La época navideña es tradición, familia, fuego y recogimiento y las costumbres aragonesas no son ajenas. Algunas más modernas, muchas muy antiguas encuentran su origen tanto en los rituales religiosos como en prácticas paganas ancestrales. En casi todas los niños son parte importante, junto a la música y el espíritu de hermanamiento y de celebración.

Durante la Navidad se rescatan esas costumbres 'de toda la vida' como la de la Tronca. La versión más popular es la exportada del Matarraña, donde los niños golpean un tronco grueso y hueco y tras entonar una canción, como recompensa suelta dulces y regalos. En La Litera cantan "Tronc de Nadal, caga tarróns y pixa ví blanc". En el Alto Aragón, la tronca se asocia con los ritos del fuego. Se quema en el hogar para atraer los buenos augurios. En algunos municipios, la llama se hacía durar hasta la Candelaria y en otros, se quemaba un tizón para bendecir la casa y los bienes venideros.

Los Reyes Magos también cuentan con un variado surtido de tradiciones en los pueblos de Aragón. En algunos sitios los niños hacen ruido y reclaman su atención en la víspera de la noche mágica para que no se pasen de largo. Y en cada uno, la cabalgata tiene sus propias particularidades como los antorcheros que bajan del monte en San Martín del Río o la suerte de 'amigo invisible' en el que participan los vecinos de Pancrudo.

Aragón cuenta además con una larga tradición musical en cuanto a temática navideña. El niño, la Virgen, los ángeles, los buenos deseos, los regalos y la felicidad son los contenidos habituales. Como en la jota-villancico "Madre en la puerta hay un niño" que dice así: "Madre, en la puerta hay un Niño/más hermoso que el sol bello,/ tiritando está de frío/ porque el pobre viene en cueros./ Anda y dile que entre,/ se calentará,/ porque en esta tierra ya/ no hay caridad.

No hay Navidad sin gastronomía y sin los platos típicos de la tierra como el cardo a la aragonesa, la costumbre de comer pescado en Nochebuena (ya que también se relaciona con el sacrificio de hacer ayuno), sopas diversas y, por supuesto, los dulces: turrones, empanadicos, pastillos de calabaza, bellotas duleces, peras horneadas, ciruelas empapeladas...

En este breve repaso por la Navidad aragonesa, no se pueden olvidar los Belenes. Desde el popular y monumental visitable en la plaza del Pilar de Zaragoza, hasta el gran Belén de San Pedro, en Teruel. Atentos estas navidades a la Ruta del Belén de Aragón. Estos son los veinte municipios que participan: Alagón, Alcalá de Gurrea, Binaced, Boltaña, Benabarre, Barbastro, Borja, Jaca, Graus, Fraga, santuario de Torreciudad, Pomar de Cinca, Peralta de la Sal, San Juan del Flumen, Sena, Esplús, Tamarite de Litera, Lagunarrota, Monzón.

Con esta introducción, anímate y participa en este juego de preguntas que te proponemos sobre la Navidad en Aragón. ¡A jugar!