Una sala del Hospital Infantil se ‘convierte’ en cancha de baloncesto

La acción solidaria de la asociación El Basket es Vida ha redecorado la zona de espera de las pruebas funcionales para quienes han superado el cáncer

Arriba, la sala de espera del sótano del Infantil antes de la redecoración. Abajo, Béjar con el trabmajo concluido.
Arriba, la sala de espera del sótano del Infantil antes de la redecoración. Abajo, Béjar con el trabmajo concluido.
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La asociación zaragozana El Basket es Vida, coordinada por Alberto Béjar, ejecutó este pasado fin de semana una obra de acondicionamiento estético en el sótano del Hospital Infantil. La acción afectó a la sala de pruebas funcionales y radiología;concretamente, a la zona de espera de las revisiones tras la superación de un cáncer.

“Hemos convertido esa sala de espera –explicaba Béjar– en una cancha de baloncesto, invirtiendo el dinero recaudado en el partido solidario del pasado mes de enero en el pabellón Príncipe Felipe, con muchas caras conocidas de la ciudad. Fue la segunda edición, y se recaudaron 4.300 euros, con el humorista Diego Peña como maestro de ceremonias, la trencilla profesional María Mateo y jugadores varios, como el propio alcalde zaragozano Jorge Azcón, el rapero El Chojín o el cantante Manuel de la Cueva”.

Tras el primer partido, celebrado en diciembre de 2019, se donó todo lo recaudado a Aspanoa y la Asociación Española Contra el Cáncer de Zaragoza. Ahora se ha hecho la inversión directa en el Infantil, que hace de ese trago amargo para los chavales una situación diferente, aunque solamente sea por un rato. “No se ha usado pintura, sino PVC sobre baldosa. Además, se han puesto canastas, un marcador electrónico y una televisión con vídeos de la asociación, para que vean las jugadas y mejores momentos de los partidos celebrados hasta ahora”, apuntaba Béjar.

El esfuerzo ha encontrado ecos entre particulares y empresas. “De hecho -matizaba Béjar- una pareja de Calatayud ha donado 500 euros provenientes de sus detalles de boda, la FNAC ha regalado el televisor y se ha colocado una camiseta enmarcada, firmada y dedicada por Ricky Rubio, el jugador de la NBA, de su última etapa como miembro de los Minnesota Timberwolves”. El resto de lo recaudado se ha invertido en los materiales y el acondicionamiento de la sala, cuyo aspecto tras la transformación ya ha tenido efectos positivos en el propio personal del centro, tanto el médico como el logístico.

“No es lo mismo esperar en una sala fría, con la pintura neutra y aspecto anodino, que hacerlo rodeado de colorido, referencias deportivas y una pantalla”, concluñia el ideólogo de la iniciativa.

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