En el mes de agosto, en la piscina, germinó la idea y ahora ya es una realidad: la antigua sede de la Cruz Roja de Osera de Ebro es una casa del terror. La comisión de Cultura de la localidad zaragozana ha diseñado un recorrido por el interior de este edificio para celebrar la festividad de Halloween.

La primera opción que barajaron fue el pabellón, pero se trata de un lugar muy concurrido, lo que podía dificultar el montaje. Pensaron que la antigua sede de la Cruz Roja, a la entrada del pueblo, sería un buen escenario: un espacio diáfano y con los techos bajos.

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Los recursos para hacerla han sido mínimos, pero con el ingenio de la comisión de Cultura de la localidad han logrado un espacio para celebrar esta fiesta de una forma diferente a como estaban acostumbrados.

Con bolsas de basura han creado las paredes, pegadas al techo y hasta el suelo con el peso de unas cañas que cortaron de la ribera del río. Gran parte de la decoración es de producción propia, como unas botellas convertidas en calaveras, muñecos pintados o con una escalera y tablones han ideado la decoración para la cocina.

Otra parte de los objetos que adornan el recorrido proceden de vecinos que las han prestado para la ocasión. Una mecedora, mesas, sillas, camas, butacas y otros muebles, por ejemplo. También se pueden encontrar candelabros, pedazos de cruces viejas u orinales con solera.

Desde la comisión de Cultura han apostado por esta actividad porque, “aunque sea un pueblo pequeño y de pocos habitantes” está “muy vivo”. El propósito es claro: "Que la gente tenga ganas de vivir, visitar o pasar los fines de semana en el pueblo sin necesidad de salir a ningún sitio". Este planteamiento ha cambiado a raíz de la pandemia. “Lo que ha pasado nos ha ayudado a ver lo que es importante y el montón de cosas que podemos y queremos hacer”, concluyen.