Aragón
El turismo espera remontar dos años de altibajos de mano del viajero nacional
Hoteles y casas rurales auguran un inicio de año complicado, pero creen que mejorará de cara al verano. Los empresarios confirman un cambio de hábitos y creen que se necesitará tiempo para recuperar al visitante extranjero.
Para el turismo, la pandemia ha significado 22 meses de altibajos. La ocupación ha estado sujeta a las restricciones, con récords en los periodos de menos contagios y cifras para olvidar en las peores semanas de la crisis sanitaria. Los datos aún no se han recuperado, y para volver a atraer a mercados como el asiático harán falta meses o incluso años.
Por el camino ha habido importantes cambios, como la digitalización de los establecimientos y su adaptación a los nuevos protocolos sanitarios. Los seguros de viaje han cobrado mayor protagonismo, y muchas reservas se cierran ahora con solo unos días de antelación, ya que las hasta siete olas que ha registrado Aragón han demostrado que la situación puede dar un giro de 180 grados en cuestión de semanas. "Nadie hace previsiones a futuro. El medio plazo ha desaparecido, y el largo solo se contempla si hay suficiente flexibilidad", resumió el presidente de la Asociación de Hoteles de Zaragoza, Antonio Presencio.
Los hoteles cerraron con el confinamiento, y muchos tardaron meses en reabrir. Lo hicieron adaptados a las nuevas circunstancias, con pantallas, dispensadores de gel hidroalcohólico y recorridos de entrada y salida, entre otras medidas. "Nos pusimos a disposición de las autoridades políticas y sanitarias, y los hubo que acogieron de forma altruista a sanitarios en las peores semanas de la pandemia", recordó.
Para los alojamientos de turismo rural también ha sido un cambio. "La gente ya los valoraba, pero ahora, aún más. Ha podido verse en recientes ferias como Fitur. Ofrecen naturaleza, amplitud de espacios, experiencias... Se han convertido en el eje de la reactivación", afirmó el presidente de la Federación Aragonesa de Turismo Rural, Jesús Marco.
Aragón cerró el pasado año con 2,3 millones de turistas y 5,5 millones de pernoctaciones, una cifra que espera superar este 2022. La covid ha hecho que miles de personas hayan ‘descubierto’ los atractivos de Gúdar o el Maestrazgo, con fines de semana de ‘completo’ que han acercado a la provincia de Teruel a los niveles de 2019. Los empresarios de la zona confían en que el potencial del turismo rural se mantenga este 2022 y auguran un año de buenos datos de ocupación, siempre que las nuevas variantes lo permitan.
Las agencias son otro de los sectores que cree "firmemente" que este será el de la recuperación. Tras un 2020 en el que la facturación cayó hasta un 95%, 2021 les permitió remontar, y ahora todas las miradas están puestas en el mes de abril, cuando "empezará a verse una nueva realidad", según el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón, Jorge Moncada. "También pensamos que habrá una gran demanda de cara al verano y las Navidades", avanzó.
Ahora, una de las prioridades, según los consultados, debe ser reforzar las estrategias para captar turistas internacionales. Sobre todo teniendo en cuenta que antes de la pandemia representaban alrededor del 30% del total y actualmente apenas llegan al 10%.
En el Pirineo, la temporada 2019-2020 acabó precipitadamente un 13 de marzo, y la siguiente fue desastrosa con el cierre de casi todas las estaciones de esquí, y con ello hoteles, bares, restaurantes y comercios. En las ciudades, con más o menos restricciones, se pudo trabajar, pero en la montaña el vacío fue total. "Han sido meses muy largos sin ninguna movilidad", destaca el presidente de los empresarios del valle de Benasque, José María Ciria.
A su favor ha jugado el tirón de los destinos de naturaleza en verano. "Cuando tienes un buen producto y la gente tiene la posibilidad de conocerlo, engancha y van a repetir, porque los Pirineos tienen tantos o más atractivos que otras zonas de montaña como los Alpes", dice Ciria. Eso sí, el turismo extranjero, que cada vez llegaba en mayor número, fue casi inexistente por el cierre de fronteras.
Hay confianza de cara a que la próxima primavera marque una normalidad, comentó Paz Agraz, de los empresarios de Sobrarbe. "Se ve más color", asegura, y prueba de ello es que el turismo extranjero se ha ido recuperando "tímidamente" este verano.
En todo caso, los empresarios creen que la gestión podría haber sido mejor, y destacan la disparidad de medidas entre comunidades. Los madrileños se iban a esquiar en Andorra pasando por Aragón, donde no podían recalar.
La estructura familiar de muchas empresas turísticas del Pirineo ha permitido que la mayoría haya aguantado echando mano de los ahorros. Los fondos de recuperación, con una inversión prevista de alrededor de 26 millones de euros en el sector de la nieve, pueden ser un revulsivo para hacer las estaciones más competitivas, según los empresarios, que no entienden que haya líderes políticos que lo cuestionen.
"La afección ha sido muy grave en los inviernos y se ha trabajado bien en verano, aunque las restricciones a nivel de aforos y otras medidas han hecho que los negocios turísticos fueran menos negocio, con menos ingresos y menos empleo", señaló el presidente de la asociación del valle del Aragón, Luis Terrén, quien reclama un plan de recuperación para incentivar el emprendimiento y el asentamiento de nuevos negocios.
Las ayudas estatales no llegaron al sector de la nieve por el cómputo de los periodos de pérdidas. Jesús Pellejero, de la asociación de empresario del valle de Tena, pone como ejemplo sus hoteles: en Madrid recibió 200.000 euros; en Baleares, casi 600.000; y en Aragón, la Diputación de Huesca salió al rescate, "pero con los medios que tenía", con un límite de 7.000 euros. El panorama se ha ido despejando gracias a un verano que califica de "excepcional" y un invierno que ha empezado "muy bien". Eso sí, teniendo que gestionar la nueva variante ómicron.
"Trabajamos para ir siempre por delante las necesidades del cliente"
Para los hoteles, la pandemia ha sido "un cambio de paradigma". La covid-19 ha forzado "una reconversión total", según el presidente de la Asociación de Hoteles de Zaragoza, Antonio Presencio. A diferencia de otras crisis, esta no ha sido económica. "En las pasadas, los problemas se resolvían reajustando costes. Nunca antes habíamos llegado a una situación de cierre prolongado y ausencia total de ingresos en la que, además, se han mantenido los gastos", dijo.
Los empresarios siguen trabajando para ir "por delante de las necesidades del cliente", pero el escenario "sigue siendo complicado". En Zaragoza, las ocupaciones podrían quedarse entre el 10% y el 20% al menos hasta abril. "Pensábamos que íbamos a salir de esta, pero ómicron supuso un desplome brutal. Desde el puente de la Constitución, la actividad ha desaparecido y las convenciones han sido canceladas. Esperamos que los contagios se desplomen y, a partir de febrero, vayamos poco a poco reanudando la actividad", indicó Presencio.
En estos 22 meses, los hoteles han demostrado ser "establecimientos seguros". En este tiempo se han hecho inversiones para agilizar todos los trámites y desarrollado herramientas que permiten, en según qué establecimientos, tener servicios de ‘room service’ y minibar virtual.
Los ‘precheck-in’ son cada vez más habituales, haciendo que el cliente solo tenga que verificar su identidad mediante el DNI a su llegada al establecimiento. Asimismo, se ha eliminado toda la papelería y se ha apostado por las monodosis y por cambios en los servicios de bufé libre, que poco a poco vuelven a su ser. Otro aspecto importante ha sido el refuerzo de los protocolos de limpieza y desinfección.
Las casas rurales, por su parte, empezaron la pandemia dando alojamiento a maestros, sanitarios y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los meses siguientes estuvieron marcados por las restricciones por burbujas o número de convivientes, que hicieron que muchas no pudieran estar ocupadas al 100%. Como los hoteles, también tuvieron que cambiar de filosofía y coordinar los desayunos o los turnos en los baños compartidos.
