"Las indemnizaciones me dan igual, yo lo que quiero es que me operen"

Sara Martín padece desde hace quince años hidrosadenitis supurativa. Demanda al Salud tras cinco años de espera para tratarse de esta enfermedad autoinmune de la piel que afecta a su día a día.

Hospital Miguel Servet
Foto de archivo del Hospital Miguel Servet
Heraldo

Sara Martín es de Zaragoza, tiene 38 años y desde los veinte sufre hidrosadenitis supurativa, una enfermedad autoinmune de la piel de la que nunca podrá desprenderse y afecta a su cotidianidad en múltiples formas que podrían aminorar, si no fuera por que lleva en lista de espera para ser operada desde 2017. Ante la situación, Sara ha decidido presentar una reclamación por responsabilidad patrimonial al Servicio Aragonés de Salud por las lesiones (físicas, psíquicas y/o morales), gastos, daños y perjuicios o secuelas derivadas del retraso. "Las indemnizaciones me dan igual, yo lo que quiero es que me operen" asegura Sara, que dice estar "desesperada" tras casi dos mil días esperando. Mientras tanto la infección continúa extendiéndose en su piel.

Hace quince años le diagnosticaron esta enfermedad, que le provoca la formación de pequeñas y dolorosas protuberancias debajo de la piel por las que se operó desde entonces, entre "ocho o nueve veces". En estas intervenciones, le extrajeron "axilas, ingles y zona perianal" que a su vez, le tuvieron que ser reconstruidas con piel de otras partes del cuerpo. Un proceso que le llevó a "estar casi dos años sin salir del hospital".

En 2017, en una de las ingles "se volvió a reproducir un nuevo foco", por lo que tendría que haber vuelto a pasar por el quirófano, pero no fue así. Tampoco al año siguiente, cuando volvió al departamento de Cirugía Plástica del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, exigiendo ser operada, puesto que las afecciones se habían fistulizado en la segunda ingle. Cuando volvió en 2019, "la patología ya afectaba a la zona púbica". Tras la pandemia, en diciembre de 2021, acudió de nuevo a consulta y logró ser incluida "en la lista de demanda quirúrgica con prioridad de operar en dos meses". Han pasado cinco y nadie la ha llamado.

Esta enfermedad hace que Sara haya perdido calidad de vida. "El día a día se paraliza. Por un lado, las curas diarias, por otro, llevar gasas curativas en la zona", y aún con los cuidados pertinentes, las afecciones continúan supurando, generando dolor y, en muchas ocasiones, limitando sus movimientos. "Afecta a todo", insiste la zaragozana, que asegura estar "bajo tratamiento psiquiátrico y psicológico" por los niveles de ansiedad que le genera "el abandono institucional" que siente.

La situación en la que se encuentra no ayuda a su enfermedad de Krohn, pero tampoco a llevar a cabo sus planes, puesto que no puede quedarse embarazada "con una infección como esta". "Soy de riesgo por mis enfermedades, pero también por la edad", añade Sara, que desde las primeras intervenciones, le reconocieron la incapacidad permanente. Cuestión que considera incoherente: "¿Cómo es posible que me incapaciten para trabajar, pero esté cinco años sin operar?"

Sin saber ya qué hacer, ha recurrido a Ricardo Agoiz, abogado de la Asociación de Defensor del Paciente, quién ha elaborado una demanda en la que reclama una cuantía de 300.000 euros, basándose en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 2017 que condenaba a la administración por el retraso en el tratamiento a un paciente con esta misma enfermedad y que, finalmente, tuvo que recurrir a la sanidad privada.

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