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Elecciones francesas en Aragón: "Macron ganará con los votos de los que no quieren a Le Pen"
Unos 1.500 ciudadanos galos están inscritos para participar en la segunda vuelta de las presidenciales de este domingo en Zaragoza, en las urnas instaladas en el Liceo Molière.
La orografía separa Aragón y Francia con los imponentes Pirineos. La historia ha enfrentado a los dos países vecinos en los Sitios de Zaragoza, que este año los recreacionistas han hecho resonar por el centro de la capital aragonesa para volver a resistir ante Napoleón. Sin embargo, los lazos se mantienen fuertes entre los nacionales de ambos lados de la frontera, y no precisamente por el odio, sino por el amor. Son muchos los matrimonios mixtos a través de los que ciudadanos galos han terminado echando raíces en nuestra comunidad y viceversa.
"Hace más de 25 años que vine aquí porque encontré una maña cuando estuve trabajando en una feria", cuenta Jean Revel, francés de 64 años que recorre Zaragoza al volante de su taxi desde hace ocho años. Ha trabajado conduciendo autobuses y en la construcción hasta que llegó la crisis anterior. Su mujer es profesora de francés. Cuando se conocieron ella trabajaba de intérprete en la Feria de Muestras. Como otros compatriotas, hoy vota en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en las que se decidirá si continúa el actual jefe de la República francesa, Emmanuel Macron, del partido centroderechista En Marche! o le arrebata el palacio del Elíseo la líder de la ultraderechista Agrupación (antes Frente) Nacional, Marine Le Pen, en su segundo cara a cara tras el de los anteriores comicios en 2017.
Votaciones en Zaragoza
Jean votará desde Aragón, en el único punto con urnas instalado en la comunidad, en el Colegio Molière de Zaragoza. Se trata de un centro de educación privado, reconocido por el Ministerio de Educación francés.
En la comunidad residen 1.460 franceses, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), aunque el número es superior porque "no se computan los que cuentan con doble nacionalidad", explica Rafael Ledesma, abogado y cónsul honorario de Francia en Zaragoza. Este domingo hay inscritos 1.510 franceses para votar. En la primera ronda, el 10 de abril, en Aragón 'ganó' Macron.
"El principal motor que trae a los franceses a Aragón es el amor. La mayoría somos matrimonios mixtos", reconoce el cónsul honorario. En su caso, es hijo de madre francesa y padre riojano que vivía en Zaragoza. "Era abogado. Ella venía a España de turista en los años sesenta y conoció en Palma de Mallorca a una chica de Albalate del Arzobispo, con la que luego vino a unas fiestas», explica sobre su historia familiar. Él está casado con una francesa "que se siente aragonesa", afirma. En los últimos días ha estado preparando la segunda cita con las urnas, tras la primera de hace tres semanas, la primera diferencia del sistema electoral francés con el español.
Desde hace dos décadas, las votaciones tienen lugar en las instalaciones del Liceo Molière zaragozano por resultar más accesibles para los votantes. En estas elecciones, afirma que ve "ambiente" en la comunidad francesa. En las presidenciales no se puede votar por correo, solo presencial o por poder. Entre los votantes en Aragón también hay estudiantes erasmus franceses y "gente de paso que querían votar desde aquí porque no podían ir a Francia", añade.
François Étienne vota este domingo en Zaragoza. Este profesor de francés tiene 54 años y vive en la capital aragonesa desde 1997. Forma parte del grupo de franceses que vino a España a estudiar con el programa de intercambio europeo Erasmus y se enamoró. "En Salamanca encontré a mi mujer, que era de Bilbao pero vivía en Zaragoza", cuenta. Se quedaron aquí porque les permitía vivir más cerca de Francia y en una zona con más empresas para tener más oportunidades laborales.
"Sigo bastante las elecciones y la vida de Francia en general. Me interesa mucho lo que está pasando en mi país", afirma. En los comicios a la jefatura del Estado explica que "se vota más por una persona que un partido", por ello cree que se ha vuelto a repetir el enfrentamiento de hace cinco años. "Las elecciones presidenciales suelen ser las elecciones predilectas de los franceses. Revisten un carácter especial porque se elige al máximo representante del país. Sin embargo, la participación baja cada vez más. Y esto, es una señal de desafección hacía la política", añade Alex Chaillou, también profesor, que lleva dos décadas en Aragón. Vino para aprender castellano, tras conocer a un grupo de aragoneses en la Facultad de Historia de Poitiers. Ahora vive en Jaca y da clases en el colegio CEIP Puente Sardas en Sabiñánigo.
"Se ha polarizado mucho la campaña", confiesa François. A ello ha contribuido que el partido de extrema derecha habría recogido el voto de los descontentos. "La gente tiene la sensación de haber perdido mucho, de que todo ha subido", cuenta. Desde que surgiera el movimiento de protestas de los chalecos amarillos (‘gilets jaunes’) cree que se sacó al ruedo político "la diferencia entre los que viven en zonas rurales, que se sienten abandonados por el sistema, de los de arriba, los de la ciudad, París", resume. Esta última se asociaría con Macron. La edad de jubilación es otra de las cuestiones que preocupa, junto a la inmigración, el medio ambiente, la educación y la sanidad.
La política no se encuentra en su mejor momento en Francia. Sylvie Afonso, también profesora, de 45 años, y miembro de la Asociación de profesores de francés de Aragón (APFA). Confiesa que ha notado "decepción, cansancio y desafección" en su entorno. "Había muchas expectativas puestas en Macron y después de cinco años de mandato, el balance presenta luces y sombras", reconoce esta parisina afincada en Zaragoza desde 2005. La pandemia de covid-19 ha sido también "un golpe muy duro para nuestra economía y sociedad", sumado a la guerra en Ucrania, al igual que en otros países. Alex lo achaca también a la "desilusión, mandato tras mandato, que ha experimentado gran parte de la población. Las promesas no cumplidas durante décadas pasan factura", advierte.
El debate televisivo entre mensajes de Whatsapp
Sylvie viajó a París en el puente de Semana Santa, pero antes arregló los trámites para poder votar este domingo en Zaragoza. Y no se perdió el debate televisivo del pasado miércoles. Durante las casi tres horas que duró iba enviando mensajes por Whatsapp a sus familiares y amigos. "Globalmente, podemos decir que, a pesar de ser los mismos protagonistas, este debate fue diferente al anterior», en referencia al duelo de 2017. "Vimos a un Macron presidente con tablas, seguro de sí mismo, a veces demasiado, y rozando por momentos cierta prepotencia, lo que le valió la crítica generalizada de la opinión pública", reconoce.
En cuanto a Le Pen, cree que estuvo "más moderada que de costumbre, queriendo claramente desmarcarse de las herencias extremistas de su padre", en alusión al fundador del partido, Jean Marie Le Pen. Considera que la aspirante "aprendió de los errores" de las anteriores elecciones y evitó estar tan "verbalmente agresiva". Señala que en pantalla se vieron "dos ideologías bastante opuestas".
François coincide en que Macron aguantó el debate y que "es más técnico, pero a veces es arrogante y por eso mucha gente no lo aguanta". Un defecto que no le viene bien si quiere captar votos de la izquierda en esta segunda ronda, sobre todo, los del candidato de extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon, del partido de la Francia Insumisa, que quedó tercero en la primera vuelta.
Sylvie culpa de volver a estar ante los mismos candidatos por la "ausencia de un representante carismático en la izquierda francesa". De ahí que las opciones ahora sean "el centro derecha encarnado por Macron o a la extrema derecha representada por Le Pen". Desde la muerte del socialista François Mitterrand considera que "el partido de la rosa roja no ha encontrado todavía cómo reinventarse". Concurría esta vez con la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de ascendencia española, sin apenas opciones.
Respecto al aumento de votos hacia la ultraderecha, la situación ha cambiado en el país y habría desparecido el miedo que aglutinó el voto incluso de la izquierda, a favor del conservador Jacques Chirac, en las presidenciales de 2002. Esto hizo que perdiera el patriarca Le Pen, ahora retirado. "La rabia contenida es importante", afirma Alex tras las conversaciones con familiares y amigos. "Hay personas que no solían votar nunca por Le Pen. Sin embargo, la necesidad de un cambio drástico les resulta la única vía posible para hacerse ver", explica. A ello se une que Macron "ya no representa la novedad", como lo fue en las primeras elecciones.
"Si sumamos todo este descontento, la llegada, de nuevo, de la extrema derecha no es casual. Solo espero que no tengamos que lamentarlo este domingo", plantea.
Jean teme que haya "muchas abstenciones" como castigo a Macron y para "pedir un cambio", pero se muestra confiado "al 95%" de que Macron seguirá como presidente, tal y como apuntan las encuestas, porque "económicamente Le Pen es la ruina de Francia y Europa", asegura. Entre sus promesas electorales cree que se vislumbra un ‘frexit’, la salida de la Unión Europea (UE). En ello coincide François, que teme que persiga un abandono del club europeo "disfrazado".
La candidata "atrae mucho a los jóvenes", cree. Reconoce que los partidos más radicales han sido "muy activos trabajando el terreno" y "a veces las élites se quedan en el despacho y no se han preocupado de hablar con la gente".
"Dice muchas cosas, pero no ha hecho ninguna prueba política. Es fácil prometer", critica Jean. No coincide tampoco con la visión proteccionista de Le Pen para volver a cerrar a Francia al exterior y cree que su relación de amistad con el presidente ruso, Vladimir Putin, mantenida incluso tras la invasión de Ucrania "le ha perjudicado". Durante la campaña se ha desvelado que su partido recibió fondos de un banco ruso.
El cónsul no se pronuncia sobre cuestiones políticas, pero indica que en la primera vuelta, "en toda España ganó Macron", al igual que en Aragón. Recuerda que "los franceses son bastante respetuosos del secreto del voto. En el colegio electoral el voto es obligatoriamente secreto. Se va obligatoriamente a la cabina y hay que coger las dos papeletas", detalla, en una votación como la de este sábado con solo dos aspirantes.
En la quiniela de François, "Macron resiste y ganará por defecto, por ser el menos malo, con los votos de los que no quieren a Marine Le Pen", vaticina.
