Una Navidad especial a 3.400 kilómetros para los ucranianos que residen en Aragón

Han adoptado las tradiciones de su tierra de acogida pero su corazón sigue en el país en conflicto del que tuvieron que huir.

Algunos ucranianos se reencontraron con sus familiares en una parada de autobús.
Algunos ucranianos se reencontraron con sus familiares en una parada de autobús.
Guillermo Mestre

Han pasado ya nueve meses desde su llegada a Aragón y los refugiados ucranianos, poco a poco, empiezan a sentirse como en casa. Los más pequeños van al colegio y aprenden español, y los mayores encuentran trabajo. Estos días, propios de pasarlos en familia, los van a celebrar lejos de su hogar, a 3.400 kilómetros de distancia, por lo que se enfrentan a una situación "muy dura", pero en buenas manos gracias a las familias de acogida y a las entidades sociales aragonesas. Viven una doble Navidad, ya que tradicionalmente ellos la celebran el 7 de enero, pero se congregaron también el 25 de diciembre y reciben sus regalos como cualquier familia aragonesa, para diferenciarse de las costumbres rusas. Se esperaba un repunte de ucranianos para este invierno, pero la situación se ha estancado y hace tiempo que no llegan más a la Comunidad.

"Se han adaptado bien. También se ha ido mucha gente, pero los que se han quedado, están bien, dentro de lo malo por las malas noticias que siguen llegando desde su país, celebrando la Navidad. El otro día abrieron los regalos, como el resto de familias aragonesas", detalla Pilar Bernardó, coordinadora en Aragón de Cepaim. Indica que, desde que en marzo llegara un gran volumen de ucranianos a la Comunidad, "hace tiempo que no vienen nuevos". "El que se quiso ir, se fue al principio", añade Bernardó. Esta fundación ha atendido a unos 300 refugiados en Zaragoza y Teruel.

La adaptación, por muy buena que sea, no deja de ser muy dura, al igual que la época que están viviendo actualmente, con su país todavía en guerra y ellos lejos de su verdadero hogar. "Muchos de ellos llevan ya varios meses aquí y se van adaptando. Ha sido muy duro, pero por el cambio tan brusco que ha habido en sus vidas. Es muy complejo, el idioma, el cambio de cultura, la comida, etcétera", explica Beatriz Larraz, referente autonómica del programa de Protección Internacional de la Cruz Roja.

No obstante, el tiempo que llevan los refugiados en Aragón ha sido suficiente para que la situación sea menos cruda. Para facilitarlo, la entidad les presenta herramientas "para su propia autonomía", para que vayan aprendiendo el idioma y que se habitúen al entorno. Llama la atención, según explica Larraz, la buena adaptación en las zonas rurales. "En muchos casos se han adaptado mejor de lo que esperábamos. Las localidades se han volcado mucho con ellos", indica esta trabajadora de Cruz Roja. Sin embargo, dice, la Navidad sigue siendo "muy dura" para ellos.

Esta entidad tiene a 258 ucranianos en sus recursos habitacionales de primera acogida y acogida temporal en Zaragoza, varios de ellos en barrios rurales y municipios. En Huesca, contabilizan 33 y en Teruel, 51. Estos datos son "muy vivos", ya que muchos de los refugiados se intercambian con otras Comunidades Autónomas donde hay un mayor volumen, como Cataluña. "Seguimos a un porcentaje elevado de niños y mujeres, y un volumen importante de personas mayores, lo cual es preocupante", sentencia Larraz.

"Habla español perfectamente"

Julio Murillo, de la Asociación Asistencia a la Infancia, se trajo a su ‘hija’ ucraniana Olena Dervikoba y a sus tres pequeños (de 13, 9 y 8 años) a Perdiguera. "El mayor ya habla español perfectamente", asegura. Olena ha encontrado trabajo sin problema y puede sustentar a la familia. "Los niños se van a la ludoteca", explica Murillo. Además, dice que desde marzo "se han integrado perfectamente" en el colegio. "Ellos celebran la Navidad más tradicionalmente el 7 de enero", relata Murillo.

Valeriia y Mikhail, junto al árbol de Navidad.
Valeriia y Mikhail, junto al árbol de Navidad.
I.V.

Gala, la ‘hija’ de David Corellano, tiene 26 años y un niño que está cerca de cumplir 2 años. Las costumbres españolas ya las tenía arraigadas, pues vivía en Aragón desde 2005 hasta que volvió a Ucrania. En marzo, por la guerra, viajó de nuevo a tierras aragonesas. "Ha sido divertido porque para el niño eran sus primeras Navidades españolas", relata Corellano, de la Asociación Asistencia a la Infancia. Además, estos días también les ha visitado la pareja de su ‘hija’ que "se ha sorprendido con la celebración tan familiar que se hace en España". 

Más de 130 refugiados reciben ayuda por parte de Cruz Roja

Cruz Roja, a través de sus diferentes programas de ayuda, brinda apoyo actualmente a más de 130 ucranianos venidos a Aragón y les ayuda a con el pago de un alquiler, necesidades básicas y otras ayudas adicionales necesarias. La mayoría de ellas ubicadas en Zaragoza ciudad y alrededores.

Cabe recordar, además, que los ucranianos empadronados en Aragón y que no reciban ninguna otra prestación económica podrán beneficiarse de una ayuda de 400 euros al mes, ampliables en 100 euros más si tienen a un menor a su cargo, durante seis meses, gracias al convenio firmado entre el departamento de Ciudadanía del Gobierno aragonés y Cruz Roja que fue aprobado el miércoles, que permitirá a esta entidad gestionar, de forma directa, los 1.561.824 euros asignados a Aragón hasta 2023 hasta Aragón.

Desde abril, son 18 los proyectos que Cruz Roja tiene en marcha para dar respuesta a todas las necesidades que se han detectado en la población desplazada, y más de 9.000 los voluntarios y voluntarias "dispuestas para ayudar en todo lo necesario".

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