entrevista 

José Ramón García Paniagua: "En Ucrania no entramos en la guerra, sino que enviamos ayuda"

El coronel José Antonio García Paniagua, natural de La Muela (1970), lleva un mes al frente del Ala 31 de la Base Aárea de Zaragoza tras casi 30 años de profesión con los aviones Hércules y A400M.

El coronel José Ramón García Paniagua, jefe del Ala 31, en su despacho de la Base Aérea de Zaragoza.
El coronel José Ramón García Paniagua, jefe del Ala 31, en su despacho de la Base Aérea de Zaragoza.
Francisco Jiménez

¿Qué supone para un militar aragonés ligado al Ala 31 desde hace casi 30 años llegar a dirigirla?

Aunque pueda parecer un tópico, llegar a ser el jefe del Ala 31 es todo un honor y a la vez toda una responsabilidad. Más si cabe en mi caso que, por un lado y de manera personal, he estado muy unido a la Base Aérea de Zaragoza, y por otro y de manera profesional porque toda mi vida operativa se ha desarrollado en el Ala 31; y volando primero los C-130 y ya estos últimos años el A400M.

Hace un año superaron la misión de Kabul con el A400M al rescatar a 2.200 afganos. ¿Han mantenido contacto con algunos de ellos y qué recuerdos guarda?

No, no hemos mantenido contacto con el personal refugiado. En cuanto a los recuerdos, yo destacaría el gran esfuerzo y el espíritu de trabajo que mostró toda la unidad, tanto las tripulaciones como el personal de mantenimiento, el que se destacó en Dubai como el que se quedó en Zaragoza. Al final todos conservamos la imagen de los aviones llenos de personas, pero para que eso ocurriese en toda la operación hubo un grandísimo trabajo del personal de mantenimiento y de apoyo a las operaciones que hicieron posible las misiones.

Efectivos del Ala 31 y del EADA dela Base de Zaragoza que participaron en el rescate de 2.200 afganos el pasado mes de agosto.
Efectivos del Ala 31 y del EADA dela Base de Zaragoza que participaron en el rescate de 2.200 afganos el pasado mes de agosto.
Heraldo

Al volver reconoció en la Base que esa operación les puso al límite en el avión y de manera emocional. ¿Cómo sirvió esa prueba de fuego, que le reconoció su heroicidad?

Sí, por supuesto, sirvió y mucho. Después de cada operación militar se realiza un estudio de la misma para identificar cosas bien hechas y cosas que pueden o deben mejorarse. Este proceso (llamado de lecciones aprendidas) ha identificado cosas bien hechas que deben mantenerse o potenciarse, y aspectos que deben mejorarse bien mediante modificaciones en los procedimientos o acelerando la adquisición de equipos, puntos o vulnerabilidades críticas que deben tenerse en cuenta para ocasiones futuras. Por otro lado, quizás heroicidad es una palabra demasiado rotunda. Fuimos y cumplimos la misión, en condiciones difíciles, con riesgo, y con mucha incertidumbre, y sobre todo con un gran impacto mediático, pero debemos ser muy cuidadosos con los adjetivos que ponemos a las acciones. Más que nada para no depreciar la propia acción que hemos realizado.

Desde el 24 de febrero, entraron en la guerra de Ucrania para hacer envíos de armamento al país invadido por Rusia y traslado de refugiados a España. ¿Cómo les afectó estar en el conflicto?

En realidad, no hemos entrado en guerra. Creo que las cosas hay que decirlas claras y no lanzar mensajes que puedan confundir a la población. España, como el resto de aliados, ha enviado ayuda militar y humanitaria a Ucrania por diversos medios, uno de ellos con el A400M. Al ser operaciones en curso, me va a permitir que peque de prudente y no comente nada de las mismas.

¿Han pasado algún momento de riesgo con los aviones rusos?

Los vuelos en torno a Ucrania o de Kaliningrado no son especialmente peligrosos, de hecho el espacio aéreo está abierto al tráfico civil. Son misiones en las que hay que extremar la preparación y tener todos los detalles bien atados por razones evidentes, pero no son más peligrosas, ni menos, que otras misiones de sostenimiento a nuestras tropas o en apoyo de la política exterior del Gobierno.

Sigue sin control el incendio de Yerga, donde trabaja un avión del ejército
Sigue sin control el incendio de Yerga, donde trabaja un avión del ejército
Raquel Manzanares

Este verano se han realizado pruebas con el avión A400M para utilizarlo en incendios. ¿Cuándo cree que se utilizarán?

Creo que ha sido una demostración de la capacidad más que una prueba del sistema. Desconozco los planes de desarrollo del sistema trazado por Airbus. Si este tipo de avión es útil para los fuegos forestales que sufrimos en España y se decidiese su adquisición, habría que estudiar si la operación cono una misión extra para el Ala 31 sería eficiente.

España ha comprado 27 A400M, de los que Defensa va a operar 14 en el Ala 31. ¿La necesidad de utilizar más aviones puede agilizar la entrega de los últimos tres aviones o esperan su llegada a tiempo?

Las noticias que tengo en estos momentos es que el calendario no se ha alterado, actualmente ya disponemos de 13 aviones en el Ala y esperamos recibir el último el año que viene.

Usted se convirtió de piloto del avión histórico Hércules al A400M y ahora pasa de piloto a coronel. ¿Qué sensaciones pasó con esos cambios tan fundamentales?

El cambio de material C-130 a material A400M es muy radical, diría que hay varias generaciones de salto tecnológico entre ambos, en el nuevo avión ya no es tan importante la pericia en el manejo del avión (lo que llamamos “manos” en el argot aeronáutico) y cobra gran importancia la capacidad de gestionar información. Por el contrario, el cambio a coronel es gradual, uno va ascendiendo y en función de su nuevo empleo ejerce nuevas responsabilidades. Se manda un escuadrón de comandante, un grupo de teniente coronel y finalmente un ala de coronel. Digamos que el cambio es progresivo y te vas “entrenando” en tus pasos previos. Además, me gustaría pensar que pese a ser coronel sigo siendo piloto… o sea que no he pasado de piloto a coronel, más bien de teniente a coronel

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