Entrevista

Agustín Colás: "El Rastrillo vuelve para ser el punto de conexión con la sociedad zaragozana"

El vicepresidente de la Fundación Federico Ozanam (71 años) celebra este año la vuelta a la normalidad del Rastrillo de Aragón.

Agustín Colás, vicepresidente de la Fundación Federico Ozanam.
Agustín Colás, vicepresidente de la Fundación Federico Ozanam.
Oliver Duch

Ya está de vuelta el Rastrillo el día 28, y con normalidad.

Después de los años 2020 y 2021, queremos que sea un Rastrillo que vuelva a ser el punto de conexión con la sociedad de Zaragoza que tanto nos ayuda, y nos tiene que seguir ayudando, porque las necesidades han crecido. Hay necesidades nuevas, otras que se han acrecentado y han hecho que haya muchísimas más personas vulnerables.

¿Hay alguna novedad?

Tenemos que adecuar los ‘stand’ a la situación actual. Vamos a poner en marcha un puesto nuevo, el de accesorios para perros y gatos. Estará destinado a los animales de compañía, que tienen tantísima importancia, y también otro de flores tanto naturales y artificiales. Hemos aprovechado una remodelación que ha habido que hacer para introducir este ‘stand’. El resto sigue igual. No hay que olvidarse de la lotería, un clásico.

Se celebra este regreso.

Nosotros decimos que hemos vuelto pero con novedades. Hemos reestructurado el Rastrillo. Hemos hecho más amplios los pasillos porque con la experiencia del año pasado nos hizo pensar que era mucho mejor. Está dispuesto de otra manera e intentamos que sea mucho más cómoda la visita. Vuelve a haber bar y restaurante.

Además, el objetivo de este rastrillo es establecer un centro de Ozanam en La Almozara. Tiene su origen en una herencia, un legado en un edificio, que se dedicará a realizar labor social como refuerzo escolar, la atención social, instalación de talleres para el aprendizaje de oficios... Va a haber dos pisos para atención de jóvenes y los otros 12 pisos se van a reformar y se van a dedicar al alquiler de familias necesitadas.

¿Cómo llegó a formar parte de la fundación?

A lo largo de mi vida siempre me ha gustado ayudar a los demás. Entré aquí por amistad. Conocí a Ana María Cortés y un día me conoció y me dijo que si quería formar parte de la fundación. Estaba deseando que me lo dijera. Entré y he aportado, como todos, mi esfuerzo, cariño y preocupación por los colectivos sociales. Sobre todo, incidimos en la búsqueda de vivienda a las personas sin techo, porque considero que no poder ir a un sitio a cobijarte es muy duro y hacemos un gran esfuerzo con esto.

¿Está orgulloso de ello?

Orgulloso no, encantado. Para mí, en mis circunstancias, me llena muchísimo poder preocuparme por los demás. Queremos animar a la gente a que, como lleva 35 años haciéndolo, se acuerde también y nos ayude a resolver el problema económico. El Rastrillo es fundamental para equilibrar las cuentas. Nos permite cumplir con nuestros proyectos y crear nuevos.

¿Por qué debería ir la gente al Rastrillo?

La gente va a ver lo que hay, y si es un chollo mucho mejor. Y los hay. El chollo grande es que puedes encontrar algo que lleves buscando desde hace mucho tiempo. Un ejemplar de un tebeo de los años 40, por ejemplo. Hay clientes fijos que se llevan montones de cosas. También tenemos un ‘stand’ de pintura y hay gente que viene allí porque sabe apreciar el cuadro de calidad. Los precios siempre están muy bien.

¿Cree que los aragoneses somos solidarios?

La sociedad es muy solidaria. A veces hay que despertar ese instinto, que en ocasiones se adormece. Estamos oyendo que hay menos donaciones en determinadas cuestiones, pero es simplemente porque socialmente está un poquito olvidada. Nosotros somos fieles a nuestra cita y cuando se empiezan a nuestros carteles la gente dice: ¡Ya está el Rastrillo! Esto es un clásico. La respuesta de la sociedad es importante, al igual que la de las instituciones públicas que nos apoyan.

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