entrevista

Cooperante aragonés en Senegal: "Cuando regreso a África, me llevo la maleta llena de jamón de Teruel"

Fernando López Sierra nació en Zaragoza en 1962, lleva cinco años de cooperante con Arapaz-MPDL en Senegal. Se vacuna de covid aquí en Navidad y regresa a África

El cooperante zaragozano Fernando López Sierra, en su visita a Zaragoza en Navidades.
El cooperante zaragozano Fernando López Sierra, en su visita a Zaragoza en Navidades.
José Miguel Marco

¿Cómo ha sido el efecto de la pandemia en Senegal?

La pandemia cambió todo en el mundo. En Senegal vivimos el bloqueo entre las distintas regiones. La economía quedó afectada en todos los niveles. La cooperación internacional está denostada y se rebajaron sus presupuestos, pero ahora es más necesaria. Nosotros desarrollamos el proyecto de asistencia humanitaria en Kaolack por la covid y construimos las maternidades de primera emergencia, que sirvieron para la vacunación. Además, conseguimos el material sanitario de protección para las familias en los pueblos.

¿Qué alternativas apoyaron?

La construcción de los huertos para la alimentación. Han sido fundamentales para que hubiera productos alimenticios y ayudaran a sobrellevar las carencias, porque no llegaban los importados. El Gobierno senegalés hizo una primera distribución de alimentos básicos, como arroz y aceite, pero los complementos perfectos fueron los huertos, que funcionaron muy bien en las zonas de Kaolack y Casamance. La cooperación funciona en los momentos críticos.

¿Ha habido muchas pérdidas humanas allí como en Europa?

En Europa hay un control sanitario mucho más rígido y efectivo que en África. En las grandes ciudades de Senegal hubo un mayor recuento, pero en las zonas rurales podían enmascarar los motivos de los fallecimientos porque los síntomas de la covid son muy similares a una malaria o una gripe y es difícil saber la causa. Dos centros de vacunación que se crearon en Dakar funcionaron muy bien contra la pandemia. Allí se sufrió de otra manera que aquí.

¿Ahora se vacuna en Zaragoza, aprovechando la Navidad?

Me muevo en África y también en España, pero con mucha gente de diferentes ámbitos. Sigo el régimen de vacunación del Ministerio de Sanidad y tengo ahora mi cuarta vacuna por la covid, porque acabo de cumplir 60 años. Tengo que revisar al dedillo mi régimen al estar trabajando en cooperación, porque no existe el riesgo cero y es todo prevención.

Las Navidades siempre lo empujan a Zaragoza…

Tengo familia, veo a mi hermano y a los sobrinos. Siempre vengo en agosto y en Navidad para verlos.

¿Lleva mucho tiempo en esa misión de Arapaz-MPDL?

Llevo cinco años. Es un buen tiempo aunque lo habitual en una misión son dos. Al llegar la pandemia decidí quedarme en Senegal al ser más útil que aquí. La vida en Europa es totalmente diferente. Soy feliz en África porque tengo mi trabajo y muchos amigos.

¿No añora el regreso a casa?

A veces te faltan algunos detalles de reuniones con amigos. Pero al volver a África me llevo la maleta llena de jamón de Teruel, el chorizo, la panceta, vino aragonés y cecina de vaca para los amigos musulmanes. Al venir a Zaragoza me siento un poco extraño al principio, al pasear en un mar de gente. En los pueblos en los que trabajo en Senegal no es así.

¿Cuál ha sido el último proyecto que han abierto?

Hemos abierto una maternidad o la ‘case de santé’, que es el primer punto de atención sanitaria, de las cuatro levantadas. Ha servido de referencia para la vacunación, dar a luz, hacer seguimientos a las embarazadas y bebés, o seguir enfermedades como la malaria o un pequeño accidente. Es como un punto de emergencia de la Cruz Roja mejorado, porque en alguna se ha levantado ya hasta una farmacia y una vivienda para enfermeros. Se intenta que en las zonas rurales menos desarrolladas tengan un punto sanitario de primera magnitud.

¿España mantiene su apoyo a estos países necesitados?

Los presupuestos de cooperación han bajado. Aragón era la primera Comunidad en ayuda humanitaria y ahora nos estamos quedando bajo mínimos. Es necesario mantenerlos. Al facilitar el desarrollo local, la gente prefiere vivir en su tierra para no emigrar. Si las condiciones de vida de los pueblos (en Senegal) mejoran, como donde hemos abierto los huertos, ahora las casas han pasado que los cerramientos sean de paja a de ladrillo. Hacen economía con los vecinos de pueblos de alrededores en sus mercados.

¿La UE y España no pueden perder esas tareas de desarrollo para evitar la migración?

Vamos a colaborar a nivel global para que los africanos vivan mejor.

El yihadismo ha atacado un país próximo como Mali y las fuerzas armadas de Francia y España lo han abandonado…

Siguen allí controlando el 30% del país, mientras las fuerzas armadas de Francia, España y otros países africanos han abandonado Mali y entraron los mercenarios rusos. Otros países, como Burkina, intentan retomar la senda de un gobierno democrático ante el yihadismo. Pero habrá inmigración de esas poblaciones a países como Senegal, más tranquilo.

Los españoles formaban a los militares malienses, como alternativas.

(Los españoles) no pueden estar allí toda la vida. Nuestros proyectos no son solo la construcción sino que hay detrás unos cursos de formación de las personas que van a trabajar en la maternidad; el saneamiento con duchas -que hemos puesto cientos- o las mujeres con los huertos, con la gestión económica de la transformación del producto porque es su vida y se hace un seguimiento continuo. Nosotros colaboramos, pero no somos paternalistas. Queremos que funcionen los proyectos que han pagado los aragoneses.

Habla en francés…

Sueño en francés... Por eso venir en verano o Navidad me sive para recuperar el vocabulario.   

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