Aragón

Endesa demolerá a principios de mayo las tres torres de la térmica de Andorra

La operación obligará a establecer un cordón de seguridad de más de 800 metros.

Preparación de los trabajos en una de las torres de refrigeración de la térmica de Andorra
Preparación de los trabajos en una de las torres de refrigeración de la térmica de Andorra
Endesa

Endesa demolerá a principios de mayo las icónicas torres de refrigeración de la central térmica de Andorra. Será entre el día 8 y el 13, según las estimaciones que maneja actualmente la eléctrica. La operación -uno de los principales hitos del desmantelamiento, adjudicado a la Unión Temporal de Empresas (UTE) Moncobra-Rebilita-, será única en España, ya que, hasta ahora, las demoliciones que se han ejecutado en otras centrales de la geografía nacional han afectado a una torre.

Las tres de la térmica andorrana, de 107 metros de altura, desaparecerán a la vez. Según fuentes de Endesa, el derribo, en el que se lleva meses trabajando, se efectuará mediante explosivos y "de forma simultánea". Su envergadura obligará a establecer un perímetro de seguridad de más de 800 metros. Una vez demolidas, todos aquellos materiales de las torres que se puedan reciclar serán reaprovechados en el propio desmantelamiento, en la línea de lo ya visto en anteriores fases.

Antes de proceder al derribo -que requerirá de personal cualificado- ha sido necesario descalorifugar y desamiantar las estructuras, un proceso que ha obligado a extremar las medidas de seguridad, con trabajadores vestidos de arriba a abajo con equipos de protección personal y duchas y desinfecciones tras cada jornada. Dos de las tres torres estarían ya listas, mientras que en la tercera todavía se está trabajando para retirar el amianto, una tarea que ha resultado más costosa de lo inicialmente previsto y que ha retrasado ligeramente el derribo, previsto para "finales de abril".

Endesa asegura estar trabajando "en coordinación con las instituciones y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", así como con las autoridades locales y regionales, de cara a garantizar la máxima seguridad el ‘Día D’.

En los últimos años han sido varias las voces del territorio que han pedido conservar las torres y la chimenea de la central. La DGA descartó en 2021 su declaración como Bien de Interés Cultural -petición del Rolde de Estudios Aragoneses y el artista Miguel Ángel Arrudi-, por contener materiales tóxicos como el amianto o el fibrocemento y "haber expirado su periodo de vida útil".

El propio Arrudi planteó transformarlas en un grupo escultórico "único en Europa" y formaciones como Teruel Existe, que compararon la chimenea con "la torre Eiffel de la provincia de Teruel" por ser "la segunda estructura de hormigón más alta de España", rechazaron su demolición, proponiendo modelos como los de Inglaterra o Alemania, donde se han creado fundaciones y mecanismos para gestionar las plantas restauradas. Endesa, no obstante, se ha mostrado siempre contraria a esta posibilidad, ya que la idea es aprovechar las alrededor de 500 hectáreas de la central para levantar un gran parque de energía solar y fotovoltaica.

200 trabajadores en activo

Con la demolición de las torres de refrigeración, Endesa continúa el desmantelamiento, que se alargará 48 meses con un coste aproximado de 60 millones. En él trabajan desde principios de año 200 empleados, con varios momentos en los que "se ha superado este pico", según la compañía.

Ya en enero se produjo otro hito importante: el desmontaje de la cinta de transporte de carbón, "una de las estructuras de mayor dimensión" de la térmica. En este caso, los trabajos duraron más de una semana y requirieron de grúas de gran tonelaje y equipos de apoyo para retirar cada uno de sus cinco tramos. Según las previsiones de Endesa, en su retirada se generarán 259.780 toneladas de residuos y acabará hacia finales de 2024.

Ahora falta por saber a qué empresa o empresas se adjudicará la capacidad de evacuación de la térmica, una incógnita que despejará el Ministerio para la Transición Ecológica -que sigue sin poner fecha al convenio de transición justa- en la segunda mitad del año.

El derribo de la chimenea, en el primer semestre de 2023

Una vez demolidas las tres torres de refrigeración tocará derribar la gran chimenea de la central térmica de Andorra, de 343 metros de altura. Este proceso, según el calendario que maneja actualmente Endesa, se hará "por voladura" y se abordará "en el primer semestre de 2023", sin que por el momento haya trascendido una fecha concreta. Se seguirá así el sistema de "demolición selectiva" que viene caracterizando al desmantelamiento. Como ocurrirá con las tres estructuras, los materiales serán reaprovechados, una vez tratados, dentro del propio perímetro de la central con el objetivo de "minimizar la fracción destinada a vertedero". En concreto, el hormigón se empleará "en el relleno de los huecos generados en las obras y en la remodelación morfológica del terreno tras las demoliciones", mientras que los lodos y las maderas que contienen sustancias peligrosas, los residuos cálcicos y las cenizas "se enviarán a un gestor autorizado", según detalla la eléctrica. En paralelo, se seguirán realizando actuaciones para el desarrollo de los futuros parques de renovables.

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