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Cuarenta años del peor accidente en el Canfranero

Este 9 de noviembre se cumple el aniversario del siniestro que causó once muertos y 35 heridos en un choque entre el tren y un camión en la línea férrea en Vicién (Huesca)

Páginas publicadas en 1981 por HERALDO DE ARAGON en las que informaba del accidente
Páginas publicadas en 1981 por HERALDO DE ARAGON en las que informaba del accidente
Heraldo

Quiero volver al Canfranero el 9 de noviembre desde Vigo (Pontevedra) porque hace 40 años estaba haciendo la mili en Rioseta y fui uno de los 35 heridos de ese accidente del tren, con otros tres compañeros del servicio militar (un vasco, un catalán y un murciano). Me libré porque estaba sentado con el compañero vasco en la quinta fila de aquel Ferrobús, pero delante de nosotros fallecieron dos franceses. Sufrí heridas en los brazos que me dejaron secuelas y estuve ingresado más de un mes entre Huesca y Vigo", relata Manuel Pereiro Pérez, un gallego de 61 años que regresará mañana desde su tierra en ferrocarril hasta Canfranc.

Ha elegido el día que se cumplen cuatro décadas del peor accidente del Canfranero (entonces era un Ferrobús) en la línea férrea y quiere disfrutar de la nueva estación en pleno otoño con las primeras nevadas.

Aquel tren número 4.162, que cubría el servicio entre Zaragoza y Canfranc, a las 16.14 del 9 de noviembre de 1981, colisionó contra un camión cargado con arena en el paso de nivel sin guarda ni barreras situado en el kilómetro 9,503, próximo a la localidad de Vicién, entre Tardienta y Huesca. En ese punto a nivel, la visibilidad mínima era de 1.000 metros.

Manuel Pereiro, en Rioseta.
Manuel Pereiro, en Rioseta.
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El herido en el siniestro cuenta que vieron aquel camión estacionado en la vía, pero pensaban que iba a cruzarla. Aun así, avisó al compañero de la mili de Murcia para que pasará detrás del vagón. Eso le libró de morir porque estaba sentado en la primera fila, al lado del conductor, Andrés Marco Marco un zaragozano que falleció en el choque, junto a su compañero de Renfe, Antonio Fraga Ocháriz, natural de Castiello de Jaca.

Uno de los hijos de Antonio Fraga, Luis, trabajaría en Renfe unos años después. "Mi padre murió cuando yo tenía 16 años y nos cambió toda la vida a la familia", rememora. "Nos sorprendió porque bajó aquel lunes a Zaragoza por un servicio y pensábamos que iba a regresar por la noche, pero al final volvió antes, en el tren de la tarde, y eso le costó la vida. Iba al lado de su compañero, el conductor", agrega.

Luis Fraga bajó a Huesca con su madre pensando que estaba herido en el Hospital San Jorge, pero les comunicaron que estaba en el Provincial entre los once fallecidos. Al día siguiente, el funeral se celebró en el Hospital Provincial, donde también trasladaron a algunos heridos del San Jorge, como el gallego Manuel Pereiro. Fue uno de los heridos fotografiados entonces por HERALDO DE ARAGÓN.

Para entender el siniestro, Luis Fraga explica que el Ferrobús era "como un autobús". Sus dos vagones chocaron contra el camión que trabajaba en el canal. "El tren se chafó seis metros porque era de aluminio y se hundió. Mi padre y el conductor iban en una cabina abierta", señala. "El conductor del camión saltó y no pudo sacarlo de la vía, aunque parecía que era un lugar de paso habitual para unas obras", recuerda el pasajero herido en el choque del tren.

A las siete de la tarde se procedió al levantamiento de cadáveres, en el momento que estaba el obispo de Huesca, monseñor Javier Osés. "Las grúas que utilizaron pudieron sacar el camión los primeros vagones y esa misma noche ya estaba expedito el paso de los trenes", agrega Manuel Pereiro.

Siete de los fallecidos eran de Huesca, así como la mayoría de heridos 

Siete de los viajeros fallecidos eran de la provincia de Huesca (entre ellos un matrimonio natural de Sabiñánigo) y otros dos eran franceses. La mayoría de los 35 heridos eran también altaragoneses, salvo los cuatro militares (Manuel Pereiro, su amigo vasco Carlos Pérez Zabala, el joven de Murcia y otro andaluz destinado en la Escuela de Alta Montaña de Jaca).

Cuando regresó para seguir cumpliendo la mili después del accidente, Pereiro, experto en electrónica, fue trasladado al cuartel de Valdespartera, en Zaragoza, para concluir el servicio militar en mayo de 1982. "En esos meses, iba muchos días a rehabilitación al Hospital Militar. Tenía que recuperar el codo izquierdo que se me quedó con limitaciones", señala.

Para Manuel Pereiro, repetir el viaje desde Vigo-Madrid-Zaragoza-Canfranc, "no es tentar al destino", sino "volver a subir al tren" y regresar a un lugar que marcó su vida. "Fui muy bien tratado en Huesca y nos querían mucho en el Pirineo. En 2018 quisimos volver a Canfranc en tren pero nos llevaron en autobús porque estaba estropeado", señala.

Vuelve solo en un día tan especial (en julio quiere traer a su mujer y dos hijos) y puede encontrarse en la estación con Luis Fraga, el histórico trabajador de Renfe en Canfránc e hijo del fallecido Andrés Fraga.

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