Los vigilantes (aéreos) de las malas hierbas

La empresa zaragozana ACG participa en un proyecto europeo en el que se utilizan drones para detectar datura, altamente tóxica, en los cultivos de maíz.

Un dron sobrevuela un campo de maíz para detectar la posible existencia de datura, una planta herbácea tóxica.
Un dron sobrevuela un campo de maíz para detectar la posible existencia de datura, una planta herbácea tóxica.
ACG drone

Una de las misiones de las nuevas tecnologías es vigilar y mantener a raya las malas hierbas que entran en competencia con los cultivos y que incluso pueden llegar, por su toxicidadad, a hacerlos no aptos para el consumo. Es lo que sucede con la datura, más conocida como estramonio, una planta anual herbácea arbustiva, que tiene un rápido crecimiento desde finales de verano hasta comienzos de otoño. Explican los expertos que en España esta indeseada planta se encuentra con cierta frecuencia en huertos o jardines poco cuidados, terrenos de cultivo abandonados y en márgenes de caminos, pero también ha comenzado a proliferar en los campos de cultivo. Y ahí está el problema. Si el estramonio, altamente tóxica, se mezcla con el grano durante la recolección, la producción que contaminada y no puede llegar al mercado.

En Aragón, ahora esta mala hierba se controla desde el cielo. Lo hace la empresa zaragozana ACG Drone, operadora de vehículos aéreos no tripulados con más de 8 años de actividad, que participa en un proyecto europeo liderado por Telespazio Francia y Livenagro, cuyo objetivo es detectar la presencia de datura en los cultivos de maíz.

Los drones, diseñados específicamente para esta tarea y dotados de un sensor que le permite mantener siempre la misma altura del suelo (entre 38 metros y 25 metros dependiendo del ciclo de la planta) ya sobrevuela en torno a las 5.000 hectáreas en tierras aragonesas y unas 1.000 hectáreas en maizales situados en la comunidad catalana.

Su misión es detectar la indeseable planta y aquellas zonas contaminadas por datura. "La naves toman imágenes que después se envía a la nube y se procesan con un algoritmo diseñado para este proyecto que determina el punto exacto de su situación. Toda esa información está disponible en una aplicación que los agricultores pueden consultar en su móvil y saber así la ubicación exacta de donde tiene datura en su explotación para poder eliminarla", explica Guillermo de Roda, fundador, junto con Cristina Álvarez de ACG Drone.

De este modo, insiste De Roda, se garantiza la validez de la recolección del maíz para el consumo humano y se evitan las pérdidas que supone tener que desechar las cosechas contaminadas.

El responsable de ACG explica que no se trata de un proyecto piloto sino de una realidad que utiliza el sector cerealista. "No son los pequeños agricultores los que lo usan sino grandes productores y cooperativas", añade.

La empresa aragonesa, creada hace ocho años, trabaja esencialmente en el sector industrial, "tanto en servicios de topografía como en revisiones de mantenimiento", detalla De Roda, que avanza que además de este proyecto destinado al sector agrario, la empresa participara en una iniciativa financiada por Europa y que prefiere no desvelar por ahora, cuyo objetivo es la utilización de esta tecnología para la optimización de recursos.

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