedad, que complican el cuadro clínico", apunta.

Esta sensación de alivio se hace extensible a las familias, que han sufrido esa falta de apoyo por parte de la sociedad, en general, y de los colegios o centros de trabajo, en particular

Una vez dado el paso, y con los resultados encima de la mesa, estas personas preadolescentes o adultas, sienten "un gran alivio porque dejan de ser diferentes. Y nos dicen que ya saben lo que les pasa, que no son tontos ni están locos", apunta Faura, quien asegura que esta sensación de alivio se hace extensible a las familias, que han sufrido esa falta de apoyo por parte de la sociedad, en general, y de los colegios o centros de trabajo, en particular.

Trabajo conjunto

Después, en Autismo Aragón, entidad que cuenta con más de 300 socios, la persona diagnosticada de TEA, junto con los profesionales que trabajan en la entidad, se ponen "a remar en la misma dirección y a utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para encontrar las mejores soluciones en cada caso", explica Faura, quien recuerda que es necesario estar pendiente de las señales de alerta que mandan estas personas, porque muchas de ellas no presentan todos los síntomas característicos del Trastorno del Espectro Autista.

Y por eso, explica la especialista de Autismo Aragón, es "tan fácil confundirlo con otras patologías relacionadas con la salud mental, como la depresión, trastornos de la personalidad o psicosis. Y esta falta de diagnóstico conduce a tratamientos y derivaciones inadecuadas".

Testimonio de Mª Jesús

"Desde que fui diagnosticada de TEA hace unos dos años, mi vida ha cambiado por completo. Ahora sé que no soy la rara del grupo y que no tengo que hacer cosas que no me apetecen, con las que me siento mal, por encajar con el resto del mundo. Ya no busco excusas cuando estoy con mucha gente, me agobio y quiero irme. Ahora, me anticipo a esos problemas, de una manera totalmente consciente».

De esta manera explica Mª Jesús, una mujer que ronda los 50 años, cómo ha cambiado su vida desde el momento en el que, tras muchos años siendo diferente, por fin encontró la respuesta a todas sus preguntas.

"Es importante decirlo y que la gente con TEA, que esta todavía sin diagnosticar, se vea reflejada en casos como el mío"

«Desde muy pequeña pero, sobre todo, al llegar a la adolescencia, yo me veía distinta al resto de las personas que tenía a mi alrededor. Me sentía incómoda haciendo lo que hacían otros y siempre lo achaqué a mi timidez. Con doce años me fui a vivir a otra ciudad y ahí se agravaron los problemas de sociabilización. Y así, durante mucho tiempo, fui siempre a contracorriente. Pero fue al nacer mi sobrino, que es autista en un grado mayor al mío, cuando mi hermana empezó a ver en su hijo comportamientos que había visto en mí, de forma menos marcada. En ese momento, empecé a investigar en las redes casos de autismo femenino y me di cuenta de que había muchas cosas en común con mi casuística».

Aceptación y terapia

En ese momento empezó para ella el camino hacia la búsqueda de un diagnóstico correcto, porque en ocasiones se confunde este trastorno con otros. Y tras varios diagnósticos fallidos fue en Autismo Aragón donde le confirmaron que era TEA. "Al principio, cuando me lo dijeron me sentí muy liberada porque, por fin, le podía poner nombre a lo que me pasaba desde hace tanto tiempo. Durante este camino, pasas por diferentes fases, hasta que llega la aceptación, gracias a la terapia, que es fundamental".

María Jesús insiste en la "necesidad de visibilizar los casos. Es importante decirlo y que la gente con TEA, que esta todavía sin diagnosticar, se vea reflejada en casos como el mío, por ejemplo. Es una lucha diaria enfrentarse a esta situación, de ahí lo necesario que es poder contar con recursos para estar cada día un poco mejor».

Esta ayuda la encuentra en Autismo Aragón donde, cada quince días, acude a sesiones individuales, en las que le dan pautas para hacer más llevadera una situación que es para toda la vida. “El autismo no se cura, tenemos que ir a terapia de forma continuada y estar siempre en contacto con los profesionales que te atienden. Pero conocer lo que tienes y contar con un diagnóstico correcto te cambia la vida a ti y a tus familiares, porque ya encuentran explicación a por qué te comportas de determinadas maneras. Yo estoy contentísima porque ya no tengo que forzarme a hacer nada encajar en esta sociedad, ni actuar de forma que luego no es buena para mí”, concluye.

REALIZADO POR BLUEMEDIA STUDIO
Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.

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