educación
Unos 66.000 alumnos se beneficiarán del banco de libros en su cuarto año de historia
Los escolares adheridos crecen un 6,5% respecto al año pasado y las familias piden su ampliación a más cursos.
El banco de libros llegará el próximo curso a 66.000 alumnos de primaria y bachillerato de Aragón, lo que supone un 6,45% de beneficiarios más que el año pasado por estas fechas tras un primer periodo de inscripción. Este número, recuerdan desde el Departamento de Educación, podría crecer en septiembre, cuando se abre un plazo extraordinario para que más familias puedan adherirse al plan.
Hace ya cuatro años que esta iniciativa echó a andar y cada vez son más los progenitores que se suman a ella y que, según Educación, "ahonda en la equidad del alumnado". Desde su puesta en marcha, los menores pueden recibir los lotes de libros por 20 euros en primaria (desde 3º a 6º) y 25 en secundaria (de 1º a 4º), un precio que supone menos del 10% de su valor. Para participar en este programa, las familias se comprometen a dejar los libros del curso anterior en buen estado en su centro educativo.
Aunque la existencia de este banco de libros es celebrada por los progenitores, consideran que todavía se puede mejorar. La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de la Escuela Pública (Fapar) reclama que se extienda a toda la etapa obligatoria, ya que en la actualidad 1º y 2º de primaria no están incluidos, y que se garantice su continuidad con aportaciones que cubran tanto necesidades de reposiciones como de nuevas adquisiciones, particularmente las derivadas de la implantación de la Lomloe (nueva ley de educación) los dos próximos cursos escolares.
Desde Fapar también demandan que se impulse la digitalización de los bancos de libros con la incorporación de "nuevas metodologías que modernicen el proceso de enseñanza y aprendizaje, contribuyan a la sostenibilidad del programa y abaraten sus costes". Asimismo considera necesario que se avance en la gratuidad del mismo, suprimiendo las aportaciones que en la actualidad hacen las familias.
Fapar también muestra su "preocupación" por los costes adicionales que puede suponer la implantación el próximo curso del nuevo currículo derivado de la llamada Ley Celaá, por lo que apela a la responsabilidad de todos para que se haga el menor cambio posible de textos.
Ampliar a más días Volveremos
Por otra parte, los propietarios de las librerías zaragozanas temen el "atasco" que puede haber en los establecimientos los primeros días de septiembre cuando muchas familias quieran hacer uso del programa Volveremos del Consistorio de la capital aragonesa para adquirir libros y material. "Lógicamente van a esperar a ese momento para usar los descuentos acumulados o generar más ahorro. Es muy lícito y lógico, pero nos vamos a ver desbordados por la alta demanda, que va a provocar filas y largas esperas y se corre el riesgo de que no todo el mundo pueda ser atendido en esas fechas", señaló Óscar Martín, presidente de la Federación Aragonesa de Gremios y Asociaciones de Librerías (Fagal).
Para evitar esta situación, desde el colectivo de librerías y la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS) se ha pedido al Ayuntamiento que amplíe el número de días de uso de Volveremos. Está previsto que la campaña especial de Vuelta al cole de este programa de incentivos se lleve a cabo los días 31 de agosto, 2, 7 y 9 de septiembre. Desde las librerías solicitan que por lo menos comience una semana antes de agosto. Martín puso como ejemplo que en su librería ya han encargado 300 lotes que los recogerán y pagarán cuando se reactive Volveremos. Señaló que tampoco pueden pensar en reforzar plantillas esos días puntuales "porque las dimensiones de los establecimientos son las que son y tampoco hay personal especializado disponible".
La afluencia en busca de libros a última hora se prevé que también sea mayor porque la tardanza en la publicación de los currículos autonómicos de secundaria y bachillerato ha provocado que algunos manuales de texto se reciban con retraso. Ello obliga a completar pedidos o a que las familias los adquieran días antes de volver a las aulas.
