tribunales

Condenada una conductora de autobús por un atropello mortal "previsible y evitable" en Zaragoza

La juez concluye que la acusada se saltó un semáforo en la avenida de Valencia y arrolló a un hombre de 61 años que perdió la vida tras pasar casi dos años en coma.

El accidente se produjo en este paso de cebra de la avenida de Valencia de Zaragoza el 11 de marzo de 2016.
El accidente se produjo en este paso de cebra de la avenida de Valencia de Zaragoza el 11 de marzo de 2016.
Guillermo Mestre

La viuda y la hija de un vecino del distrito Universidad de Zaragoza acaban de ganar la batalla judicial por la que llevaban peleando desde el 11 de marzo de 2016. De no haber sido por su familia, el atropello de José Antonio P. T., de 61 años, hubiera acabado impune, ya que el juez de instrucción lo calificó como delito leve y archivó el caso.

Sin embargo, madre e hija estaban convencidas de que la conductora del bus de la línea 35 que arrolló al hombre en la avenida de Valencia había cometido una grave imprudencia. Y no solo consiguieron que la Audiencia Provincial ordenara reabrir la causa, sino que la juez de refuerzo del Juzgado de lo Penal número 7 acaba de condenar ahora a un año de prisión y 15 meses de retirada de carné a Diana M. G. por un homicidio imprudente.

La sentencia recuerda que la víctima comenzaba a cruzar la avenida de Valencia por el paso de peatones ubicado a la altura del número 51 cuando fue embestida por el autobús de Avanza, empresa para la que la investigada llevaba doce años trabajando y que también ha sido condenada como responsable civil subsidiaria. El "brutal" impacto contra el parabrisas hizo que el hombre saliera proyectado casi seis metros sobre la calzada. 

Y aunque no falleció en el acto, sus lesiones fueron tan graves que la familia tuvo que resignarse pronto a un fatal desenlace .Sin embargo, este no se produjo hasta el 5 de noviembre de 2017, cuando el atropellado se había sometido a siete intervenciones quirúrgicas y llevaba casi dos años en estado vegetativo.

Como siempre mantuvieron los abogados Mariano Montesinos y Cristian Anghel Mateescu, que ejercían la acusación particular en nombre de la familia del fallecido, la magistrada concluye ahora que José Antonio P. T. perdió la vida en un atropello "previsible y evitable". Y lo dice porque la acusada, que circulaba por el carril bus en dirección avenida de Goya, se saltó dos semáforos en apenas 20 metros: el que regula la peligrosa intersección con la calle de Tomás Bretón, donde llegó a pisar el freno, pero terminó acelerando; y el situado justo delante del paso de cebra donde arrolló a la víctima.

A lo largo de todo este tiempo, la encausada ha dado múltiples versiones de lo sucedido. Nada más producirse el accidente, cuando le tomó declaración la Policía Local, aseguró que el primer semáforo estaba en verde. Sin embargo, como ha quedado demostrado después, este solo tiene tres fases: roja, ámbar y ámbar fijo. Preguntada por la velocidad a la que circulaba, explicó a los agentes que lo hacía a unos 15 km/hora, cuando las pruebas periciales han acreditado finalmente que se desplazaba a más de 40 km/hora.En cualquier caso, por debajo del límite legal.

La jueza tampoco ha pasado por alto la versión exculpatoria de la investigada, que aseguró en el juicio que la víctima apareció «de la nada». «El peatón no invade de forma inopinada la calzada –aclara en su sentencia–, lo hace por un paso de cebra señalizado, debiendo los conductores extremar sus medidas de precaución ante el eventual cruce de peatones». Pero la magistrada no se queda ahí, porque la conductora manifestó que no sabía en qué fase estaba su semáforo cuando atropelló al hombre, pero sí vio que el «muñeco» de los viandantes estaba en rojo. «Si hubiera dirigido la mirada a la calzada donde esperaba el peatón para cruzar, máxime sabiendo que había cruzado la intersección previa con su semáforo en rojo, le hubiera permitido percatarse de que una persona se disponía a cruzar», le reprocha.

Una grabación que resultó clave

La acusación particular aportó varias pruebas periciales que han resultado claves a la hora de aclarar lo sucedido. Las cámaras de seguridad de la comisaría de Delicias, ubicada junto al lugar del accidente,  grabaron el momento en que el autobús se salta el primer semáforo. Y tomando como base estas imágenes, que varios expertos analizaron fotograma a fotograma durante más de 40 horas, se pudieron calcular después    datos tan importantes como la velocidad del autobús o el tiempo de frenada.

La acusada se enfrentaba a una petición de hasta 4 años de cárcel, pero se le ha aplicado una atenuante de dilaciones indebidas por el excesivo tiempo que ha tardado en dictarse la sentencia.

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