MODA

"Las sombrillas de paseo deberían ser tan habituales como las gafas de sol"

Con la presente ola de calor, cada vez se ven más parasoles de mano a orillas del Ebro. Los pioneros con protección UVA se fabrican artesanalmente en Zaragoza.

Una mujer protegiéndose del sol en la plaza del Pilar.
Una mujer protegiéndose del sol en la plaza del Pilar.
Toni Galán

Hasta hace poco tiempo parecía algo exótico o sofisticado. La imagen idílica era la de una sombrilla de bambú y de inspiración oriental. Se veían más como complemento para el vestido de una novia que un accesorio útil y con entidad propia. El persistente calor, sin embargo, está haciendo que los parasoles o las sombrillas de paseo comiencen a verse cada vez más por las calles. Algunos echan mano de un simple paraguas (poco idóneo si el fin es procurar una refrescante sombra), pero los más avezados se hacen con una sombrilla auténtica, en la que Zaragoza es una referencia.

La zaragozana Lola Garraus creó hace ahora diez años la marca Solbrillas, que fue la pionera en España en la manufactura de este tipo de parasoles artesanos y con sistemas de protección contra los rayos UVA. "Es necesario protegerse contra las radiaciones y que la gente se vaya concienciando de que estas olas de calor son consecuencia del cambio climático. Las sombrillas pueden hacer un gran papel para cuidar la piel de estas lesiones y agresiones solares. En Asia las usan mucho y allí apenas hay cáncer de piel", cuenta Garraus, que emprendió esta aventura a los 58 años.

Lola Garraus en su taller de sombrillas
Lola Garraus en su taller de sombrillas
Heraldo

Una empresa del País Vasco provee a Solbrillas de los bastidores y, después, Garraus y sus socias convierten los parasoles en piezas únicas. Tanto, que incluso los hay pintados a mano, "que aguantan un montón de lavados y siguen como el primer día". Cuenta Garraus que las sombrillas de mano más protectoras tienen como base la ofelina, un tejido fácil de limpiar que ofrece una protección UVA al 80%.

¿Qué diferencias tienen estas sombrillas de un mero paraguas que procure una sombra? En primer lugar, son más discretas y más ligeras. Los paraguas tienen que cubrir incluso los hombros para desalojar el agua de la lluvia y las sombrillas son mucho más manejables. Suelen pesar poco más de 300 gramos y llevan un cordón para echárselas al hombro cuando se entra a un interior y no dejársela olvidada como suele pasar con los paraguas. En cuanto a precios, de todo hay en función de las telas y los materiales: desde los 200 hasta los más económicos 50 euros. 

Un momento del 'shoot' promocional para las Solbrillas.
Un momento del 'shoot' promocional para las Solbrillas.
Heraldo

En las tiendas que despachan este tipo de productos explican que este verano, aún sin un furor desmedido, sí se percibe más de animación y demanda. "Hay un modelo que está agotado y nos tememos que ya no va a haber ‘stock’ hasta el año que viene", explica María Redondo, del comercio que lleva su apellido y que se acaba de convertir en centenario. "No obstante, aún tenemos algunas sombrillas nuevas, que evocan a aquellas de los modernistas años 20", continúa. Entre las que más gustan a los clientes figuran unas muy coquetas, "de tela alargada y empuñadura de madera".

Algunos famosos e ‘influencers’ con sus fotos de Instagram han contribuido a poner de moda los parasoles. Entre otras, a la cantante Kate Perry o la actriz Jamie Chung se les ha visto posar con este tipo de accesorios. Otros rostros populares las han adaptado a sus estilismos, como las jóvenes cantantes asiáticas que gustan de combinar un ‘look’ gótico con una sombrilla de encaje negra y roja. No obstante, al menos en España, las más buscadas son las blancas, que son también las que arrasan en las tiendas ‘vintage’ y de segunda mano, muchas de ellas fabricadas hace décadas con retales de telas antiguas y puños artesanos.

"En España se están popularizando pero a ritmo lento. Ya no te miran raro por la calle, pero tampoco dejas de llamar la atención. En Hispanoamérica, por ejemplo, están mucho más extendidas que aquí", comentan en las tiendas, donde creen las grandes marcas -veáse Inditex- no tardarán en apostar por este fenómeno porque "las sombrillas de paseo deberían ser tan habituales como las gafas de sol".

Las sombrillas de Garraus, en la tienda de Elena Benarroch.
Las sombrillas de Garraus, en la tienda de Elena Benarroch.
Heraldo

A muchos estos complementos les recuerdan a épocas pasadas, en un viaje en el túnel del tiempo que recuerda que en los siglos XVII, XVIII y XIX la obsesión de las mujeres era mantener la piel blanca como símbolo de belleza. Esta revisitación tiene reflejo, incluso, en la hemeroteca del HERALDO. Allí es posible encontrar no pocas fotos de comienzos del siglo XX de señoritas paseando arriba y abajo la calle de Alfonso I protegidas bajo sombrillas con un buen montón de encajes. De hecho, conocida es la anécdota de la visita de la infanta Isabel a Zaragoza en el verano de 1912 y su paseo de compras por un buen montón de comercios de la época: La Japonesa, sedería de San Felipe, el Nuevo Siglo, el comercio del señor Bellostas, la joyería de Aladrén, la sastrería de González Hermanos, La Parisién… Cuentan que se interesó la infanta y se llevó al hotel un buen manojo de abanicos artísticos, algunos sombreros y, también, delicados parasoles.

Las sombrillas más demandadas son las blancas con encajes y diseños inspirados en los años 20

De vuelta a la actualidad, en Solbrillas ponen en cuarentena el supuesto tirón de la demanda y explican que, incluso, quienes se interesan por algunos productos preguntan si se pueden alquilar para bodas y otras celebraciones.

Esta firma, además de preocuparse por la salud, lo hace también por el glamour y, de hecho, algunas de estas creaciones artesanales han podido verse, incluso, en pasarelas de moda como en la Mercedes Benz Fashion Week, de la mano del diseñador Ion Fiz. "Se fijó en nosotras por una 'pop up store' (tienda efímera) que montamos en la 'boutique' de Elena Benarroch en Madrid", cuenta Garraus, que conoció a la modista porque compartían peluquería. "Yo soy un poco aventada, como decimos aquí, y me lancé a enseñarle las ilustradas, las de telas antiguas y las de protección UVA". Las sombrillas han demostrado ser un complemento perfecto para los desfiles de moda: las de Solbrillas pudieron verse en la Aragón Fashion Week de hace un par de años, mientras que incluso Gucci se ha animado a incluir parasoles diseñados por la artista Coco Capitán en algunas de sus exhibiciones.

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