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Empleadas del hogar: "Aún no he encontrado a alguien que quiera hacerme un contrato"

La Fundación Familias Unidas reclama que España ratifique el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo por el que estas personas tendrían derecho a paro, entre otras cuestiones. 

Karen Urrutia, este miércoles en la plaza de España.
Karen Urrutia, este miércoles en la plaza de España.
HA

Karen Urrutia llegó a Zaragoza hace cuatro años y, pese a haber estado trabajando durante este tiempo como interna, todavía no ha conseguido legalizar su situación: "Aún no he encontrado una persona que esté dispuesta a hacerme un contrato de trabajo". Como ella, otras empleadas del hogar han participado este miércoles en la movilización organizada por la Fundación Familias Unidas para reclamar al Gobierno de  España que ratifique el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se aprobó hace 11 años y por el que estas personas tendrían derecho a paro, estarían sujetas a un convenio colectivo y se les aplicaría la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, entre otras cuestiones. 

"Las empleadas del hogar, actualmente, no están incluidas en el régimen general de la Seguridad Social, que es lo que debería ocurrir con este convenio", ha explicado Pilar Serrano, trabajadora social de la fundación, quien espera que el Gobierno finalmente la aplique este año. "Hace unos meses, el Tribunal Europeo de Justicia le dio un toque de atención al Gobierno porque no estaba cumpliendo con el derecho al desempleo de una trabajadora del hogar",  ha recordado. Actualmente cuentan con su propia regulación que establece un descanso mínimo de 12 horas entre jornadas y un descanso semanal de 36 horas. "Muchas veces no se cumple y no hay manera de que desde el Inspección de Trabajo lo puedan asegurar", ha lamentado. 

"Con la Ley de Extranjería, prácticamente solo podemos trabajar como internas. Y, en ocasiones, con unas condiciones de trabajo indignas. Compartiendo habitación con la persona para la que trabajas o, como alguna compañera, sin ningún día de vacaciones en dos años", ha explicado Urrutia. Esta joven nicaragüense, que estudiaba Ingeniería Agropecuaria, tuvo que abandonar su país tras "el inicio de las protestas y los asesinatos de estudiantes". El miedo por su vida hizo que tomara un avión a España. Lo hizo llena de ilusión, con ganas de trabajar y formarse, pero al llegar se encontró con "una gran muralla". "Fue difícil tomar esta decisión porque no estaba en mis planes", ha apuntado.

Tras pasar por situaciones muy complicadas, ahora tiene un trabajo. "La persona con la que estoy me trata muy bien y me siento muy cómoda con ella, pero hay compañeras que no tienen tanta suerte", ha enfatizado. En este sentido, Serrano ha detallado que a algunas les llegan a racionar la comida o les obligan a comer las sobras de días anteriores, entre otras cuestiones. Todo ello, además, por un sueldo, muchas veces, ínfimo. "Queremos dar visibilidad a lo que es el trabajo de los cuidados, que la sociedad tenga un poquito más de empatía y cuidemos a los que nos cuidan. Que vean que también somos seres humanos", ha recalcado Karen, que forma parte de la Asociación de Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Zaragoza. 

Una exposición itinerante

Desde la fundación han organizado una exposición itinerante que va  a pasar por 12 centros cívicos. En ellas se muestran la historia de Karen, pero también de otras trabajadoras del hogar. Desde e lunes y durante dos semanas estará en el centro cívico de la Estación del Norte. "Queremos trabajar especialmente con la población mayor, tanto la exposición como talleres de sensibilización porque son unos de los mayores contratadores de las empleadas del hogar", ha explicado Serrano.

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