La Navidad está a la vuelta de la esquina y con ella los quebraderos de cabeza por encontrar el regalo ideal para los seres queridos. No es tarea fácil y dar con una idea original muchas veces se convierte en una odisea. El sector agroalimentario ofrece multitud de posibilidades. Muchas de ellas, además, contribuyen a mantener vivos pequeños proyectos que buscan dar futuro a los pueblos. Con esta filosofía muy presente, los creadores de Apadrina un Olivo han preparado un reto navideño comprometido con el desarrollo del medio rural. Si logran 600 olivos apadrinados de aquí al 6 de enero, lanzarán una oferta de trabajo en Oliete para un agricultor y su familia.

"Tradicionalmente, venimos siendo un regalo social con mucha simbología, emoción y sentimiento, y para nosotros, las Navidades son un momento muy entrañable para el proyecto porque cada año se suma mucha más gente", apunta Sira Plana, cofundadora de Apadrina un Olivo. Precisamente por esa simbología, desde el proyecto han querido ligar el gesto de salvar un olivo centenario con el de crear una nueva oportunidad para una familia en el medio rural: "Hemos relacionado el impacto directo de los apadrinamientos con la empleabilidad para animar e involucrar a la gente en el reto, pero también para que se vea de forma palpable el impacto que gracias a todos los padrinos, madrinas y empresas somos capaces de generar en el medio rural. Queremos ser entre todos héroes del cambio y concienciar a la sociedad de cómo nuestras acciones impactan en el día a día", añade.

Así, si consiguen padrinos y madrinas para un total de 600 olivos abandonados, ofrecerán a una familia de agricultores la oportunidad de trasladarse a vivir y trabajar a Oliete, haciéndose cargo del cuidado de los olivos centenarios que desde hace siete años trata de preservar este proyecto en el municipio turolense.

Participar en el reto es muy sencillo, tan solo es preciso entrar en la página web de Apadrina un Olivo, escoger uno de los árboles del catálogo, rellenar los datos personales y del destinatario (en el caso de que sea un regalo) y abonar 50 euros en concepto de apadrinamiento. Esta cantidad incluye el envío de dos litros de aceite virgen extra de los olivos en recuperación una vez hecha la cosecha, así como la posibilidad de visitar el árbol cuando se quiera o de participar en visitas organizadas, y de hacer seguimiento de su estado a través de la web o de la ‘app’ Mi Olivo. Asimismo, se expide un diploma de padrino o madrina.

Dos escuelas salvadas

Desde que Apadrina un Olivo viera la luz hace siete años, el proyecto no ha hecho más que crecer. Además de la recuperación de los árboles centenarios de Oliete, se han puesto en marcha una marca de aceite (Mi Olivo) y una conservera para preservar la huerta de Alacón (Mi Huerto). Todo ello ha contribuido al asentamiento de población en estos municipios, así como a su revitalización. La iniciativa ya ha dado empleo directo a 13 personas, ha ayudado a reabrir una casa rural y a construir otra, y ha generado más de 3.000 visitas anuales a la llamada España Vacía. Por si esto fuera poco, el proyecto ha conseguido mantener abiertos los colegios de Oliete y Alacón, que, de otro modo, se habrían visto abocados al cierre.

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"En su día, salvamos la escuela de Oliete con la incorporación de una nueva familia. Estaba con cuatro alumnos y ahora mismo hay 17 niños y dos aulas. Y en Alacón lanzamos un ‘crowdfunding’, el Ayuntamiento puso 1,6 hectáreas y nosotros encontramos una familia con conocimientos de huerta y con niños a cargo; les hemos apoyado y contratado, y ahora la escuela está abierta. Ahora mismo hay siete personas trabajando en la conservera y por qué no pensar en seguir atrayendo a alguna familia más", señala Sira Plana.