prisiones

El secuestrador de Montecanal se confiesa desde la cárcel de Teixeiro

Julio David Gracia Gracia reconoce que en su familia le enseñaron más a pegar que a que le pegaran. Él ha seguido esa máxima como si fuera una religión.

Condenado a tres años y medio por su última agresión en una pensión de Zaragoza. Julián David Gracia fue condenado el pasado julio por la paliza que propinó a su última novia en la pensión Laborra de Las Delicias.
Condenado a tres años y medio por su última agresión en una pensión de Zaragoza. Julián David Gracia fue condenado el pasado julio por la paliza que propinó a su última novia en la pensión Laborra de Las Delicias.
Heraldo

El preso zaragozano Julián David Gracia Gracia tiene 40 años y lleva desde los 19 entre rejas por los diferentes delitos que ha cometido. El más conocido fue el secuestro de Montecanal, donde raptó a dos mujeres en el año 2000. El último fue la paliza que le propinó a su novia en la pensión Laborra en el barrio de Delicias

Cuando conoció a través de la televisión que había sido condenado a tres años y medio por esa agresión montó un altercado en la prisión de Zuera: arrancó la televisión y la arrojó al patio en un ataque de ira desde una ventana del módulo 10. A raíz de aquello fue trasladado al centro penitenciario de Teixeiro, situado en La Coruña, donde permanece desde hace nueve meses.

En una larga carta remitida a HERALDO, el interno evoca su triste 'curriculum' y recuerda que ha sido “más conocido” como el secuestrador de Montecanal en el año 2000; por su intervención en el atraco de una joyería, donde un colega suyo de 16 años recibió un tiro; por un enfrentamiento con un policía fuera de servicio en Nochevieja, que también recibió un disparo en Nochevieja; por una pelea con un grupo de gitanos en el barrio de Oliver; por varias agresiones a los funcionarios de las prisiones de Daroca o de Zuera; por liderar una banda neonazi de la cárcel de Extremera o por una supuesta relación con una pedagoga en la prisión de Valdemoro.

"Mi padre me enseñó a pegar antes de que me pegaran" 

He cometido más fallos que aciertos en mi vida, como la mayoría de personas, pero (ellos) tienen una familia que les quiere, que les ayudan, que están estructuradas, les enseñan a estudiar, trabajan… A mí, desde niño, mi padre solo me enseñó a pegar antes de que me pegaran. Y si mi escapaba para ver a mi madre, (porque estaban separados) me pegaba palizas...como para noquear a un hombre fuerte y adulto. También me decía que mejor ganarse las cosas con el sudor del de enfrente...”, relata Julian David Gracia Gracia. Aunque se fue a vivir a sus 10 años con su madre, relata que dejó de sufrir los castigos físicos de su padre pero entonces comenzó a ser agredido por un tío suyo.

Cuando entré preso hace casi 20 años, mi madre y hermanos se desentendieron de todo. ¿Te imaginas 20 años preso y nadie visitándote, ni mandándote ropa, dinero… Nada. Así que tuve que ser muy, muy fuerte, listo para tener ropa, moto, coche, casa y mi familia”, argumenta. En ese sentido, asume que su vida estaba en la calle donde tanto le temían como le querían. Estaba rodeado de ladrones, traficantes, prostitutas, luchadores profesionales, currantes del barrio o “huérfanos como yo”.

A la hora de enfrentar varios de los delitos por los que ha sido condenado asegura que no lo hizo o que fueron las circunstancias las que jugaron en su contra. 

La víctima no lo denunció por miedo 

Sin embargo, durante el juicio por la paliza de la pensión de Laborra, uno de los policías que acudió al establecimiento de la calle de Duquesa Villahermosa recordó que la víctima estaba tan aterrorizada que “lloraba y nos decía que no quería denunciar por miedo a que les hiciera algo a sus hijos. La mujer se orinó encima de lo asustada que estaba”.

Fuentes penitenciarias describen al zaragozano como un preso violento, descerebrado ególatra, mentiroso patológico, heroinómano y violento. De hecho, después de haber agredido a otro interno en la cárcel de Zuera tuvieron que trasladarlo entre cinco funcionarios al centro de aislamiento desde el módulo 10 por su manera de actuar. “Se le dieron muchas oportunidades y no aprovechó ni una sola. Que no cuente películas”, precisa un funcionario que lo conoce desde hace años.

Asimismo, Julio David Gracia estuvo ligado a la ultraderecha y es aficionado a las artes marciales, como el ‘full-contact’ o ‘kick boxing’, de hecho, en el uso de esta disciplina dejó malherido a otro preso en el gimnasio de la prisión de Zuera, donde lo califican como “un tipo peligroso”. Por esa calificación estuvo engrilletado y custodiado por cuatro policías (habitualmente son dos) en el juicio sobre la paliza de su pareja en la pensión de Laborra.     

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