Erasmus aragoneses en Polonia: "Nuestra responsabilidad ahora es ayudar a los refugiados"

Tres estudiantes aragoneses con beca Erasmus en Varsovia cuentan cómo ha cambiado una ciudad ahora volcada en ayudar a quien logra cruzar la frontera con Ucrania, huyendo de la guerra.

Javier Martín y Lucía Marco, estudiantes zaragozanos con beca Erasmus en Varsovia, cuentan cómo ha cambiado una ciudad ahora volcada en ayudar a quien logra cruzar la frontera con Ucrania, huyendo de la guerra.

Llegaron a Varsovia (Polonia) en septiembre de 2021 para estudiar, durante un año, un curso de Derecho y Administración de Empresas (ADE), grado que habían comenzado en la Universidad de Zaragoza. Lo que para ellos, como para cualquier estudiante Erasmus, iba a ser una experiencia "inolvidable", sin duda lo será, pero "desgraciadamente por otros motivos".

Son Javier Martín y Lucía Marco, de Zaragoza, y Marta Ferraz, de Huesca. Los tres tienen 22 años y "sin imaginarlo" han pasado de residir en una ciudad tranquila a hacerlo en un lugar convertido en refugio para quienes huyen de la guerra. "El comienzo del conflicto fue impactante para todos, sobre todo al estar lejos de nuestra casa y en un país fronterizo con Ucrania. Apenas unas semanas antes habíamos visitado Kiev e incluso la guía nos decía que no era posible que se fuera a producir una guerra. Era algo que estaba ahí, pero que nadie creía que iba a ocurrir", cuenta Javier Martín. 

Pero sucedió y la vida en Varsovia cambió. "Seguimos yendo a nuestras clases, eso no ha cambiado. Pero las calles y el ambiente son totalmente distintos", dice Lucía Marco. "Nuestra residencia está justo al lado de la embajada rusa y cada día vemos varias manifestaciones allí a favor de Ucrania y en contra de la guerra. Las banderas ucranianas están por todas las calles y hay cientos de puntos de ayuda por toda la ciudad", cuenta la zaragozana.

"Los polacos se están volcando con los refugiados, es admirable todo lo que están haciendo. En la Universidad Lazarski en la que estudiamos hay decenas de programas de ayuda para colaborar. Nos hemos apuntado en un grupo de reparto de comida y medicinas porque sentimos que ahora esa es nuestra responsabilidad", añade Javier Martín.

Además de su participación en la universidad, la oscense Marta Ferraz ya se ha acercado "hasta la estación central de trenes de Varsovia para echar una mano". "No hablamos polaco, así que resulta complicado. Pero al final ni el idioma es una barrera", dice Ferraz, quien añade que es "muy duro" ver a tanta gente "huir de una guerra, sobre todo mujeres y niños pequeños".

Reacción inmediata

"Desgraciadamente la guerra está muy cerca de Polonia y quizá por eso la reacción de los ciudadanos aquí ha sido tan rápida. Todo el mundo está muy concienciado con la situación. La gente, además de comida y ropa, presta sus casas a los refugiados y lo cierto es que el drama en algunos puntos, como las estaciones de tren, está en cada esquina", cuenta Javier Martín. 

"Quizá lo que más me ha impactado desde que comenzó la guerra fue ver a tantas mujeres, niños y ancianos en la estación de Varsovia como pude ver hace unos días. Muchos de ellos dormían allí mismo, esperando una ayuda o alguien que les acogiera", dice Martín. Algo que también le ha ocurrido a su compañera Lucía. "Cuando ves esa imagen a tu alrededor, tan cerca, eres realmente consciente de la desgracia que está ocurriendo".

A pesar de ello, estos tres estudiantes aragoneses quieren mandar un mensaje de "tranquilidad" a sus familiares y amigos. "Estamos bien, el conflicto está cerca, pero nuestra vida sigue siendo la misma. Ahora más volcada de lo que nos hubiéramos imaginado en ayudar a quien más lo necesita, pero sin sobresaltos", aseguran los jóvenes, quienes animan a los aragoneses a seguir enviando "todo lo que pueda ser útil para quien lo ha perdido todo", concluyen.

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