Heraldo del Campo

Beatriz Romanos: "La cadena de suministro de alimentos no está garantizada"

La periodista, consultora y divulgadora especializada en el campo de la tecnología de la alimentación, ha publicado el libro ‘FoodTech’.

Beatriz Romanos con su libro ‘FoodTech’, una guía de los avances en la tecnología de la alimentación.
Beatriz Romanos con su libro ‘FoodTech’, una guía de los avances en la tecnología de la alimentación.
A.R.

¿Cómo surge la idea de escribir este libro?

Hace ocho años creé la revista TechFood Magazine, porque creía que era muy necesario divulgar cómo afectaban los desarrollos tecnológicos al mundo de la alimentación, que me ha interesado siempre. Después de este tiempo editando la revista, viendo todo lo que ha ocurrido y trabajando junto a empresas para conocer sus inquietudes y necesidades, creí que había llegado el momento de recopilar todo esto en un volumen que pueda servir de guía para que cualquier persona profesional o del mundo de la alimentación encuentre los porqués de lo que está sucediendo y cuáles son las evoluciones.

¿Cómo se define ‘foodtech’?

Es un ecosistema de ‘start-ups’ y organizaciones que, a través del uso de tecnologías y biotecnologías innovadoras están logrando generar nuevos productos, servicios o modelos de negocio que sean realmente innovadores y disruptivos. Todo ello para lograr un sistema de alimentación que sea más sostenible, accesible y viable. No se trata de innovar por innovar sino para hacer una alimentación sana, segura, accesible y resiliente.

¿Cuál es el mayor reto de accesibilidad alimentaria?

Lo primero en lo que pensamos es en que la alimentación sea accesible en precio, porque hasta hace poco, pensábamos que el transporte estaba omnipresente y que la globalidad lo solucionaba todo. Pero los fenómenos de los últimos años nos están demostrando que no podemos dar por hecha la accesibilidad física a los alimentos. La cadena de suministro no está garantizada, por eso hay que ocuparse de cosas como la seguridad y la soberanía alimentarias.

¿Cómo afronta el sector agroalimentario todos estos cambios tecnológicos?

Hay de todo. Tenemos una parte del sector que es muy pionero y está viendo cómo las grandes empresas cárnicas del mundo están entrando ahí de manera muy decidida y esto está siendo una llamada de atención para otros. En España también hay ejemplos, como Vall Companys o Grupo Pascual, que ha creado su propia incubadora de cultivo celular. Hay otros que están preparándose, otro grupo que está observando qué pasa y otro grupo de gente que no hace nada en este aspecto.

¿Qué supone para una explotación hacer esos cambios?

El primer cambio es hacer un análisis para ver cómo están y cómo quieren estar. Pero no están solos. Hay muchos tipos de organizaciones en las que apoyarse. En el Foodtech hay mucha innovación abierta y colaborativa (aceleradoras, incubadoras…), expertos que pueden ayudar a dar el primer paso… A veces no hay que cambiar todo, sino saber estar preparado para lo que va a llegar. Ese cambio de actitud o de mentalidad es el primer paso.

¿Cómo se concilia esto con otras visiones de la alimentación?

Que la evolución tecnológica esté sucediendo no significa que otros modelos vayan a desaparecer. Simplemente van a convivir. Mucho de lo que aparece en el libro sirve para hacer mucho más sostenible y eficiente otros tipos de cultivo como puedan ser el ecológico. Son líneas perfectamente complementarias.

¿Cómo impacta la guerra en Ucrania en un ámbito como este?

Este tipo de acontecimientos nos tienen que llevar a prestar atención a cómo la tecnología puede ayudarnos y qué están haciendo emprendedores e innovadores en la cadena de suministro para volverla más resiliente. Qué herramientas nos ayudan a resolver los retos que se nos han planteado en materia de seguridad alimentaria, de disrupciones de la cadena de suministro, de soberanía alimentaria. Hay zonas del mundo como Israel, Singapur o los Países Bajos en las que el acceso a la alimentación es un problema por razones geográficas y se están convirtiendo en verdaderos epicentros de tecnologías alimentarias.

¿Cómo será la granja del futuro?

Van a convivir las tecnologías más avanzadas con sistemas de cultivo o de crianza actuales, pero mucho más eficientes y sostenibles. Cada vez serán más frecuentes sistemas de ingeniería o secuenciación genética o el uso de inteligencia artificial para medir, por ejemplo, la salud del suelo. Se podrá estar constantemente monitorizando datos y tomar decisiones en función de esos datos. Se podrán hacer seguimientos en tiempo real de la salud de los animales… Llegarán las granjas verticales, las granjas de insectos, habrá robots que hagan las tareas más duras.

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