Veinte niños acogidos por aragoneses no pueden salir de Ucrania: "Hay esperanza, no han dicho radicalmente que no"

La Asociación Asistencia a la Infancia que los trae en vacaciones espera que la documentación para poder evacuarles esté en regla y crucen la frontera este fin de semana.

Flujo de refugiados en la frontera entre Ucrania y Polonia en el pueblo de Medyka (Polonia) este viernes
Flujo de refugiados en la frontera entre Ucrania y Polonia en el pueblo de Medyka (Polonia) este viernes
EFE/Rodrigo Jiménez

La odisea de los niños ucranianos de acogida de la Asociación Asistencia a la Infancia para huir de la guerra y reencontrarse con sus segundas familias en Aragón parece no tener fin. Diecinueve menores, de entre 5 y 17 años, y una chica de 25, permanecían a última hora de este viernes en territorio ucraniano, sin poder cruzar la frontera de Polonia, a la espera de que las autoridades de su país den el visto bueno a una documentación que los responsables de la organización han adaptado y modificado varias veces en los últimos tres días.

"Estamos con el alma en vilo, preocupados, nerviosos, angustiados, son niños y están en medio de una guerra. Nos están pidiendo continuamente papeles e invitaciones, pero nos queda el resquicio de que no nos han dicho tajantemente que no van a poder salir. A eso nos seguimos agarrando", aseguró María José García, vicepresidenta de la Asociación Asistencia a la Infancia. La evacuación de estos pequeños se ha complicado ya que abandonan su país sin sus tutores legales. Algunos son huérfanos y otros viven con parientes que han dado permiso.

Mientras, el autobús fletado por el Grupo Sesé se encuentra ya de viaje hacia la Comunidad. En él llegarán 47 refugiados, no 67 como estaba previsto inicialmente. De ellos, 30 están vinculados a la organización de acogimiento vacacional, la mitad salieron de su país el pasado miércoles con la ayuda de la organización y los otros consigueron llegar por su cuenta a Varsovia para sumarse al convoy. Son madres jóvenes que pasaron veranos y navidades en la Comunidad y regresan con sus hijos de corta edad. El resto son parientes y allegados de los empleados ucranianos de la firma logística aragonesa.

Retrasar la salida del autobús para esperar si este fin de semana se soluciona la situación de los menores fue finalmente "inviable", señalaron desde la Fundación Sesé. En Gliwice, una ciudad polaca cercana a Varsovia, permanece una trabajadora ucraniana de la firma, Alyona. "Seguimos trabajando a través de distintos contactos y abriendo nuevos canales para lograr que todo esté en regla de forma que los chicos acaben cruzando la frontera", apuntaron con confianza desde la fundación.

En los últimos días el Gobierno ucraniano está aplicando restricciones a la salida de niños no acompañados por familiares o algún responsable de su seguridad por miedo para evitar el tráfico de menores. Quiere asegurarse de que los pequeños permanecen juntos en su destino y que en cuanto acabe el conflicto regresarán a su país.

Un dato positivo en medio de la tragedia es que el grupo está alojado en un centro educativo de Lviv, ciudad del extrarradio de Leópolis cercana a la frontera, "atendidos por profesionales, desde trabajadores sociales a psicólogos", señaló García. No pierden la esperanza de que hoy lo logren.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión