Multas de hasta 100.000 euros por recoger del monte adornos naturales navideños

Desde 1986, en Aragón está prohibido arrancar especies forestales protegidas como el musgo o el acebo. Las sanciones se duplican si el delito se lleva a cabo en un parque natural. 

Musgo en un hayedo del Pirineo francés
Musgo en un hayedo del Pirineo francés.
Javier Ara

Se acerca la Navidad y en muchos hogares comienzan a desempolvarse las cajas de decoración de adviento para ir pensando dónde poner el árbol y cómo colocar el Belén este 2022. La presente semana es en la que -aseguran- más figuritas para el portal se venden, pues siempre se descubre que falta un rey, el buey ha perdido una pata o el palacio de Herodes está en las últimas. 

Los puristas querrán brindar un perfecto marco a la composición pero, ojo, el Seprona de la Guardia Civil recuerdan que coger del monte elementos como musgo, acebo o muérdago está prohibidísimo y sancionado con multas que vean desde los 1.000 hasta los 100.000 euros. Se considera una infracción muy grave en el reglamento de bosques y esta cantidad puede -incluso- duplicarse si la vegetación se arranca de una zona protegida como pueden ser los parques naturales del Moncayo o el nacional de Ordesa y Monte Perdido.

¿Por qué cuentan este tipo de plantas con tanta protección? El musgo, aunque parezca insignificante, "desempeña una importante función en el ecosistema y es la base de cualquier futura reforestación", explican desde el área de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Se encarga de retener la humedad, evita la erosión del suelo y da cobijo a pequeños animales invertebrados que son alimento para otros de mayor tamaño.

Explican los expertos que las altísimas sanciones están previstas en caso de mafias que esquilman grandes superficies de vegetación. En más de una ocasión el Seprona ha mostrado imágenes de coches todoterreno con cajas y cajas de kilos de musgo en su interior. Reconocen también que, aunque se emprende una campaña especial de vigilancia en estas fechas, es muy complicado evitar que se corten pequeñas plantas. "La normativa es estricta y rigurosa, pero el control a pequeña escala, cuando no son acciones masivas, es muy difícil y harían falta medios de los que no se disponen", explica el abogado Agustín Bocos, especialista en Derecho Medioambiental.

El musgo se ha utilizado durante décadas para decorar el Belén o cubrir la maceta que sujeta el árbol de Navidad. Esta costumbre, por fortuna, ha cambiado por la concienciación de que esta planta tarde años en crecer y arrancarlo de la roca supone una gran pérdida ecológica. En los foros belenistas se plantean un sinfín de alternativas que pasan desde colorear serrín, echar mano de algo de perejil y orégano o recurrir a plantas artificiales de vivero. "También hay mucho sintético con un textura parecida al caucho que se compra en cualquier bazar y que brinda un resultado visual idéntico al natural", comentan. 

"Lo mejor siempre es comprar el musgo en tienda especializada, por ejemplo, en viveros o floristerías. Nosotros vendemos musgos que han sido cultivados específicamente para su venta, con lo que no dañan el medio ambiente. Tenemos también un musgo preservado, que tiene incluso la tierra por debajo, y conservará el verde durante años y años para poder ser reutilizado en el Belén en distintas Navidades", explica David Navarro, responsable de la floristería alemana El Buen Jardinero (calle del Porvenir, 15). 

El musgo, que debe comprarse con certificado, se conserva bien de un año para otro.
El musgo, que debe comprarse con certificado, se conserva bien de un año para otro.
Guillermo Mestre

No es ésta, sin embargo, la única planta forestal protegida y codiciada estos días previos a la Navidad. Hay otras dos especies también muy vinculadas con el adviento y su decoración, y que pueden salir muy caras si se arrancan de los bosques. Una de ellas es el muérdago, planta bajo la cual se besan las parejas en infinidad de películas hollywoodiense, pero cuyo origen navideño está en la cultura celta, pues servía para decorar el hogar en el momento del solsticio de invierno. Cuentan que para los cristianos esta costumbre era demasiado pagana y animaron a los parroquianos a sustituirlo por el acebo. En este caso, sus colores verde y rojo han influido de tal manera al espíritu navideño que casi todos los adornos reúnen esta combinación cromática. El acebo, a su pesar, se ha convertido en símbolo de la Navidad y ha sufrido un brutal expolio en los montes. Por fortuna, hoy en día está prohibido recortar ramitas, pero hay quienes por desconocimiento o por imprudencia lo siguen haciendo, poniendo en jaque la supervivencia de una especie en extinción.

Recogida del acebo en el Acebal de Garagüeta, en una fotografía de archivo
Recogida del acebo en el acebal de Garagüeta, en una fotografía de archivo
Mariano Castejón

En Aragón no quedan muchos arbustos de acebo salvo en la dehesa del Moncayo, donde los agentes del Seprona suelen establecer dispositivos especiales para evitar que se arranque tanto acebo como musgo u otras especies en extinción. Echando un ojo a la hemeroteca hace ya algunos inviernos que no se dan detenciones de importancia con motivo de este delito, pero en los años 90 era bastante habitual que se cursaran denuncias contra personas que "recogían acebo con saco" en el Moncayo. En 1995 se produjeron 15 detenciones y dos año antes, otras doce. Los agentes explican que todos los años para estas fechas hay alguna denuncia individual, pero antaño los destrozos se hacían no tanto por utilizar las ramas como elemento ornamental en sus domicilios sino también para comercializarlas. "Los controles de la Guardia Civil también sirven para evitar el expolio de sabina, otra especie también protegida", aclaran.

En Soria se encuentran los mejores acebales de Europa y su poda se hace bajo estrictos controles

El Gobierno aragonés declaró el acebo especie protegida en el Decreto 49/95 de 28 de marzo, donde se recoge el catálogo de especies amenazadas en la Comunidad. De cualquier forma, la prohibición de cortarlo ya estaba regulada por un decreto de 1986, si bien la ley estatal que protege el musgo se remonta a 1964.

Donde se lleva a cabo un control más efectivo del acebo es en las provincias de Navarra, Segovia y, sobre todo, Soria, el lugar de la península con un mayor número de acebales: el de la estepa de San Juan, las Adehuelas, Castilfrío de la Sierra o el de Garagüeta, el más importante de Europa. La Junta de Castilla y León permite podas controladas (hasta un máximo de 3.400 kilos) con numerosas restricciones: no se puede poder por debajo de los dos metros, no se permite cortar la copa y las ramas deben tener una medida de metro y medio. Por descontado, un acebal sólo se puede podar con licencia y un guarda forestal se encarga de vigilar que los cortes sean los estipulados. Se controla hasta las matrículas de los vehículos que transportan estas plantas intensas hojas verdes (con algunos pinchos) y bayas rojas que sirven de alimento de muchos animales. 

Al margen de la Navidad, la cruz del acebo es que posee una simbología tradicional que lo relaciona con la suerte y la fortuna. Así, los supersticiosos pueden cortar ramitas ignorando que lo que hacen es constitutivo de delito porque es una especie protegida y, como en el caso del musgo, su retirada supone una pérdida de suelo y desequilibra el ecosistema.

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